Estudiantes perdió por un detalle pero la serie ante Corinthians está todavía abierta

El Pincha se durmió en una pelota parada y después falló mucho en el área rival. Más allá de la caída, se vuelve a La Plata con la confianza de poder darlo vuelta en UNO

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SAO PABLO, BRASIL
(Env. Esp.)

Por MARTIN CABRERA

mcabrera@eldia.com

El primer round lo dejó en desventaja. Ahora, para ganar el combate, deberá mejorar en las dos áreas y apostar por la localía de UNO. Estudiantes perdió 1-0 contra Corinthians en Brasil y necesita una victoria por un gol para llevar la serie a los penales o por más para clasificarse a las semifinales de la Copa Sudamericana.

El equipo de Eduardo Domínguez jugó un partido de mayor a menor. Suena raro, porque el gol lo sufrió en el comienzo del partido. Pero en ese período tuvo muchas chances como para empatar el juego. Le faltó más confianza y un compañero para Mauro Boselli.

El resultado es negativo, claro, pero no deja de ser una derrota que para nada le baja la ilusión. Está a tiro y el rival, si bien es veloz y peligroso con terreno libre, es vulnerable defensivamente.

El partido había empezado con un Estudiantes mejor parado y con confianza para manejar la pelota a lo ancho pero también con pases profundos. Sorprendió ese escenario, ya que se esperaba que el local fuese más ambicioso pero prefirió esperar y contragolpear.

Por eso en ese extraño arranque fue el Pincha el que estuvo más cerca de abrir el marcador. Primero con un ataque de Mauro Boselli que cedió para Rollheiser, que adelantó un poco la pelota y llegó el arquero a taparlo. Luego, a los 11, un centro de Eros Mancuso desde la izquierda rozó el travesaño. Y al minuto 15 el mismo lateral izquierdo probó cruzado con un remate que pasó cerca del palo izquierdo de Cassio.

Si bien el control de la pelota era de Estudiantes, el partido se perfilaba para que una pérdida pudiese costarle caro por la velocidad del equipo local. Y algo así sucedió. La primera vez que Corinthians pasó la mitad de cancha terminó en un tiro de esquina por un rebote en Mancuso, que el juez de línea no se atrevió a cobrar. De ese tiro de esquina que luego protestaron los jugadores argentinos llegó el gol del local. Centro pasado, falla en la marca (se quedó Santi Núñez), salida en falso de Andújar y Gil por el segundo palo conectó para el 1-0, inmerecido e impensado. Pero un escenario adverso a tan poco de comenzado.

Diez minutos después quedó en claro que no era el partido de Estudiantes, o al menos iba a tener que esforzarse mucho para sacar un buen resultado: tiro libre de José Sosa casi perfecto, travesaño y la pelota que pegó en la espalda de Cassio, que la pudo controlar un segundo después.

El Pincha siguió igual, con tenencia de la pelota, control y ataque colectivo. Pero como si una maldición lo hubiera atacado, cada vez que llegó con peligro falló, o tuvo al arquero rival como figura. La más clara fue un remate de Rollheiser tras desborde de Godoy por la derecha que contuvo Cassio.

El balance del primer tiempo dejó esa sensación que con un poco de puntería, suerte y mayor atención en el área propia en lugar de una derrota hasta podría haberse llevado algo mucho más dulce para el vestuario.

Pero claro, la rápida desventaja lo dejó la encrucijada al equipo: salir a presionar más alto para generar la pérdida en Corinthians podría darle más oportunidades, pero al mismo tiempo se expondría a una contra que podría ser letal y una desventaja más cuesta arriba.

Para el segundo tiempo Domínguez no quiso modificar nada. Entendió que su equipo estaba bien con esos intérpretes, más allá que la mayoría en el mediocampo le permitía tener la pelota pero le dejaba un vacío en el área, que Mauro Boselli en soledad no pudo ocupar y el equipo lo sintió.

 

El Pincha extrañó una referencia en el área rival. Y no se animó a rematar más desde afuera

 

Luxemburgo entendió que su rival le estaba generado mucho lío por la izquierda y decidió meter Gustavo Silva en el medio y correr a Matías Rojas a la derecha para frenar esas subidas. Fue el único cambio sustancial de un complemento que siguió igual en todo lo bueno y lo malo para Estudiantes: con tenencia pero con el peligro que una pérdida terminase en gol en contra.

En la medida que pasaron los minutos quedó más en evidencia que a Estudiantes le faltó peso ofensivo. No tuvo anoche un jugador que pudiese ser referencia, o que pudiese aguantar la pelota para buscar la segunda jugada. También le faltó animarse a rematar desde afuera del área y eso que tuvo varias llegadas hasta la zona de área grande. Le faltó un Guido Carrillo, que ni siquiera ocupó un lugar en el banco de los suplentes.

En la medida que se fue quedando sin argumentos en ataque la resignación fue ganando terreno y desde la derecha (los cambios del DT) empezó a encontrar camino asfaltado, además de detener las subidas de Mancuso, junto con Sosa las figuras de Estudiantes. Por esa banda tuvo tres claras el local como para ampliar la diferencia, una la salvó el lateral izquierdo, la otra Núñez en la línea y la última con un remate elevado. Esas jugadas terminaron de hacer una derrota no tan dolorosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

Estudiantes vs Corinthians

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