El juez, pésimo
Edición Impresa | 21 de Agosto de 2018 | 02:28
El árbitro del partido tuvo un trabajo realmente para el olvido. Les perdonó la vida a Goltz y Pablo Pérez, quien dio un empujón ostensible estando amonestado, así como al pibe Apaolaza, que se pasó de rosa con un planchazo. Encima, obvio un penal a Jonatan Schunke. Una labor muy deficitaria.
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