Los pañuelos sirvieron para identificarse con todas las consignas

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Leo llegó el sábado desde San Justo a vender pañuelos. Tiene violetas con la inscripción “Ni Una Menos” y verdes, por el aborto legal.

Vino con 600 pero apenas vendió un cuarto de ellos porque el clima no ayudó el sábado y recién ayer repuntó la posibilidad de colocarlos.

“Lo hago para trabajar y también por la campaña; mi hermana sufrió violencia de género y yo apoyo”, contaba mientras acomodaba los triángulos de tela sobre un lienzo rosa en el piso en 7 entre 51 y 53.

En otro puesto de pañuelos, los colores se multiplicaban, así como las consignas.

Había desde el blanco con el logo del 34 ENM, hasta el amarillo de Macri Gato (MMLPQTP).

No faltaron los naranjas, por la separación de la Iglesia y el Estado. Ni el rojo, por una nueva ley de adopción, además del fucsia contra el maltrato animal.

HASTA EL GLITTER

Había también uno blanco y verde a favor del autocultivo y la legalización de la marihuana y hasta uno azul con el logo de “Sinceramente”, el libro de Cristina Fernández de Kirchner.

Colgados en el cuello, como vincha, en las mochilas y en carteras o en las muñecas, el pañuelo verde así como el glitter (brillantina) en los ojos y en la cara, podía verse en las mujeres a cada paso, aún alejados de la zona de plaza San Martín.

La distinción fue una señal de hermandad durante los días del encuentro, y símbolo de una de las principales demandas del movimiento feminista: que el aborto sea legal, seguro y gratuito en Argentina.

 

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