Cada vez son más los que cambian hábitos por el calentamiento global

Bianca Marioni (18) ya tiene el terreno y el plan: quiere construirse una casa con ecoladrillos hechos con plástico reciclado. Esa es una de las metas más ambiciosas que se planteó dentro de una serie de cambios que hizo en los últimos años en su vida cotidiana para contribuir a reducir el impacto del calentamiento global. Esos cambios son múltiples: van desde la modificación de hábitos de consumo al ahorro de energía o el reciclaje de la basura.

Bianca, que tiene 18 años y es estudiante de Química en la Universidad Tecnológica Nacional de La Plata es una más dentro de una tendencia que crece: la de los jóvenes que incorporan nuevos hábitos cotidianos para pelearle al calentamiento global.

Saben que con eso no alcanza: que para mitigar la emisión de gases de efecto invernadero -los responsables de provocar el calentamiento global- la principal responsabilidad es de los gobiernos del mundo. Pero entienden que las pequeñas acciones cotidianas desde el lugar de cada uno no sólo representan una contribución a la lucha contra el cambio climático, sino una forma de presión sobre quienes tienen el poder de decisión.

Mientras tanto, los especialistas coinciden en que las acciones que cada uno puede tomar desde su lugar son una contribución en la lucha contra el cambio climático y dan una serie de recomendaciones para que sean más eficaces (ver aparte). Aunque destacan que se trata de iniciativas que tienen que estar acompañadas por medidas de gobierno en todos los niveles para crear conciencia y fomentar la mitigación de emisiones y la adaptación al cambio del clima.

La lucha contra el cambio climático va a colocarse en el centro de la atención pública esta semana, ya que a partir de mañana los gobiernos del mundo intentarán lanzar una nueva era en la lucha frente a la crisis en una nueva cumbre del clima que se desarrollará en Madrid (ver aparte).

Y los debates se darán en un momento especial: a pocos días de que la ONU anunciara que la temperatura del planeta podría subir 3,2 grados este siglo, muy por encima de los 1,5 grados previstos inicialmente por los expertos y aunque se cumpla lo establecido en los acuerdos de París.

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En la misma sintonía, otro estudio difundido durante la última semana por la Organización Mundial de la Salud indica que sólo la contaminación atmosférica provoca en la actualidad siete millones de muertos por año en el mundo.

“Cambié hábitos de consumo: compro a granel para evitar los envases plásticos, reciclo la basura y uso menos el transporte”

Lola Quiroga (28) Diseñadora en Comunicación

También la FAO se sumó a las recomendaciones promoviendo un sistema alimentario que sea respetuoso del ambiente, la cultura y el bienestar de las personas, condiciones fundamentales para el desarrollo sostenible y sugiriendo una vuelta a las dietas tradicionales e indígenas.

Lola Quiroga es platense, tiene 28 años, es diseñadora en comunicación y como tantos jóvenes que están preocupados por el futuro del planeta sigue con atención las tratativas internacionales para frenar el cambio climático, mientras toma sus propias iniciativas en su vida de todos los días contra el cambio climático.

“Si esperamos a que los gobiernos hagan los cambios, el calentamiento global es imparable. Es necesario que cada uno de nosotros tome conciencia y cambie hábitos”, dice Lola.

Y es lo que ella comenzó a hacer desde meses atrás, lo que la llevó a adquirir nuevas costumbres en su alimentación su modo de desplazarse y de tratar la basura, según ella misma le cuenta a este diario.

Lola dice que empezó a introducir cambios en su vida cotidiana orientados a la protección del medio ambiente a partir del mes de junio de este año.

“Una de las primeras decisiones que tomé fue cambiar mi forma de consumir para evitar generar basura plástica. Dejé de hacer compras en quioscos y supermercado. Lo que hago ahora es comprar a granel, lo que evita todo el empaquetado. Como adopté una dieta vegetariana, lo que hago es comprar una vez por mes a granel con una mochila y complementar eso con la compra de frutas y verduras agroecológicas”, relata.

“Reduje hasta un 70% el consumo de carne y ahorro energía desenchufando los aparatos si no los uso”

Bianca Marioni (18) Estudiante de Química

Otro de los hábitos que incorporó fue el de tratar la basura. “A la plástica se la doy a las cooperativas de recicladores para que hagan ecoladrillos, mientras que con la orgánica hago compost”, relata Lola.

Por otra parte y teniendo en cuenta que “la industria de la indumentaria es una de las que más contanima en el mundo, dejé de comprar ropa nueva y ahora me visto con ropa que compro en ferias americana, al tiempo que limitó mucho el uso del colectivo”, cuenta.

Mientras planea construir su casa con ecoladrillos, Bianca Maroni tabién suma cambios en su vida de todos los días favorables al cuidado del ambiente.

Entre ellos, cuenta que redujo un 70% el consumo de carnes y que se acostumbró a desenchufar los electrodomésticos que no usa para evitar el gasto que supone la luz d los displays de esos aparatos en reposo.

Mientras trata de convencer a su papá de que haga lo mismo con el piloto de las estufas, “porque es un gasto innecesario y que resulta más importante de lo que uno cree”, Bianca también da charlas para chicos en escuelas concientizando sobre el calentamiento global.

En ese rol se llevó algunas gratas sorpresas, ya que encontró a chicos de primer y segundo grado que reciclan basura plastica en sus casas.

Lola y Bianca también forman parte de algunos de los movimientos juveniles de defensa del medio ambiente que surgieron en los últimos meses en el mundo y también tienen su expresión en La Plata a través de Alianza por el Clima (integrada por organizaciones como Fridays for Future, el movimiento impulsado por la adolescente sueca Greta Thunberg, Jóvenes por el Cliuma y Extintion Rebellon). Esta semana, muchos de esos jóvenes marcharon en La Plata en el marco de la 4ta Marcha Mundial Contra la Crisis Climática y Ecológica.