A las puertas de un debate internacional urgido por la aceleración de los tiempos
Edición Impresa | 1 de Diciembre de 2019 | 02:36

Urgencia es la palabra clave que sobrevuela a la cumbre internacional del clima que comienza mañana en Madrid reuniendo a representantes de más de 200 naciones: un informe dado a conocer por la ONU en el curso de la última semana, que indica que la temperatura va a aumentar por encima de los 1,5 grados durante el siglo CXXI aún cuando se cumplan los acuerdos de París, instaló la sencación de que los tiempos se aceleran y que hay que tomar decisiones de manera urgente. La decisión de Estados Unidos, uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, de enviar al encuentro una comisión de bajo rango, incrementó la preocupación.
`Tenemos que hacer más y más rápido’’, dijo, por caso, ayer, la ministra española de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, cuyo país se ofreció a albergar la cumbre a última hora -se iba a realizar primero en Brasil , que desistió y más tarde en Chile, donde no se pudo concretar por loa situación social que atraviesa ese país- añadiendo que quería apoyar el “multilateralismo constructivo’’.
La directora de la ONU para el clima, Patricia Espinosa, afirmó, en tanto, ayer, que “la ciencia nos dice que estamos a tiempo. No se trata de transformar el mundo de hoy para mañana, pero tenemos que tomar decisiones hoy”, agregó, dando cuenta de los imperativos del momento.
Entre los principales puntos de la agenda de la reunión están la finalización de las normas sobre los mercados globales de carbono y acordar la forma de compensar a los países pobres por la destrucción causada en gran medida por las emisiones de las naciones ricas. Ambos temas de difícil resolución.
Las propuestas para crear un mercado mundial de permisos de emisiones existen desde hace décadas. La idea es que poner un precio al dióxido de carbono -principal gas de efecto invernadero- y reducir gradualmente los permisos disponibles animará tanto a países como a empresas a reducir sus emisiones, especialmente cambiando los combustibles fósiles por fuentes de energías renovables.
La Unión Europea y algunas otras jurisdicciones ya operan sistemas de comercio de emisiones limitados, pero los esfuerzos para trasladar la iniciativa al plano mundial se han visto obstaculizados por el temor a que la falta de normas firmes y transparentes puedan corromper el mercado.
La cuestión de la compensación a los países pobres por la destrucción ambiental también podría representar un tema delicado. La atribución de desastres naturales específicos, como los huracanes y las inundaciones, y de fenómenos lentos pero irreversibles, como el aumento del nivel del mar y la desertificación, al cambio climático es un asunto sensible dadas sus posibles cifras.
La preocupación sobre el costo del cambio climático aumenta en todos los frentes.
Mientras tanto, los científicos sostienen que el momento de actuar es ahora, si el mundo quiere cumplir el objetivo fijado en París de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados, idealmente en 1,5C, para final de siglo. Según algunas mediciones, la temperatura media ya se incrementó en un grado desde la era preindustrial, y el aumento más significativo se produjo en las últimas décadas.
“El calentamiento global va más rápido’’, advierten los científicos, quienes agregan que el mundo se encamina hacia varios “puntos de inflexión’’ que podrían acelerar drásticamente el ritmo del cambio climático. Entre ellos están la deforestación en la Amazonía y la disminución de las capas de hielo en Groenlandia y en la Antártida.
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