Gimnasia consiguió un triunfo necesario, para poder seguir soñando

El Lobo golpeó justo, tal vez, cuando no la pasaba tan bien. Rendimientos altos y la sensación que si puede, le mete fútbol y potrero

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Por WALTER EPÍSCOPO

wepiscopo@eldia.com

Debía ganar, no había otra chance. Lo bueno mostrado en el campo de juego, también debe traducirse en resultados. Sí, es verdad, Gimnasia merecería tener algún que otro punto más, pero por merecimientos no se suman puntos. La de ayer fue una buena prueba, ante un rival complicado y aprobó. Ganó 2-0 y pudo haber ganado con más comodidad. También pasó por momentos incómodos.

Si bien el campo de juego se la re bancó, obviamente que la lluvia y el trajinar en un terreno barroso podía influir. Pases mal dados, malos cálculos, pelotas que se escapaban. Allí pareció arrancar mejor Atlético Tucumán, atacando por el sector de Marcelo Weigandt. Los tucumanos muy enchufados manejando la pelota (que a veces se frenaba y complicaba) y al Lobo que le costaba meterse en juego.

En el primer ataque a fondo de Johan Carbonero por izquierda, el colombiano llegó hasta el fondo, tocó para atrás a Brahian Alemán y el uruguayo sacó un centro al segundo palo. Como un fantasma, por atrás apareció Weigandt que cabeceó contra el palo izquierdo, y encontró la complicidad de Lucchetti que tapó una pelota “enjabonada” que el mismo terminó metiendo. El reloj marcaba 10 minutos y el Lobo ganaba 1-0.

A partir de ahí pareció crecer Gimnasia. Matías Miranda jugaba con criterio el balón; Carbonero era un peligro latente, pero no tomaba buenas decisiones. Así desperdició un buen ataque por izquierda tras un encuentro con Matías Melluso (cada vez más aplomado).

Promediando la etapa inicial el Lobo le rodeaba la manzana a los tucumanos, pero no conseguía definirlo y convertir un segundo gol que le diera más tranquilidad.

Gimnasia hacía circular bien la pelota, y en otra buena jugada por izquierda, llegó un centro de Carbonero que en la puerta del área chica no llegó a cabecear un activo Lucas Barrios. Contestó la visita con un remate de Ramiro Carrera, que sacó Rodrigo Rey al córner, estirándose hacia su derecha. El ex albiazul Carrera insistió, se metió en diagonal entre los centrales locales y desde adentro del área sacó un remate cruzado que tapó Rey.

Gimnasia se había acomodado bien atrás, jugaba con criterio en el medio y arriba Carbonero era la llave para el segundo gol. El colombiano por izquierda lo volvió loco a Lagos, e hizo lo que quiso con el lateral. En la última jugada de la etapa inicial, el atacante tras dejar en el camino a Lagos, terminó rematando y Lucchetti sacando al córner.

EL LOBO LO AGUANTÓ Y LO LIQUIDÓ

Como en la etapa inicial, la visita arrancó poniendo en apuros a Rey, y uno de los más peligrosos seguía siendo el jugador de Tolosa, Carrera, que no era un volante, sino un delantero más. Desde el mediocampo, el Gordo Mussis era el corazón del equipo tucumano que empujaba y no se rendía.

Los minutos corrían y se jugaba en campo Mens Sana. Peligrosamente Gimnasia se refugió en la puerta del área grande propia, y se apoyó en las seguras manos de Rey (tanto debajo de los tres palos como saliendo) y en la dupla central. Leo Morales y Guiffrey, fueron una verdadera muralla.

El cronómetro marcaba 20 minutos y el Lobo no tenía juego. Miranda y Alemán ya no se encontraban, Ayala ya no pesaba en el medio y el colombiano Mancilla con un gran despliegue corría a todos y se multiplicaba.

Y tardó en salir de ese encierro el Lobo. Miranda habilitó una vez más a Carbonero que desde la izquierda sacó un centro pasado. Como una locomotora apareció el Chelo Weigandt por atrás, el Laucha Lucchetti tapó y cuando Alemán se relamía para empujar al gol frente al arco, Mussis despejó.

Más allá de esta llegada a fondo, Atlético seguía empujando al Lobo contra su arco y no la pasaba bien. Los ataques del equipo de la dupla Martini-Messera eran esporádicos y solo Carbonero parecía encender la luz de alarma.

Fabián Monzón, desde lejos ejecutó un tiro libre que obligó a volar a Rey contra su palo izquierdo y sacar al córner. Gimnasia seguía bien parado defensivamente y aguantaba. Los cambios llegaron desde el banco Tripero para darle un poco de aire al equipo.

Sobre los 30 minutos en mitad de cancha se encontraron Carbonero y Barrios iniciando un ataque. El colombiano picó para el centro del área y Barrios se recostó hacia la derecha tras ceder el balón a Ramírez. Entre Lagos y Ortíz rechazaron mal y corto el centro del Perla, la tomó Barrios y sacó un centro rasante ante el desesperado achique del arquero, para que Carbonero dentro del área chica y con todo el arco de frente, de zurda toque al gol para poner el 2-0.

Para ese entonces el juego parecía liquidado, pero el Lobo fue por más y casi concreta el tercero. Velóz corrida de Carbonero por izquierda, pero pisando el área la terminó mal tocando al medio, lejos de su compañero.

Terminó mejor Gimnasia tocando con Pérez García y el pibe Napolitano, que entraron para renovar el aire y las piernas cansadas. La visita tuvo una más y casi descuenta, pero terminó en un “blooper”. Tras una tapada de Rey, la pelota le quedó a Heredia que pateó al arco para el gol, pero la pelota no entró por que pegó en su compañero Lotti, que estaba en la línea.

Fue victoria para Gimnasia que no se aparta de su línea. En el Bosque o de visitante. Mete. Presiona. Juega a la pelota. Ataca y lastima. La materia pendiente es ajustar cuestiones defensivas. En eso anda, y mientras tanto suma.

 

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