El Diego de bailecito en camarines, ante el Macri del “sí, se puede”, en Cuyo

Maradona y el Presidente coincidieron en una jornada especial en Mendoza. Ya en el estadio, Pelusa fue nuevamente ovacionado

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MENDOZA
Enviados Especiales

Se sabía que esto iba pasar. Una muestra había sido lo de Córdoba. El amor y la devoción que despierta Diego Maradona no tiene medida. Solo estuvo horas en la tierra del buen vino y la revolucionó por completo, incluso opacando y dejando en segundo plano la presencia del presidente de la Nación, Mauricio Macri, que se hizo presente tras los resultados de las elecciones del domingo pasado donde se impuso el radicalismo cercano al Gobierno Nacional. Macri hacía bastante que no venía, y justo coincidió con la presencia del “Diez” en la provincia cuyana.

Si, Diego y el Presidente coincidieron. El mandatario llegó el viernes por la tarde y el técnico lo hizo unas horas después, pero los medios y la seguridad desde el Aeropuerto enfilaron para Tunuyán, donde se hospedó el Lobo, a casi 90 kilómetros de la Ciudad. Por unas horas sólo se habló de Maradona.

Ayer por la mañana, Macri recorrió algunos lugares, pero la caravana detrás del micro y la ovación no fueron para otro que Maradona. El “olé, olé, olé, olé, Diego, Diego” tan metido en el inconsciente colectivo argentino, se escuchó una y mil veces. En el hotel y en la llegada al Estadio “Malvinas Argentinas”, voces de grandes y chicos le dieron la bienvenida al ómnibus Tripero que arribó pasadas las 11:30.

Los medios mendocinos por otra parte, le dedicaron mucho espacio recordando todas las veces que Diego pisó Mendoza. Ya sea con Argentinos Juniors, con la Selección Mayor o Juvenil para algún amistoso, como técnico de Racing, con el showball y hasta para alguna operación.

Y todo fue recibido como una bendición “papal” cada beso que Diego tiró al aire, casa saludo con esa misma mano del gol a los ingleses y al señalarse el corazón.

Todo también fue bastante caótico y la seguridad debió estar firme tanto en el hotel donde la gente se le quiso tirar encima cuando iba a bajar del micro y Diego se puso serio y desde la puerta dijo, “tranquilos, tranquilos... sino no bajo eh”.

Muchísimos celulares lo iban enfocando, tratando de perpetuar ese instante mágico de tener a sólo unos metros al mejor jugador de todos los tiempos. Un acontecimiento fuerte para el futbolero de poder tener a Maradona otra vez en nuestro fútbol. Hace 15 días lo vivió Córdoba, ayer Mendoza y en las próximas semanas Rosario y Mar del Plata.

Sin dudas el amor del pueblo futbolero para con el “10” está intacto.

homenaje en la previa

Minutos antes del inicio del encuentro y con los equipos en el campo de juego, apareció Maradona y la gente estalló. En medio de fotógrafos, periodistas y seguridad, Diego levantando su brazo izquierdo salido a la gente.

Una inmensa bandera con la imagen de Maradona, el Papa Francisco y Messi apareció en la cabecera local con la leyenda “orgullo nacional”.

La emoción del técnico qué pasó por el medio de un pasillo formado por chiquilines del Tomba portando una remera blanca con un “10” en la espalda y adelante la inscripción “Bienvenido Dios”.

Hubo entrega de presentes de la dirigencia local y luego Diego se ubicó en una silla ubicada delante del banco de suplentes. Pero antes de sentarse volvió a saludar levantando sus brazos y señalando su corazón y el “Diego, Diego” atronó inmenso otra vez.

Arrancaría el partido y enseguida vendría el gol del Tanque Contin, que el DT festejó como loco levantándose y yendo a abrazarse con sus jugadores. Pero esa, ya sería otra historia.

 

 

 

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