El alivio aterrizó en la concentración

Cambia, todo cambia. Y eso incluye el clima general que en la víspera rodeó al plantel de la Selección nacional que, tras la victoria salvadora frente a Nigeria, la del pasaje a los octavos de final, se reinstaló en la concentración de Bronnitsy.

Todo más tranquilo, nada que ver con el nerviosismo que se robó el protagonismo tras la dolorosa caída frente a Croacia, por la segunda fecha del Grupo clasificatorio D. Las caras de preocupación y seriedad quedaron atrás, le dejaron lugar a las sonrisas.

Con Francia como objetivo inmediato, el sábado, el plantel comenzó ayer la preparación, y repitiendo la rutina de las presentaciones anteriores, los jugadores se dividieron en dos grupos.

Por un lado, los que sumaron minutos contra Nigeria, se instalaron en el gimnasio del predio, para dar lugar a una rutina diagramada por el preparador físico para acelerar el proceso de recuperación tras el gran esfuerzo del martes.

Al margen, los que no participaron del encuentro por la tercera fecha fueron llevados a uno de los campos de juego que tiene la concentración argentina para cumplir movimientos con pelota, básicamente de tipo recreativos.

Y acá, en un momento, el que sorpresivamente entró en escena fue Jorge Sampaoli, el cuestionado entrenador de la Selección nacional que participó de uno de los ejercicios clásicos: el loco.

Sampa, quien la mayor parte del tiempo se movió en soledad, aislado del resto, de repente se dirigió al grupo central de jugadores, donde sonriente comenzó a correr, para mover la pelota evitando la captura del marcador de turno o bien tratando de interceptar alguna entrega.

Interpretaciones al margen, fue evidente como el triunfo del martes contra Nigeria, ese que evitó la eliminación en la primera ronda, y puso a Francia en el camino de octavos de final, modificó, y para bien, el clima de Selección.