¿Qué le pasó a Estudiantes? De luchar como le gusta a su gente mutó en un equipo frágil

Juega mal, luce débil, sin confianza y ningún titular está como se lo necesita. El futuro asusta

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Por MARTÍN MENDINUETA
deportes@eldia.com

La pobre realidad futbolística de Estudiantes conjuga una firme certeza y una cruel incertidumbre.Todos tienen el diagnóstico y nadie, el método de curación. El problema que aqueja al equipo de Benítez se ha vuelto tan severo que permite, en el natural debate entre sus hinchas, la convivencia de múltiples lecturas.

Al menos, el punto de inicio es coincidente: Juega decididamente mal. A partir de allí, la conformación del actual plantel, la calidad de los refuerzos que llegaron para esta temporada, la importancia vital de algunos que se fueron, la capacidad del director técnico para elegir primero y ubicar después sobre el campo a los mejores jugadores, el nivel que vienen mostrando los más veteranos del grupo, y también el presupuesto que deberá volcar, inevitablemente, en el próximo mercado de pases, son temas centrales a la hora de analizar el presente y vislumbrar el futuro mediato.

¿Por qué se apagó de un modo tan drástico el buen funcionamiento que el equipo supo tener en los primeros partidos de este ciclo de trabajo? ¿Qué hincha albirrojo no estuvo contento, satisfecho e ilusionado con el rendimiento alcanzado ante Gremio de Porto Alegre en el partido de ida por la Copa Libertadores, jugado de noche en el estadio de Quilmes? Respuesta muy fácil, ninguno. ¿Quién encontró graves fallas en la impecable y tan celebrada victoria ante Boca en el mismo escenario? Nadie. Hasta frente a Independiente, después de la muy digna derrota ante Gremio en Brasil, Estudiantes le ofreció a su gente respuestas emparentadas directamente con el carácter que fueron muy valoradas.

A partir del choque con Luján, por la Copa Argentina, el panorama empezó a modificarse tomando una dirección preocupante. Aquella vez ganó sólo por la buena ejecución de sus hombres y alguna eficiente respuesta de Andújar en los tiros desde el punto del penal. Días más tarde, Aldosivi desnudó su inoperancia. la ausencia casi total de creatividad ofensiva y también le notificó oficialmente que lo dejaba hundido en un pozo.

Allí está. Allí sigue. Se lo nota cada vez más impotente. Frágil. Vulnerable. Cuando avanza no genera expectativas porque su tenencia del balón es tan precaria como inconsistente. Hay una formación base que se repite únicamente por el gusto del entrenador, pero no hay equipo. Esa red contenedora que es el funcionamiento colectivo tiene agujeros por todas partes. Hacerle daño se ha vuelto para sus rivales una tarea no tan complicada.

EQUIVOCARSE CON LOS REFUERZOS NO ES GRATUITO

Nadie tiene dudas sobre la realidad, está jugando cada vez peor. Por eso, las quejas se multiplican, elevan el tono y crispan los ánimos. El Presidente Verón y los que lo acompañan en la toma de decisiones en el área fútbol profesional están en la mira de los hinchas más enojados. En un ámbito donde se maneja tanto dinero, equivocarse no es gratuito.

¿Quién evaluó las condiciones de Fernando Evangelista para luego resolver incorporarlo? ¿Quién lo vio jugar en Newell’s como para confiar de ese modo en su llegada?

La situación de Lucas Albertengo es diferente porque es un jugador con un pasado, no tan reciente, que lo respalda. Pero está muy claro que a la hora de definir llegadas y salidas del plantel principal la cúpula y la secretaría técnica han fallado mucho. La rescisión contractual de Israel Damonte fue la equivocación más grosera de los últimos tiempos. Lucas Bernardi, el DT que fracasó por completo en Estudiantes y que en las últimas horas fue despedido por su mala campaña en Belgrano de Córdoba, no quería a Damonte y el gobierno del club, en lugar de interceder para que esa diferencia se zanjara, optó por “sacarse de encima” a un jugador que interpreta, como pocos, la idiosincrasia “pincharrata”.

¿A quién se le ocurrió contratar a Matías Laba cuando tenía por delante seis meses de recuperación? Hoy, ya recuperado y formando parte del plantel profesional, no juega casi nunca y Benítez, con buen criterio, pone por delante al juvenil que debutó el último lunes, Franco Sivetti. Entonces, se fue Damonte (titular indiscutido en Huracán), Braña no brilla como antes, Iván Gómez tuvo la mala suerte de lesionarse, Bautista Cascini buscó mejor panorama en Chipre, juega Sivetti y Matías Laba transita un estadío profesional que a él no le sirve y a Estudiantes, mucho menos.

¿Y Jacob Murillo? Levante la mano quien recordaba que Murillo todavía forma parte del plantel de Estudiantes. No se necesitan más ejemplos para demostrar que se han equivocado bastante.

¿QUÉ HARÁN CON BENÍTEZ?

Está claro que con los números que ha conseguido el ciclo del “Chino” tambalea. ¿Qué harán con él? ¿Acaso dejarán que salga a flote o se hunda solo, o saldrán a respaldarlo públicamente como debieran hacerlo si realmente están convencidos de su idoneidad para ejercer la función que le asignaron? El tiempo dirá..

Estudiantes se derrumbó como equipo. ¿Por qué? ¿Por qué no probar con Mariano Pavone como titular ahora que Apaolaza bajó considerablemente su rendimiento? ¿Por qué Benítez hace tres cambios y en ninguno elige a “La Gata” Fernández? ¿Por qué no probar a Albertengo como segundo delantero sin obligarlo a recostarse sobre la banda derecha? ¿Por qué le erraron tanto con las decisiones en el armado del plantel? Esto es fútbol y cada uno cree tener la respuesta acertada.

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