Los cambios de ayer ante el Bicho y un debate en redes que no se termina

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Si bien el técnico de Gimnasia ha encontrado un equipo base, también ha demostrado que no le tiembla el pulso para hacer cambios, sacar o poner hombres sea cual sea su apellido, tanto en la previa como durante un encuentro. Hace poco tiempo atrás cuando afrontó una semana también intensa con tres partidos (triunfos con 1-0 Newell´s y Arsenal y empate 2-2 con Central Córdoba), más allá de alguna baja obligada, metió mano en el once.

Seguramente muy charlado con sus ayudantes de campo, han puesto en consideración cómo ven a los futbolistas, pero también el rival y el escenario del juego. Todo entra en una misma bolsa y, a partir de eso, se toma una decisión.

En la víspera, Pipo junto a Borelli y Zapata, volvieron a sorprender, a veces tomando riesgos. Sin ir más lejos, en la conferencia de prensa que dio el último viernes en Abasto, Gorosito dejó en claro que entrena “un plantel” no “un equipo”, remarcando una de sus máxima: juega el que mejor esté.

En ese sentido, en la previa del juego con el Bicho sumó a la lista de concentrados a Guillermo Fratta (volvió de una lesión) y a Emanuel Cecchini (cumplió la fecha de suspensión), saliendo de la misma, con respecto a la nómina que hubo en el anterior partido con Talleres, Germán Guiffrey (lesión) y el juvenil benjamín Domínguez.

Pero más allá de esto, sorprendió ayer con el equipo inicial, realizando varios cambios y pensando en cómo se podía dar el partido ante un rival que conoce y un campo de juego de dimensiones chicas, que también conoce muy bien por haber dirigido en La Paternal.

La defensa se paró dentro de lo que se esperaba. Fratta, recuperado, entró por Guiffrey y Licht se quedó en el lateral izquierdo al no haberse recuperado ni Melluso ni Colazo.

Lo que llamó la atención fue el mediocampo y la delantera. Cambió nombres de entrada. Los habituales se quedaron en el banco: Alemán, Insaurralde, Cecchini y Carbonero; Rodríguez y Ramírez.

Adentro fueron hombres que supieron ser titulares como Miranda y Holgado, pero que jamás fueron titulares indiscutibles. Así paró como volantes centrales a Nery Leyes y Harrinson Mancilla (después de mucho tiempo); más adelantados Matías Pérez García, Matías Miranda y Lautaro Chávez, a quien le tiene mucha fe; y arriba Rodrigo Holgado, que de esta manera volvió a jugar de entrada luego de haber ido al banco ante San Lorenzo y Talleres.

Para algunos lo hizo aprovechando el reducto donde jugó; para otros hizo descansar a los habituales titulares tras el esfuerzo realizado en las victorias con el Ciclón y la “T”; y también de cara al clásico no quiso arriesgarlos y los llevó al banco por las dudas, por si los llegaba a necesitar, pero les quiso dar un descanso.

Antes del partido los hinchas se mostraron confundidos por realizar tantos cambios teniendo en cuenta lo que necesitaba el equipo sumar los tres puntos. Con la derrota directamente fue unánime el repudio a la medida: ¿es tan importante un clásico como para poner en riesgo clasificar a la copa Sudamericana?

 

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