Tarde para el olvido del Lobo, que sufrió una durísima caída y llega al clásico golpeado

El Patrón liquidó el pleito en la primera etapa. Las ausencias se sintieron en un elenco albiazul que nunca tuvo reacción

Edición Impresa

Por WALTER EPÍSCOPO

wepiscopo@eldia.com

Una verdadera película de terror protagonizó Gimnasia ayer en Paraná. Ni en sus sueños, el propio Patronato creía que estaba para golear, y de repente se encontró haciéndolo fácilmente, casi sin despeinarse y al cabo del primer tiempo. Tres llegadas, tres goles. Así de simple. Obviamente que los errores y horrores que tuvo el Lobo ayer, lo permitieron. Una actuación verdaderamente para el olvido y en el momento menos indicado, de cara a un clásico.

Nada positivo puede quedar tras caer goleado 4-1. Tal vez para Gimnasia lo único sea que los once que jugaron ayer en el “Grella”, a priori, no serán los mismos que el domingo que viene visitarán a Estudiantes. Nada más que eso...

Gimnasia no tuvo reacción en Paraná y jugó el peor partido del ciclo Martini-Messera

 

Gimnasia se jugaba varias cosas ayer. Visitaba a un rival con el que pelea en eso de engrosar el Promedio; necesitaba ganar para mantener el sueño de clasificar entre los cuatro de arriba; también sumar de a tres por primera vez en esta Copa fuera del Bosque; y recuperarse luego de la caída frente a Lanús. Y no consiguió nada de eso.

Ni el más pesimista albiazul podía imaginar lo que ocurriría. El entusiasmo de Gimnasia, su idea o lo planificado, duró media hora. Porque es verdad, salió a jugar como lo hace siempre en cada cancha, presionando arriba, buscando asfixiar al rival. Pero al mismo tiempo, el Lobo le fue entregando a Patronato los goles que llegarían. EricRamírez tras un córner desde una inmejorable posición cabeceó alto. El propio Ramírez junto a BrahianAlemán parecían estar activos en el arranque y el pibe SebastiánCocimano pivoteaba bien dentro del área.

Pero en la primera llegada local, sobre los 6m., Nicolás Delgadillo desde la izquierda sacó un centro rasante que cruzó el área y por el segundo palo entró libre y como un fantasma Gabriel Gudiño, para hacer un pase a la red y decretar el 1-0.

A pesar del golpe, Gimnasia siguió buscando, siempre comandado por Alemán, pero con el correr de los minutos se fue quedando sin “nafta”. En el medio EmanuelCecchini y HarrinsonMancilla tenían muchos problemas para imponerse y casi siempre perdían. Y atrás, ni la dupla central MaximilianoCoronel y BrunoPalazzo, como los laterales Leonardo Morales y Lucas Licht, daban garantías.

Cuando el partido estaba parejo, y pasaba poco y nada, Gimnasia se “inventó” un problema y le “regaló” otra chance a Patronato, que obviamente no la desaprovechó. Sobre los 31m., Mancilla cabeceó alto y para atrás una pelota, el pibe Palazzo la quiso jugar más atrás aún para Coronel, pero la misma quedó corta, y se vino un veloz contragolpe local con devolución de gentilezas. Gudiño la tomó y encaró para el arco sin ninguna oposición más que Rey por delante. El delantero levantó la cabeza y vio que por izquierda acompañaba Delgadillo, a quien asistió, y con un toque suave de zurda empujó al gol: 2-0.

Un mazazo para el equipo de la dupla, ya que el rival prácticamente no había llegado, y en dos ocasiones ya estaba 2-0. El local aprovechaba la pésima tarde que tenían los albiazules, con distracciones y desacoples graves en defensa. Gimnasia deambulaba la cancha, sin respuestas físicas, futbolísticas ni anímicas. Las ausencias de Weigandt, Guiffrey, Ayala, Carbonero, Miranda y Barrios, cada vez se sentían más.

Antes del final, el Patrón llegó al tercero. Sobre los 40m. en mitad de cancha la tomó Nievas, que atacó por el centro sin que ningún jugador Mens Sana lo pudiera detener, y cuando llegó a la puerta del área grande, abrió para la derecha donde Sosa Sánchez, tras ingresar al área, sacó un violento disparo cruzado que se metió contra el poste derecho de Rey, quien voló pero no pudo llegar. Era el 3-0 y un momento terrible para los dirigidos por Martini y Messera.

Patronato había llegado tres veces y convertido tres goles, y en ninguno tuvo responsabilidad Rey. Momento crítico para los platenses, porque el local, cada vez que aceleraba un poquito, parecía que podía aumentar. El juego estaba liquidado, y no porque no se pudiera dar vuelta el 0-3, sino porque los platenses no mostraban indicios de poder hacerlo.

El complemento fue un calco de la etapa inicial. Gimnasia salió con actitud y a tratar de empujar contra el arco de Ibáñez, que fue un verdadero espectador de lujo. Solo aproximaciones hasta la puerta del área grande. Alemán empujaba y se hacía cargo de la pelota, pero no siempre la terminaba bien, a veces por malas decisiones, en otras porque el uruguayo estaba decididamente solo.

Fueron llegando los cambios. Dio la sensación de que la dupla trató de reservar futbolistas que no estaban bien pensando en el clásico y empezó a meter a los pibes con energías renovadas. Entró el lateral Fernando Martínez, también Agustín Ramírez, y se dieron los debuts de los volantes Estanislao Jara y Matías Toledo.

Rey sacó al córner una pelota que tenía destino de gol, volando de manera espectacular tras un zurdazo de Urribarri. El partido ya estaba liquidado hacía rato, pero la mala tarde de Gimnasia seguiría. Y, de un tiro libre a favor, terminó con un contragolpe y el cuarto gol local. Tras el rechazo de los centrales locales, Delgadillo tomó la pelota y se fue por izquierda con velocidad, aprovechando que los platenses estaban mal parados. Levantó la cabeza otra vez, y como en el segundo gol, vio que por el medio acompañaba solo Gudiño, quien con un toque suave empujó con el arco libre para poner el 4-0 cuando el cronómetro marcaba 29 minutos.

El partido hacía rato que era un suplicio para el Lobo, que jamás pudo reponerse de aquel 2 a 0 en el primer tiempo. Ese fue un golpe de nocaut y desde ahí sería un infierno hasta el final. Parecía una práctica de fútbol de titulares contra suplentes, por la soltura con la que se movía Patronato, que prácticamente ni se esforzaba y goleaba.

Néstor Pitana cobró penal por un agarrón dentro del área grande a Palazzo, que a los 37 minutos cambió por gol Licht. El capitán Tripero, con un suave zurdazo, venció a Ibáñez para un anecdótico gol que solo servirá para la estadística personal del Bochi. A esa altura, la derrota 4-1 dolía demasiado y Patronato estaba aún para convertir algún gol más.

Es que las variantes tampoco le sirvieron a la dupla como para torcer el rumbo o generar un cambio en el partido, sino apenas para aguantar para que el resultado no fuera peor.

Gimnasia sintió las ausencias, pero también mostró un bajísimo nivel en los que ayer salieron a jugar en Paraná como Cecchini y Alemán que vienen jugando, o tal vez otros pagaron alto el post Covid (sobre todo lo de Mancilla fue llamativo) o la inactividad que traía Coronel, por ejemplo. No generó en ataque y defensivamente (y hablamos del movimiento del equipo en general, no solo de la última línea), fue un verdadero desastre. Sin dudas, la peor actuación del Lobo en la “era” de la dupla, pero justo en el momento menos indicado, la previa de un clásico.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE