VIDEO.- Una fiesta para Estudiantes que se quedó con el clásico
Edición Impresa | 29 de Julio de 2024 | 04:36

Por MARTIN CABRERA
Estudiantes se dio un gustazo en el clásico. Lo necesitaba, incluso más que su rival pese a su reciente conquista en el torneo pasado. Había una cuota pendiente para llegar a la perfección. Necesitaba volver a ganar en el clásico para dejar las cosas en orden, serenas las aguas y no dar motivos a ningún tipo de reproche. Goleó 4-1 a Gimnasia y por un tiempo caminará por las diagonales de La Plata con el pecho inflado y una sonrisa que nadie le podrá sacar.
Así rompió una racha de casi cinco años sin ganarle a su clásico rival, desde el recordado triunfo en el Bosque con gol de Mateo Retegui (noviembre de 2019) y volvió a festejar en 57 y 1 después del 1-0 de 2005 con gol de José Luis Calderón. De yapa extendió a 22 los años sin perder un clásico como local, ya que hasta la próxima temporada no se verán las caras. De bonus track se sacó la espina de las últimas ocho fechas sin festejos sumando todas las competencias en disputa. Por eso fue un domingo a pedir de Estudiantes: sus hinchas, jugadores y cuerpo técnico. Casi que ahora tendrán un recorrido sin presiones hasta que llegue el 21 de diciembre, cuando le toque jugar el Trofeo de Campeones ante el ganador de la Liga Profesional... si es que no se prende en este torneo y se anima a pelearlo.
Pero claro que no todo fue un desarrollo a su gusto. En el primer tiempo jugó mal y la pasó peor con un rival que sorprendió y se paró unos metros más adelante que en sus últimos clásicos. En el primer tiempo el Lobo se sintió mejor y más a gusto con el dibujo, con la pelota y con el partido. Sólo le faltó algo de audacia y efectividad para romper el cero.
Con Pablo De Blasis sobre Enzo Pérez y con Domínguez, el uruguayo Abaldo y Rodrigo Castillo presionando en la salida local, generó algunas aproximaciones y varias faltas que hicieron sonar las alarmas. De tiros de esquina o con pelota parada desde los costados, Gimnasia exigió a Mansilla, que respondió bien desde arriba y en un cabezazo que le sacó a Yonathan Cabral en la última jugada.
El gol de Santiago Ascacibar, el que empezó a romper el rumbo de un partido que no estaba sencillo para el vencedor / Sebastián Casali
Terminó mucho mejor el equipo de Marcelo Méndez, que incluso exigió al máximo a Federico Fernández que tuvo que pedir el cambio, en el momento de mayor desconcierto de Estudiantes, que nunca pudo romper las bandas ya que tanto Edwuin Cetré como Eric Meza o Thiago Palacios sucumbieron ante Juan Pintado y Nicolás Colazo.
Además de la de Cabral Gimnasia había tenido un remate desde afuera del área, bombeado, de Nicolás Garayalde que pasó muy cerca del segundo palo del arquero, que había rechazado con los puños uno de los seis tiros de esquina que tuvo en ese período. En la cancha despertó el “uhhh” de los hinchas.
Lo modificó eduardo Domínguez con los cambios
Está claro que el clásico quedará en la memoria de los hinchas como el que modificó el DT Pincha con los cambios: adentro Luciano Gimnénez, Pablo Piatti y Eros Mancuso por tres jugadores que había jugado 45 minutos muy flojos: Cetré, Meza y Gabriel Neves.
El clásico lo empezó a ganar Eduardo Domínguez con sus cambios en el entretiempo
De inmediato, en 55 segundos, dos de los ingresados realizaron la jugada que cambió por completo el rumbo del partido. La peleó Mancuso en la derecha y la ganó. La pelota quedó para Giménez que ganó la posición y remató al cuerpo de Insfrán, que despejó. El rebote le quedó al Ruso Ascacibar, que le rompió el arco al “1” del Lobo para el primer grito.
No se había repuesto del primer trompazo que a los 6 minutos le entró otro golpe, el que lo dejó casi nocaut. Nuevamente Eros Mancuso llegó a posición de centro desde la derecha (fue abismal la mejoría del equipo por ese sector) y un centro a la cabeza de Guido Carrillo, que ya había mostrado algunas cosas en la primera parte. Saltó más que Leo Morales y le metió un cabezazo letal para Nelson Insfrán, que no pudo hacer nada con es misil que salió por la vía aérea. Estudiantes, en seis minutos, pasó del desconcierto total a tener más de medio clásico en su bolsillo. Así es el fútbol, por eso todavía hoy sigue siendo tan apasionante.
Gimnasia sintió el impacto. Fue como un boxeador que deambula por ring. Le llevó más de 10 minutos digerir lo sucedido en ese fatídico arranque de complemento. Pero cuando intentó volver a manejar la pelota y quemar las naves (de hecho tuvo una llegada que combinaron Castillo y Benja Domínguez) recibió el tercer gol, el que prácticamente sentenció la historia en UNO. Esta vez Luciano Giménez peleó la pelota por la derecha pero en el juego aéreo. Ganó la pelota y le quedó a Guido Carrillo, ya a esa altura agrandado y con confianza. Por eso, desde el vértice derecho y con poco ángulo, le rompió el arco a Insfrán, que jamás imaginó que el delantero le iba a pegar desde ahí. Un golazo con todas las letras cuando el reloj marcaba 18 minutos. El 3-0 que antes había desperdiciado Thiago Palacios (bien el arquero de Gimnasia) y Piatti lo consiguió el jugador de Magdalena, en su tercera conquista en un clásico, el segundo suyo en el partido.
El partido se rompió. Méndez hizo cambios como para emparejar la situación en la mitad de la cancha. David Salazar le aportó más dinámica que Abaldo y Valentín Rodríguez mejor recorrido que Colazo. El partido fue de ida y vuelta, pero el Lobo volvió a sufrir en los metros finales, ya sea por una mala elección de remate o porque el arquero Matías Mansilla hizo (casi) todo bien. Sólo se equivocó en el final, cuando quedó mal parado y de cabeza el ingresado le cabeceó desde la derecha y clavó la pelota por el segundo palo. Lo mereció antes ese gol, pero llegó como para decorar el resultado.
Ya con tiempo adicionado y cuando los albiazules pudieron, incluso, haber llegado al segundo descuento como para que la derrota nos sea tan dolorosa, llegó la irresponsabilidad de Nelson Insfrán, que había tenido un buen partido correcto. Perdió la pelota en un centro y en su camino hacia ella le pisó la espalda a Pablo Piatti. Sin sentido. Roja y su equipo ya sin cambios. Penal que cambió por gol José Sosa con un remate fuerte al palo de Leo Morales, que se tiró a ese costado. Y un 4-1 que terminó siendo un duro golpe para Gimnasia. Durísimo de cara a lo que se le viene. Duro para la dirigencia principalmente. Y un alivio enorme para Estudiantes, que se liberó de presiones hasta el 21 de diciembre, que volvió a ganar un clásico para estirar la diferencia, que volvió a ser el dueño de la Ciudad al menos si se tienen en cuenta los cruces entre ambos y que le regaló una alegría inmensa a sus hinchas en UNO, en donde ayer jugó el partido 100.
❑ Entretiempo crucial por la osadía del DT y una actuación notable de Carrillo
❑ Domínguez: “Entendimos como había que jugar el segundo tiempo”
❑ Méndez: “Es un momento difícil y yo soy el único responsable”
❑ Guido Carrillo: un clásico de manual para un goleador que, cuando está bien, es jerarquía pura
❑ Santiago Ascacibar: el corazón del León tuvo su primer rugido en el clásico
❑ Lo ganó desde el banco: los cambios, vitales para la goleada del Pincha
❑ Pintado salió con un golpe y Ledesma será el arquero ante el Canalla
❑ El héroe silencioso de Estudiantes: Mansilla
❑ Facundo Tello salió ileso, porque ni el penal con expulsión pudo salpicarlo
❑ El clásico dejó múltiples postales rojas y blancas
❑ La fiesta Pincha tuvo un segundo capítulo en las calles del centro
❑ Estiró su racha: perdió apenas tres clásicos en 20 años
❑ Otro mercado de pases pobre y tardío que dejó a la dirigencia tripera en el ojo de la tormenta
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