VIDEO. Clasificó de guapo: el Pincha, a cuartos de final
Edición Impresa | 24 de Noviembre de 2025 | 01:31
Por MARTIN CABRERA
Enorme. Resonante. Para la historia. Estudiantes escribió un capítulo dorado anoche en el Gigante de Arroyito luego de romper todos los pronósticos y derrotar 1-0 a Rosario Central como visitante, para eliminarlo ante el asombro de la patria futbolera. Volvió al equipo de la mística, de la entrega y el corazón. Un equipo que tuvo grandeza y supo sacar provecho desde lo emocional luego de una semana plagada de polémicas por la ruptura desde las redes con la AFA por su decisión de consagrar campeón al Canalla.
El equipo de Eduardo Domínguez ganó y ganó bien. No lució, no fue un brillo en sus líneas ni mostró un abanico de elegancia. Pero tuvo tanto corazón y entrega en cada pelota, fue inteligente y aprovechó una de sus oportunidades. Y, lo más destacado de todo, no supo ser llevado por delante de un rival con el poderío de Ángel Di María. Dio la nota y ahora el que jugará cuartos de final será el equipo albirrojo, que tendrá que viajar a Santiago del Estero para medirse contra Central Córdoba.
El primer tiempo de Estudiantes fue casi perfecto. Casi porque si hubiese aprovechado ese momento del partido que le fue favorable tal vez hasta lograba una diferencia mayor de la conseguida. Fue 1-0 merecido pero tuvo una o dos veces oportunidades como para aumentar.
El Pincha se paró en defensa pero sabiendo que los tres jugadores de adelante podían aprovechar las libertades que otorga el rival en ese intento de salir jugando todas las veces, arriesgando por demás y con poca lucidez, porque desde el minuto 1 se vio a un equipo nervioso, incómodo y muy presionado por llegar rápido al gol que le empiece a dar tranquilidad en adelante.
Llamó poderosamente la atención que el local exagerase cada una de las faltas que recibieron sus jugadores en la mitad de cancha, algunas reales y otras inventadas. Pero en cada momento de contacto se exageró por demás y se buscó condicionar a Pablo Dóvalo, que salvo algún fallo menor no se dejó impresionar y estuvo riguroso y, por sobre todas las cosas, justo, lo que no abunda en este fútbol argentino.
En esas salidas fallidas desde el fondo, ya con el murmullo de los hinchas que se arrancaban los pelos al ver a si equipo querer salir desde atrás con la pelota demasiado arriesgada, Estudiantes tuvo una chance clara con un remate desde afuera de Tiago Palacios que no le supo dar fuerza y dirección desde lejos. Pero fue un aviso de lo que podía pasar.
El Pincha defendió con cuatro jugadores y Piovi muy metido en la última línea
Central buscó con sus ataques por las bandas lastimar a su rival, que en alguna jugada lo desbordó pero los centrales y el arquero Fernando Muslera respondieron con certeza. No pudo imponer condiciones y la multitud empezó a cambiar ese clima de euforia en nerviosismo.
Por eso el gol de Edwuin Cetré a los 30 minutos no sorprendió demasiado. Otra vez una jugada de pelota recuperada bien manejada por Amondarian y Medina acabó con una habilitación para el colombiano quien tras enganchar para adentro con su pierna hábil logró un remate cruzado fuerte y junto al palo de Fatura Broun. Un golazo que puso a Estudiantes al frente en un partido que a continuación iba a ser totalmente diferente por las urgencias y obligaciones del local.
Pudo aumentar la visita con un remate alto de Facundo Farías, que no jugó bien e hizo extrañar más que nunca a Guido Carrillo. El “9” fue el que más quiso tener el equipo, incluso más que Santiago Ascacibar.
El segundo tiempo se jugó poco y con mucho nervio. Estudiantes se supo refugiarse en su campo pero no muy atrás. Quiso manejar la pelota para que el hincha local se impaciente más todavía. Incluso en un momento del partido Fideo Di María tuvo que mirar a sus hinchas y reclamarles que no griten más ante cada pérdida, que simplemente apoyen. Mucho nervio en un equipo local que quiso pronto estar en ventaja y no supo cómo. Se terminó quedando en cada intento y en todos reclamos a Pablo Dóvalo, el árbitro del partido, que dirigiò con absoluta imparcialidad.
Estudiantes pudo liquidar las cosas promediando el segundo tiempo cuando Facundo Farías quedó mano a mano con Jorge Broun pero definió mal cuerpo del arquero. Fue una jugada clave que pudo ser el puntazo final pero no. Y eso motivó al local que con los cambios mejoró un poco su juego. En cambio al Pincha los cambios no le hicieron bien. No entraron de la mejor manera Lucas Alario ni Alexis Castro y Central lo arrinconó con centros y con posesión.
Pero no tuvo una sola chance clara de gol. El ganador supo manejar el partido, le puso en un freezer cuando tuvo que hacerlo y apostó pro alguna contra. La expulsión de Mikel Amondarain lo dejó en zona roja los últimos minutos y cuando se adicionaron 8 minutos tuvo que aferrarse a su mística para ganar.
Clasificó Estudiantes, que cerró una semana en alto nivel. Tuvo guapeza y dignidad para encarar el partido, juego y valentía. Ahora se ilusiona con los cuartos de final.
El informe de Martín Cabrera desde Rosario tras el triunfo
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