Victoria, desahogo y un grito de esperanza con el Diez a la cabeza

En el cuarto partido de la era Maradona, Gimnasia se despachó con cuatro goles y se anotó una esperada alegría

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MENDOZA
Enviado Especial

Por WALTER EPÍSCOPO

wepiscopo@eldia.com

Cuánto esperó este triunfo Gimnasia. Lo que vale para que el aire cambie. Más allá del arrastre de derrotas del ciclo de Darío Ortiz, la era de Diego Maradona llevaba tres jugados, tres perdidos, sin dudas un arranque para nada alentador después de toda la expectativa que se generó. Pero llegó... y el Lobo se despachó con cuatro goles.

Seguramente no fue el partido donde mejor jugó, pero supo aprovechar las chances que tuvo. Fue contundente. Después el cuerpo técnico deberá evaluar errores que se volvieron a cometer, sobre todo en el aspecto defensivo. Fallas que le costaron que el Tomba remonte un 0-2.

Seguramente en la tranquilidad de Estancia Chica Maradona junto a sus ayudantes buscarán corregir cosas, pero hoy el Lobo solo debe permitirse festejar, después de siete derrotas consecutivas y verse cada vez más hundido en las tablas de Promedio y Posiciones.

Diego en la semana decidió seguir haciendo cambios buscando el equipo que mejor lo represente. En esa construcción el triunfo debía llegar. Y llegó.

Cuando ni siquiera se habían empezado a “estudiar” los equipos, al minuto de juego Nicolás Contín sacó un derechazo violento que pegó en el poste derecho y se metió. Golazo del Tanque que era una de las sorpresas entre los titulares. El “9” ponía el 1-0 casi desde el vestuario y por primera vez en el torneo Gimnasia convertía primero que su rival.

El local salió a buscar pero equivocó los caminos. Nervioso, empezó a abusar del juego fuerte y sumó varias amarillas. El local con un remate desde afuera de Breitenbruch trató de molestar a Martín Arias que contuvo bien.

Ayala en el medio manejaba la pelota, Paradela trataba de asociarse con Caco García y arriba Contin estaba a la pesca. Los mens sana se paraban con un 4-1-4-1 muy claro buscando llegar por los costados con Comba por derecha y Tijanovich por izquierda.

A los 33 minutos un tiro libre de Ayala débil que contuvo el “uno” local sacudió la modorra, pero pasarían diez minutos para que el paraguayo se tomara revancha. Tiro libre en la puerta del área y el volante que la puso contra un palo. Era el 2-0 y explosión en el banco Tripero.

Pero esa diferencia que tranquilizaba duró poco, ya que al minuto Juan Brunetta encaró, pisó el área y con un remate cruzado venció a Martín Arias. No quedaría tiempo para mucho más y llegaba el final de la primera mitad.

El complemento encontró al elenco del Gato Oldrá volcado en campo mens sana, pero la pronta expulsión del zaguero Varela los desacomodó en su plan. Gimnasia controlaba el territorio y buscaba defender lejos de Alexis, pero en una mala salida de Caire por derecha, otra vez Brunetta quedó cara a cara con el capitán gimnasista y lo venció de nuevo con otro tiro cruzado, esta vez de izquierda a derecha. Las cosas estaban 2-2 y Maradona se agarraba la cabeza sin poder creerlo.

Empezarían a llegar los cambios en ambos lados. Lo tuvo Comba picándola por arriba del arquero pero la pelota se fue por arriba.

Pero a diez del final con el partido muy cerrado, se fue expulsado Jacquet (el otro central), y Gimnasia aprovechó tener dos jugadores más. Entró bien el pibe Miranda (reemplazó a Paradela) y trianguló con García y Contin, que precisamente serían actores principales para liquidar el partido.

A los 42 minutos la peina el Tanque y Csco picó al vacío, controló y definió con frialdad ante la salida desesperada del arquero. Era el 4-2 que cerraba todo. Por esos los abrazos se multiplicaban en el banco, como un gran desahogo.

Con el pitazo final llegó el festejo de jugadores y cuerpo técnico. Tal vez no fue el mejor partido de Gimnasia. Seguramente jugó mejor en otros partidos, pero ganó de forma contundente.

Ahora, sin la mochila de ganar el primer partido y haberse sacado ese peso de encima será más fácil empezar a crecer y que aparezca el equipo que mejor exprese la idea de juego. Y justamente en eso anda Maradona.

A los 38 minutos otra vez Ayala con un derechazo exquisito que se metió en un ángulo y dejó sin chance a Mehring. Diego se levantaba de su silla y el goleador se lo dedicaba. Otra vez arriba en el marcador.

Pero habría espacio y tiempo para una alegría más para el Lobo, pues tras una pelota larga, el Caco García aprovechó una fisura entre los defensores locales y definió con sabiduría (con su pierna menos hábil tras un buen regate) para darle cifras definitivas a la victoria: fue 4 a 2 y festejo desaforado para Diego y sus dirigidos. Desahogo mens sana.

 

 

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