VIDEO. Habló Aníbal, el papá de Delfina Iaconis, la nena que se perdió en su primera vez en la cancha del Pincha

Contó cómo fue el desencuentro cuando ingresaban a UNO y los minutos que transcurrieron hasta que se reencontraron

Delfina Iaconis (10 años) nunca imaginó que su primera vez en la cancha de Estudiantes iba a convertirse en una odisea de la cual participó ella misma, su familia y todo el estadio, además de buena parte del país por el pedido de las voz del estadio.

El resumen de lo que todos los presentes vivieron fue así: cuando promediaba el primer tiempo por los parlantes de UNO se empezó a pedir que “por favor Delfina Iaconis se dirija a los molinetes de la puerta de ingreso al estadio porque la está esperando su papá”. Una, dos, tres y hasta seis fueron los pedidos de las autoridades, mientras se jugaba el partido.

Al principio fue un informe más de pérdida o mal estacionamiento. La segunda vez despertó algo de curiosidad y la última vez ya directamente desesperación. ¿Qué edad tendrá la nena? ¿Qué le habrá pasado? ¿Cómo se perdió? ¿Dónde está?

Cuando la voz del estadio anunció que “Delfina Iaconis estaba con su papá” las 32 mil almas explotaron en un grito de “Estudio...” y un aplauso cerrado. Final feliz para una historia que despertó tanta curiosidad como preocupación.

Pasaron los cuatro goles, la soberbia actuación de Benjamín Rollheiser y el triunfo de Estudiantes. Pero ayer en las redes sociales causaron un tremendo efecto los videos de la chica en medio de la tribuna, debajo de las banderas tirantes y saltando y cantando como si nada hubiese pasado. Conozcamos su historia.

 

Aníbal Iaconis es su papá y la persona que la llevó. “El sábado fue la primera vez que Delfina pisó la cancha de Estudiantes. Es fanática y nunca había podido ir. Cuando entró se puso a llorar de la alegría. Estaba emocionada”, arrancó con su relato.

Luego contó que tropezó al subir un escalón y la perdió de vista. “Miré para un lado y para el otro. No estaba. Me desesperé. La busqué y no la encontré. Entonces personal de seguridad me dijo que me quedara tranquilo, que no iba a salir del estadio. Y comenzaron a llamarla”.

La nena se quedó con un amigo de su papá que los había acompañado y fue él quien la filmó cantando y saltando. “Con los gritos nunca escucharon que la estaba buscando”, continuó.

“Fueron 15 minutos pero para mí una eternidad. Me perdí el primer tiempo y cuando entramos de nuevo para ver el segundo tiempo todo el mundo nos saludaba. No puedo creer la repercusión que tuvo todo esto”, dijo vía telefónica. Hoy recibirá una camiseta firmada por los jugadores.

Además confesó que su esposa se enteró al llegar a su casa y que lejos de retar a su hija se reprochó por haberla perdido. “Me llamó todo el mundo”, se rió. Lo mismo pasó con sus hermanos mayores Mauro (26 años), Lautaro (23), Matías (21) y Abril (18), todos Pinchas del barrio Aeropuerto.

 

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