La actitud y entrega de Marcos Acuña en un equipo que quedó al borde del abismo

El ex Racing hizo un trabajo incansable, dentro de la pobreza del equipo. Marcó, corrió y se lo vio enérgico durante todo el partido

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Por LEANDRO DUBA
lduba@eldia.com

Todo mal para el seleccionado argentino. Sin juego, sin entrega, sin reacción... Derrota que duele frente a Croacia y una actuación colectiva e individual paupérrima, que lo dejó a un paso del abismo.

La Selección perdió la brújula. Y los croatas terminaron por desnudar todas las deficiencias de un grupo que no juega absolutamente a nada y que vuelve a sufrir las consecuencias de que las cosas están atadas con alambre.

Dentro de un contexto donde la Selección terminó derrumbada por el juego de un Croacia equilibrado, sólido y contundente, Marcos Acuña fue el único que se salvó del incendio. El ex volante de Racing, hoy en el Sporting de Portugal, fue pura entrega y sacrificio. En cada pelota dividida fue siempre con la pierna firme. Encaró, corrió, metió, y hasta aportó en defensa.

Quizás le faltó entrar un poco más en juego, pero no tuvo con quien apoyarse.

En el primer tiempo, lo hizo con Enzo Pérez y a cuenta gotas con Lionel Messi, pero en la parte complementaria, entró el desorden absoluto del equipo. Sin embargo, el juego sutil y a un toque que lo tiene acostumbrado, lo reemplazo con el sacrificio para recuperar la pelota y para cortar el juego ofensivo de los croatas.

El resto, tuvo una actuación realmente para el olvido. Ni el propio Lionel Messi se salvó de una performance que no convenció a nadie. Pareció estar perdido dentro de la cancha. Y sin reacción. Hasta fastidioso.

Nunca antes se la vio a la Pulga tan desdibujada e impotente. Desaparecido por completo. Pareció aislado e ido del partido, sin entender lo que se estaba jugando, con su última gran chance de quedar en la historia. Padeció la presión.

Tampoco fue productivo el aporte del Kun Agüero. Jugó siempre lejos de los volantes, no tocó casi nunca la pelota, y como si eso fuera poco, terminó absorbido por los centrales rivales.

La Selección anda a la deriva, sin brújula. Croacia lo dejó muy mal herido y cerca del abismo. Y si no hay un golpe de timón urgente, de cara al partido con Nigeria, se hunde definitivamente.

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