Un amistoso para golear a un débil rival

En un amistoso de poco relieve, que le importó a muy poca gente y que vaya a saber qué valor le habrá dado de verdad Lionel Sacaloni, Argentina derrotó -sin despeinarse- 3-0 a El Salvador en la helada Filadelfia y ante la indiferencia de gran parte de la patria futbolera. Un amistoso que sirvió para recaudar pero que evitó ver a los campeones del mundo ante un combinado más armado y no una de las selecciones más pobres de Centroamérica.

Argentina fue ampliamente superior a su rival, desde la jerarquía del plantel hasta el juego que propuso, lo que le permitió crear situaciones de peligro con facilidad y pudo haberse ido al descanso con un resultado más abultado de no ser por la poca efectividad.

Tuvo la pelota todo el tiempo. A veces, incluso, abusó y aburrió. Y alguna vez la perdió para quedar en desventaja pero el rival no supo aprovechar la recuperación: o bien no remató al arco o lo hizo pero se desvió en un jugador. En el primer tiempo la tenencia fue de 78 por ciento contra 22% del rival. Y 13 remates contra uno de El Salvador. ¿A quién le sirve este partido?

El primer gol llegó a los 16 minutos y fue de cabeza. El rival defendía como podía corriendo detrás de la pelota. Pero un tiro de esquina desde la izquierda que ejecutó Ángel Di María, el capitán ante la ausencia de Lionel Messi, fue al punto del penal. Allí saltó y ganó posición y pelota el Cuti Romero para el 1-0.

El segundo tanto lo anotó Enzo Fernández en el minuto 41. El jugador del Chelsea apareció por el segundo palo para empujar un rebote que le quedó en bandeja tras una buena jugada colectiva que se ensució en el final. La jugada la inició Di María y la habilitación fue de Giovani Lo Celso, que se la quiso ceder a Lautaro Martínez pero el desvío dejó la pelota a otro compañero. El Toro, en un partido así, tampoco tuvo una opción de gol en el primer tiempo.

Para el segundo tiempo Lionel Scaloni mandó a la cancha a Alejandro Garnacho y Nicolás Otamendi. La presencia del jugador del Manchester United fue la más esperada, porque se está jugando un lugar en la lista para la Copa América y ante tantas figuras parece que no está asegurada ni cerca.

El ritmo del partido fue igual que el primer tiempo. Argentina manejó la pelota en campo rival, con pases cortos y variados. El gol llegó a los 7 minutos por intermedio de Giovani Lo Celso con un pase preciso de Lautaro dentro del área. Una asistencia que valió como el gol que buscó y no encontró.

Luego el DT les dio lugar a dos debutantes: Valentín Barco y Facundo Buonanotte, dos jugadores del Brighton inglés. Otros que tampoco tienen muchas chances de meterse en la lista final de la Copa América pero que serán el recambio de la Selección.

Un detalle del partido: El Salvador no utilizó barrera en cada tiro libre sino que eligió desparramar jugadores por el área de su arquero Mario González, la figura de su equipo: tapó no menos de tres goles que estaban al caer.

La Selección mostró recambio en varios puestos. Fue muy bueno lo de Garnacho por la izquierda, la presencia de Buonanotte por el centro y el debut de Nehuén Pérez por la banda derecha. Ahora el entrenador deberá ver a quiénes lleva a la Copa y los que serán seleccionados por Javier Mascherano en los Juegos Olímpicos de París 2024. Hay jugadores de sobra.

El partido terminó 3-0 pero el resultado pudo ser mucho más abultado. Tal vez este sea la única críticas posible para la Selección, que no tuvo precisión en los metros finales o no supo cómo terminar la posesión en gol. Muchas veces se topó con el arquero rival pero otras tantas por tomar malas decisiones.

Ángel Di María, que fue el capitán del equipo, hizo las veces de Messi y jugó los 90 minutos. Fideo se recostó por la derecha y fue partícipe de los primeros dos goles. No quiso dejar la cancha y demostró que está en nivel ideal para su despedida en la próxima Copa América.

Ahora la serie de amistosos se terminará el próximo martes contra Costa Rica en Los Ángeles, un partido que se jugará a las 23:50 (la gran mayoría no lo podrá ni ver) y le servirá a Scaloni para seguir sacando conclusiones. Por lo visto en Filadelfia, tiene a su plantel en nivel altísimo, con variantes en todas las líneas y, pese a que adversario fue demasiado débil, dejó la vara alta, como de costumbre.