Al igual que en 2002, la Conmebol protagonizó otro papelón histórico

En aquella ocasión se dio en el cruce entre el Lobo y Bolívar por Sudamericana. Hubo destrozos en la previa y el partido se jugó igual

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Pasaron muchos años y muchos nombres. Sin embargo la actitud de la Conmebol parece ser la de alguien totalmente desmemoriado y desinteresado absolutamente del bienestar físico de los verdaderos y únicos protagonistas, los jugadores.

“El show debe continuar”, suele decirse en las distintas salas de teatro o en los cines. La diferencia radica, claramente, en la gravedad de lo que puede ser algún imprevisto en el vestuario y lo que suele suceder en el cada vez más enfermo mundo del fútbol argentino.

VOLVER AL 30 DE OCTUBRE DE 2002

En aquel miércoles por la noche, sucedía algo similar a lo que ocurrió en la jornada de ayer.

En el marco de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, la primera edición, Gimnasia recibía al Bolívar boliviano por el partido de vuelta.

Luego de caer por 4 a 1 en la ida, el equipo conducido por Carlos Ramacciotti debía dar vuelta la historia ante su gente para lograr un lugar en la semifinal que ya tenía a San Lorenzo, quien se alzaría con el título.

Sin embargo, y al igual que ayer, lo estrictamente deportivo quedó en segundo plano.

En la previa al cruce, el ómnibus que trasladaba a la delegación boliviana fue atacado ferozmente en el kilómetro 51 de la Autopista Buenos Aires - La Plata. Allí, un grupo de personas lanzó todo tipo de proyectiles, destruyendo salvajemente el colectivo e hiriendo al menos a tres jugadores del equipo visitante, resultando su arquero, José Carlo Fernández, quien se llevó la peor parte y no pudo disputar aquel encuentro.

Ante esta situación, desde Bolívar se negaron rotundamente a jugar un partido definitorio, haciendo alusión no sólo a las lesiones de su guardameta, sino al nerviosismo y al temor de cada uno de los jugadores que tuvieron que vivir tan lamentable situación.

Sin embargo, y luego de mucha especulación y llamados cruzados de todos lados, con el veedor brasileño Ildo Nejar infiriendo de manera directa y Mauricio Cuellar, presidente del club y Tesorero de la Conmebol instando a sus jugadores a hacerlo, el desenlace fue el que ya se conoce: el partido se llevó adelante aquella noche del miércoles 30 de octubre y terminó con triunfo mens sana por 2 a 0 con goles de Víctor Muller. El “show continuó”, sin que importara absolutamente nada más que el negocio.

Lo sucedido en la jornada de ayer indefectiblemente generó la necesidad de viajar con la memoria a aquel 2002, demostrando que nada ha cambiado realmente, que el fútbol sigue siendo de unos pocos y que son ellos quienes deciden los destinos de la pasión de millones. Sólo la sensatez de unos pocos afectados, como Tevez y Gago, quienes manifestaron estar “obligados a jugar”, pese a su negativa, o la predisposición de Gallardo y su cuerpo técnico para solidarizarse con la decisión Xeneize, parecen ser un pequeño halo de luz dentro de un mundo que se acostumbró la oscuridad y que no pretende querer salir de la misma.

Aquí lo importante, una vez más, es que la redonda siga girando, no importa a costa de qué, ni tampoco de quién.

 

 

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