El “uruguayo... uruguayo” se escuchó más fuerte que nunca en homenaje a Hugo Guerra

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El fallecimiento acontecido el viernes pasado de Hugo Romeo Guerra, pegó muy fuerte en todo el pueblo Tripero. Como sucediera hace un par de años atrás con otro goleador como el Pampa Gambier, su desaparición física causó mucha tristeza. Y en este caso del uruguayo Guerra mucho más, por que fue totalmente sorpresiva a los 52 años, producto de un paro cardíaco a poco de haberse acostado a dormir en su casa en Arrecifes, ciudad en la que vivía desde hace varios años.

Tras conocerse el deceso del Camello Guerra, los propios hinchas por redes sociales comenzaron a planear algún homenaje, al cual también se asoció la Institución.

Así es que anoche, primero el árbitro Julio Barraza dispuso un minuto de silencio antes de poner en marcha el juego, lo cual fue respetado por el público, que aplaudió largamente, y después, cuando se cumplió el minuto “9” (era el número que utilizaba en su camiseta) en cada etapa, desde los cuatro costados del Estadio “Juan Carmelo Zerillo”, partió un cerrado y emocionante aplauso de reconocimiento, y acto seguido atronó el tradicional “uruguayo... uruguayo”, que tantas veces el delantero charrúa escuchó tras recordadas conquistas en algún clásico ante Estudiantes; en la Liguilla Pre Libertadores frente a Boca; o en la inolvidable final de la “Copa Centenario” contra River en 60 y 118, donde abrió la cuenta de cabeza.

El último partido que jugó Guerra en Gimnasia fue el 29 de mayo de 1994, frente a San Lorenzo, como visitante, pero en el Bosque fue unos días antes y en un clásico que el Lobo ganó 2-1. Exactamente el 22 de mayo, fue lógicamente titular, aunque no le tocó convertir.

Anoche en la previa del juego frente a Newell´s, los hinchas mens sana dialogaban en los jardines y en la tribuna sobre la dolorosa noticia, y muchos aún no lo podían creer. Realmente dejó un gran recuerdo, no solo desde lo futbolístico, sino también en lo humano. En esas circunstancias, partidos, jugadas y goles del uruguayo ganaron protagonismo en una noche donde la atención se repartió entre el partido, la presencia de Pedro Troglio, el nuevo entrenador, la presencia de Lucas Calderón entre los suplentes y de su padre José Luis en la cancha, y naturalmente la repentina muerte de uno de los grandes goleadores que defendieron la camiseta albiazul en las últimas décadas.

Si bien Guerra solamente jugó tres años para Gimnasia (del `91 al `94) y ya pasaron 24 años de aquella despedida, ellos fueron suficientes para que el Camello (que jamás se olvidó del Lobo) sea merecedor de semejante muestra de cariño del público albiazul en una noche especial.

 

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