La condena a Lázaro Báez, un fallo que impacta en Cristina y agita a la coalición gobernante

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Por MARIANO SPEZZAPRIA

@mnspezzapria

Pese a que el fallo no la toca y a que aún se discute que pueda ser considerado como un delito precedente para otras causas que la tienen como imputada, Cristina Kirchner se recluyó ayer en Río Gallegos y mantuvo un estricto silencio luego de que Lázaro Báez fuera condenado a 12 años de prisión por lavado de dinero.

La distancia de miles de kilómetros que Cristina tomó con los tribunales de Comodoro Py se debió a un motivo declarado y a otro no confesado: este jueves 25 de febrero hubiera cumplido años Néstor Kirchner y habrá un homenaje familiar en el mausoleo de la capital santacruceña; el fallo contra Lázaro no debía sorprenderla en Buenos Aires.

La ausencia de la Vicepresidenta del territorio federal no reparó en el hecho de que estuvo a cargo del Gobierno, debido a la visita de Alberto Fernández a México, durante los últimos tres días. Tampoco Máximo Kirchner se quedó en Buenos Aires y acompañó a su madre a la Patagonia. Ambos regresarán el fin de semana, aseguraron a EL DIA fuentes de su entorno.

Cristina deberá presidir el próximo lunes la Asamblea Legislativa y darle paso al discurso de Alberto Fernández. El año pasado, el jefe de Estado propuso ante el Congreso avanzar con una reforma judicial, que sigue frenada en la Cámara de Diputados. Ahora se espera que vuelva a arremeter con cuestionamientos a jueces y fiscales.

El Presidente abona la teoría del Lawfare, esgrimida por Cristina que se considera perseguida por una supuesta organización de magistrados, dirigentes políticos (apunta especialmente contra Mauricio Macri) y medios de comunicación. Aunque el fallo que condenó a Lázaro Báez implica, a priori, una derrota simbólica para esa línea argumental.

El hecho de que los abogados de la Vicepresidenta no hayan podido frenar las causas que se sustancian en su contra, impacta en la interna del Frente de Todos. A tal punto, que ayer no solamente Cristina se mantuvo en silencio, sino también los demás dirigentes de la primera plana de la coalición gubernamental.

Alberto Fernández ya fue presionado públicamente para que aplique la herramienta del indulto en el caso de Milagro Sala, una carta que jugó el kirchnerismo tal vez para sentar un precedente político. El Presidente aclaró que el indulto le parece una “rémora monárquica” y dijo que, en todo caso, el Congreso debería discutir una amnistía.

Como Alberto no parece dispuesto a ceder en ese punto, en el oficialismo se analiza la posibilidad de impulsar una reforma en el sistema jerárquico del Poder Judicial, de modo tal de incluir un tribunal de revisión de condenas como una instancia superior a la Cámara de Casación. También hay quienes piensan que se deberían revisar los fallos de la Corte.

Las especulaciones sobre la ingeniería judicial que proyecta el Instituto Patria están relacionadas con el futuro de Cristina. Sobre el pasado, la Vicepresidenta se distanció notoriamente de algunas amistades de su marido fallecido, entre ellos Lázaro Báez, quien fundó Austral Construcciones en 2003, el año en que Kirchner desembarcó en la Casa Rosada.

Aunque Lázaro se encargó personalmente de dirigir la construcción del mausoleo en el que descansan los restos del ex presidente y estuvo junto a Cristina y a Máximo el día que los depositaron allí, en octubre de 2010. El mismo sitio donde, por estos días, se rompió un blindex y tuvieron que correr el féretro para poder repararlo.

 

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