El juez, pésimo

Edición Impresa

El árbitro del partido tuvo un trabajo realmente para el olvido. Les perdonó la vida a Goltz y Pablo Pérez, quien dio un empujón ostensible estando amonestado, así como al pibe Apaolaza, que se pasó de rosa con un planchazo. Encima, obvio un penal a Jonatan Schunke. Una labor muy deficitaria.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE