La conquista de Crimea, clave en el reinado de Catalina

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Grigori Potemkin, comandante y estadista ruso, se dedicó a cumplir el sueño que tenía Catalina la Grande, su amante, de construir una Nueva Rusia, y anexó Crimea en 1783. También fundó las ciudades de Odesa y Jersón, lo que es hoy el sur de Ucrania y que Rusia, por impulso de Vladimir Putin -que reivindica aquellas gestas- quiere arrebatarles.

Cuando Putin invadió Ucrania, su objetivo era restaurar parte de un imperio perdido hace ya tiempo, invocando así la visión de Potemkin. Entre sus logros, y emulando al comandante militar en 1783, Putin anexionó la península de Crimea en 2014.

En su afán expansionista, Catalina tuvo grandes objetivos: quitarle a Turquía zonas esteparias adyacentes al Mar Negro, la península de Crimea y el Cáucaso del Norte y arrebatar a Polonia sus tierras ucranianas y bielorrusas occidentales. Ambos retos fueron conseguidos sin perder ninguna guerra durante todo su reinado. Las exitosas contiendas contra Turquía (1768-1775 y 1787-1791) posibilitaron la expansión del poder imperial ruso a las zonas de la cuenca del mar Negro, Kubán, Crimea y el acceso a los estrechos mediterráneos.

Los triunfos de los diplomáticos de Catalina ayudaron a avanzar en el Cáucaso del Norte (el tratado Gueorguievski con Georgia de 1783) y hasta Alaska (el comienzo de la población del fuerte Ross en EEUU). La participación en la “división de Polonia” en 1773, 1775 y 1792 devolvió a la composición del Imperio ruso parte de sus tierras en el noroeste.

 

 

conquista de Crimea

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