VIDEO. Estudiantes no tiene defensa, perdió con Argentinos y quedó al borde del abismo: espera el milagro
Edición Impresa | 17 de Noviembre de 2025 | 03:00
Por MARTIN CABRERA
El peor momento. Estudiantes transita el momento más delicado de los últimos años. Aunque parezca increíble está con un pie y medio afuera de los octavos de final del torneo Clausura, porque no le alcanzará para clasificarse entre los mejores ocho de una zona de 15 si esta tarde gana Huracán, Belgrano o Defensa y Justicia. Anoche perdió como local 2-1 contra Argentinos y la luz que tenía en sus manos se apagó de repente.
No mereció perder, como no mereció en varios partidos en este semestre. Pero el equipo es tan pero tan débil que tirarle la pelota al área es una sensación de gol para el rival. Los problemas ofensivos ante la ausencia de un delantero quedaron eclipsados por los horrores defensivos. El equipo, así partido en los dos frentes, no pudo hacer nada ante un rival temeroso que ya no es lo que fue el semestre pasado pero le alcanzó con poco para llevarse los tres puntos, la clasificación y renovar su ánimo luego del duro golpe de perder la final de la Copa Argentina.
El partido empezó con la necesidad de Estudiantes de llegar al gol para conseguir algo de tranquilidad. Pero sin ideas y cero profundidad. No tuvo un delantero de área y se dedicó a pasar la pelota para los costados y buscó el espacio que pocas veces encontró. Para colmo Luis Lobo Medina dejó en claro que iba a permitir que la visita haga lo que gustase en materia de manejar los tiempos.
Si se produce el milagro de clasificar lo espera Central sin Carrillo ni Ascacibar
Domínguez inició con un equipo plagado de volantes que no respetaron muchas formalidades. Salvo Amondarian los demás corrieron por los costados y trataron de generarse espacios. Fue un cúmulo de voluntades, con ganas pero sin la más mínima estructura ofensiva.
La única chance que tuvo el Pincha en ese primer tiempo fue a los 10 minutos y fue muy clara. Edwuin Cetré encontró ese espacio con un buen pase y mucha velocidad. Corrió por derecha varios metros y quedó mano a mano con el arquero rival pero se engolosinó y por no darle la pelota a Pérez que llegaba por el centro solo se perdió el gol: remató fuerte, cruzado y afuera,
Estudiantes no tuvo aura, liderazgo ni suerte en su partido de anoche ante Argentinos. Lo perdió por no marcar ni definir / Fotobaires
Lo que desperdició Estudiantes lo aprovechó Argentinos en el momento que sintonizó. Movió la pelota de punta a punta y desde la izquierda llegó el centro preciso para que Hernán López Muñoz, sin marca (¿y los centrales?) marcara el 1-0. Llama poderosamente la atención lo fácil que le llegan a este equipo, cuyos rivales en los primeros remares arco le hacen un gol y luego juegan con tranquilidad.
No había pasado en el partido para que uno de los dos equipos se pusiera al frente. Pero este Estudiantes no sabe crear situaciones y mucho menos convertirlas. Y defensivamente todo el año fue de regular para abajo. Entonces no sorprendía a nadie que el equipo ya estuviese perdiendo. Muchas veces el peor enemigo fue él mismo y anoche no fue la excepción.
Entonces el nerviosismo empezó a llegar desde las tribunas. A la situación numérica de la tabla de posiciones se le sumó la falta de ideas y sin liderazgo para poder ir en búsqueda del gol del empate. Pero ni así funcionaron las cosas porque el rival fue “bicho” y además de defenderse bien hizo el tiempo suficiente... total el árbitro dio dos minutos solamente. Todo para cambiar en el entretiempo.
De arranque Eduardo Domínguez apostó por lo ingresos de Joaquín Tobio Burgos y Santiago Núñez para mejorar el ataque y la defensa. El equipo no cambió demasiado pero logró pararse más adelante y tener otra energía. La sensación de estar más ceca del gol, ya sin mediocampo ante la salida de Amondarian.
El golazo de Joaquín Tobio Burgos a los 18 minutos pareció darle el espaldarazo necesario. Parecía que ahora sí iba a poder llevarse por delante a un equipo que vino a La Plata a buscar apenas un punto, al menos a juzgar por su postura.
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Pero la alegría le duró tres minutos. No pudo defender la siguiente jugada, con mucho amateurismo. Centro, marcas que miran y el 2-1 que fue un verdadero baldazo de agua fría. Perdió ahí toda esperanza más allá de que faltaba mucho por jugarse. El equipo no tiene aura, fuerza ni suerte. Por eso está como está y pide a gritos el final del año. Aunque parezca mentira con este plantel costoso está a horas de quedarse afuera del playoff. El semestre fue muy malo en el plano local y está pagando las consecuencias.
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