Clásico platense: el rol de favorito está claro, pero la imprevisibilidad del fútbol deja vivo el suspenso
Edición Impresa | 16 de Octubre de 2025 | 05:08

Martín Mendinueta
@firmamendinueta
El clásico 171 de la era profesional, como cada uno de sus antecesores, regala condimentos que seducen a los habitantes de esta Capital. Mezclando ansiedad, mesuradas dosis de confianza y, aunque se confiese poco, bastante miedo a perder, el cóctel está buenísimo.
La brecha que separa la realidad de Estudiantes con la de Gimnasia se ensanchado en términos concretos, y es por eso que desde hace meses, el rol de favorito ya fue asignado.
Con el anfitrión recién llegado hasta los cuartos de final del torneo más jerarquizado del continente, y su huésped en situación sumamente delicada, conjuga el derecho y la obligación de asumir lo más exigente que desafía este deporte: gestionar el protagonismo ofensivo de las acciones.
Al Pincha no le servirá otro resultado que el triunfo; mientras que el Lobo, si consigue salir del estadio UNO evitando la derrota, sentirá que le habrá dado a su gente al menos una satisfacción de tantas que le está debiendo.
Se enfrentarán dos entrenadores que transitan momentos muy diferentes. Eduardo Domínguez, maduro y asentado en la actividad, con más de dos años en el cargo que supo ejercer con alta eficacia, por un lado. Por el otro, quien se encuentra en el inicio de una carrera donde la inestabilidad permanente conspira con el deseo por mostrarse idóneo. El “Barba” es uno de los DT mejor cotizados del país; mientras que “Lucho” hoy aspira a dejar de ser interino y convertirse en una apuesta dirigencial concreta.
Es imposible que la cita sea aburrida. Hay mucho en juego. Uno debe clasificar, sí o sí, para la próxima Copa Sudamericana; y el otro, asegurarles a los fieles que el fantasma del descenso ha dejado de asustarlo. Cargan obligaciones pesadas y no podrán eludirlas.
Con cualquiera de las tres posibilidades resultadistas, habrá vencedores y vencidos, contentos y amargados, algarabía ruidosa y pena silenciosa.
El Pincha es superior y tendrá que plasmarlo en el resultado
El León tiene documento nacional de identidad de juego. Eso es un montón. Sabe qué pretende y, también, la forma de implementarlo. El tema es que viene fallando en las dos áreas: es permeable en la propia e ineficaz en la de enfrente.
Con apellidos como Carrillo, Muslera, Ascacibar, Palacios y Medina no puede gambetear la responsabilidad (mucho menos en su casa) de irse encima de su oponente.
orden, ideas claras y un plus de carácter harán mejor al Lobo
Zaniratto no es mago, pero ya demostró que tampoco es tonto. La vez pasada supo acomodar las piezas, sumar puntos y ganarse el respeto del plantel. No fue poco y se notó.
Si se cierra mejor en defensa y acentúa el rasgo combativo en el mediocampo, tendrá argumentos respetables como para albergar una cuota de optimismo.
Llega el clásico y el morbo de hacer sufrir al otro cotiza en oro.
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