Delfino demostró por qué venía de estar parado y nunca estuvo a la altura del clásico

Tarde para el olvido la que tuvo el juez, que echó muy mal a Faravelli y a Retegui, y terminó influyendo en el desempeño del partido

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Por FERNANDO ALEGRE

falegre@eldia.com

Era algo que venía mal barajado desde la concepción misma. Ya el miércoles pasado, cuando Néstor Pitana había salido en el sorteo para el clásico y Federico Beligoy decidió poner en su lugar a Germán Delfino y enviar al mundialista a Belgrano-Patronato por considerarlo un partido clave en la lucha por la permanencia. Ya desde allí, todo comenzó mal; y el propio Delfino fue el encargado de coronarlo con una actuación para el olvido.

Sin dudas que para el hincha de Estudiantes, el partido de ayer será recordado por conseguir una victoria ante su clásico rival y con el primer gol de Lucas Albertengo en el derby de la ciudad. Sin embargo, no puede quedar de lado la pésima tarde que tuvo a Delfino como foco de todas las críticas.

PUNTO DE INFLEXIÓN

El nacido en La Matanza no comenzó mal la jornada. De hecho, intentó estar cerca de cada jugada y en los primeros minutos no evidenció problema alguno. Pese a esto, a los 28´del PT, todo cambió.

En una situación de disputa en la mitad de la cancha, Lorenzo Faravelli se arrojó al piso de manera imprudente, pero ni el contacto, ni la fuerza eran merecedoras del máximo castigo.

Todo lo contrario interpretó Delfino quien, sin dudarlo, mandó al rosarino a los vestuarios antes de tiempo. A partir de allí, perdió completamente el rumbo y el control de un partido que se le fue de las manos.

Tres minutos más tarde de la roja al volante Mens Sana, llegó la expulsión de Ortiz.

Así las cosas, y por decisión del juez, el Lobo perdió a su armador del juego a su entrenador.

Sin embargo, las malas de Delfino no fueron sólo en contra de Gimnasia. El árbitro también se “comió” un penal en favor de Estudiantes, quizás algo sugestionado y comprometido por los errores previos.

OTRO TIEMPO, MISMOS ERRORES

En el complemento, nada mejoró. Delfino se mostró muy nervioso y poco claro en cada fallo en el que intervino. Permitió mucha pierna fuerte, expulsó de manera insólita a Mateo Retegui tras un minuto en cancha y le perdonó la vida a Matías Melluso, quien se mostró muy nervioso el tiempo que estuvo en cancha. Para colmo, ya sobre el cierre del juego, llegó la expulsión por protesta de Alexis Martín Arias

LA EXPLICACIÓN DE DELFINO

“Por la velocidad, la fuerza, por todo eso”, dijo brevemente el juez con respecto a la roja a Faravelli.

 

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