Lágrimas de dolor, que se convirtieron en fuertes aplausos

Los hinchas Triperos en el cierre del año, aprovecharon la ocasión para agradecerle al equipo lo realizado en la Copa Argentina

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Por WALTER EPÍSCOPO

wepiscopo@eldia.com

La herida de lo sucedido el jueves en Mendoza aún está abierta, pero fueron más fuertes las ganas de ir al Bosque a agradecer por lo dado en la final de la Copa Argentina contra Rosario Central, y también a lo largo de toda la competencia. No importó el mal clima reinante, la lluvia, ni el cansancio por el eterno viaje de regreso, ya que la mayoría hacía pocas horas había regresado de tierra mendocina.

Un domingo sin clima de fútbol ni para ir a la cancha, con el cielo oscuro y una persistente lluvia que acompañaría hasta el entretiempo. Todas las luces apuntaban para la final de la Copa Libertadores entre River y Boca. Si hasta se cambió el inicio del encuentro en el Bosque que estaba pautado para las 19:20, para las 19:35 cuando se supo que había alargue en España.

Mucha gente llegó sobre la hora. Otros fueron igual y se quedaron debajo de las tribunas o cualquier techo que encontraban para mirar en su celulares el partido.

No importaba nada. El hincha quería estar en el Bosque para cerrar esta historia. Y se puede decir que después de momentos complicados, de enojos y demás, las cosas terminaron en paz.

Gran ovación y aplausos para el equipo cuando posó para los fotógrafos frente a la Platea Techada. También para Pedro Troglio y el uruguayo Silva.

Ni siquiera el gol al minuto de juego de Huracán rompió ese momento, y unos minutos más tarde el Tanque Silva de cara a “La 22” puso las cosas 1-1.

Mientras se llovía todo, Fabián Noce (DT del Súper Senior albiazul) y el Indio Ortíz (capitán del equipo) recibían el saludo de hinchas en la platea por la obtención del “Clausura” (ganándole la final a Estudiantes) y de la “Copa de Campeones” (al vencer al campeón del “Apertura”, Camioneros).

Mereció un poco más el Lobo, pero Marcos Díaz tapó dos remates con destino de gol, a Tijanovich y Hurtado. El cerrado aplauso del final para despedir a los jugadores fue la clara muestra que alguna que otra bronca, es parte del pasado.

Se terminó un 2018 agitado para Gimnasia, que empezó con la ida de Mariano Soso; siguió con un corto proceso de Facundo Sava; el positivo interinato de Darío Ortíz; y el regreso de Pedro Troglio a mitad de año para su tercer ciclo.

Será cuestión de tomar las cosas positivas. El hincha dio su veredicto, quiere que el equipo juegue como lo hizo en Mendoza o ayer en el Bosque a pesar de su cansancio.

Lo que el jueves fueron lágrimas de dolor por la final perdida ayer se transformaron en aplausos de agradecimiento por haber dejado todo, y un claro mensaje que acá no se terminó nada, todo lo contrario, puede haber comenzado algo.

 

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