Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Séptimo Día |PERSPECTIVAS

Vidas animales, vidas humanas

11 de Marzo de 2018 | 08:44
Edición impresa

Por SERGIO SINAY
sergiosinay@gmail.com

También ella tiene derechos, y le están siendo reconocidos. Nació en 1966, lejos de aquí, en Hamburgo, Alemania, pero se puede decir que es hoy ciudadana de La Plata, a donde llegó cuando tenía 2 años. Pelusa, la elefanta solitaria del zoológico platense, se prepara para caminar los 2000 kilómetros más importantes de su vida. Los que la llevarán a un santuario protegido, en pleno Matto Grosso brasileño, para transcurrir allí, en un ambiente natural y propio, como nunca conoció, y junto a otros miembros de su especie, como jamás le ocurrió antes, todos los años que le queden por vivir. Ojalá sean muchos. Se calcula el promedio de vida de los elefantes en 70 años, cuando no hay predadores humanos en su hábitat, de manera que a ella le quedarían dos décadas de existencia. Esta feliz aventura de Pelusa se iniciará en cuanto termine de recuperarse de la dolencia en sus patas que le dificultaba caminar, y apenas obtenga su certificado veterinario internacional.

Pelusa es hembra de una especie que los humanos ubicamos genéricamente en la categoría de bestias (sin sentido peyorativo y aludiendo a los no humanos). En 1792 una escritora y pensadora inglesa llamada Mary Wollstonecraft (madre de Mary Shelley, la autora de “Frankenstein”) publicó un ensayo titulado “Vindicación de los derechos de la mujer”. Para su época, la obra fue escandalosa. Muy pocos pensaban que las mujeres tuvieran derechos. ¿Y a qué viene este recordatorio en medio de la semblanza de Pelusa? Ocurrió que, poco después de la publicación del ensayo de Wollstonecraft, un prestigioso filósofo de la Universidad de Cambridge, llamado Thomas Taylor, le salió al cruce con un libro que se titulaba “Una vindicación de los derechos de las bestias”.

Taylor ironizaba cruelmente sobre el texto de la que hoy se considera como una de las primeras pensadoras que exploraron la condición de la mujer en la sociedad, y se terminaba preguntando por qué, si habría de considerarse que las mujeres tienen derechos, no se podría hacer lo mismo respecto de gatos, perros, caballos, gallinas, loros, etcétera? A Taylor, como a la mayoría de sus contemporáneos (y a tantos contemporáneos nuestros), les parecía tan absurda una cosa como la otra.

DERECHOS QUE SE ACTUALIZAN

Si Pelusa y Mary Wollstonecraft hubiesen coincidido en aquella época, ni a una ni a la otra (una por animal, la otra por mujer) les habrían sido reconocidos derechos. Observar con cierta perspectiva la conducta humana, los modelos mentales y las creencias que las fueron guiando a través de los tiempos puede provocar estupor. Ya lo harán en el futuro muchas de nuestras ideas y comportamientos de hoy.

Como bien quedó expresado y fundamentado esta semana, abundan las legítimas reivindicaciones postergadas de las mujeres, que si se atendieran debidamente (y no solo desde discursos oportunistas) mejorarían mucho el mundo no solo para ellas, sino también para los varones, porque finalmente somos partes inseparables de un todo que es más que la suma de esas partes. Y el hecho de que Pelusa vaya a vivir pronto en un ámbito al que pertenece, rodeada de individuos de su propia especie, lejos de la curiosidad y la experimentación de los humanos, dice que también en la cuestión de los derechos de los animales empieza a haber cierta conciencia y actualización.

La igualdad, apunta Singer, no consiste en un tratamiento similar e idéntico, sino que exige igual consideración

 

Como bien sostiene el australiano Peter Singer, prestigioso filósofo moral, profesor en Oxford y en la cátedra de Bioética en el Centro de Valores Humanos de la Universidad de Princeton, todo ser viviente con capacidad de sufrir y de sentir placer, tiene derechos. No los mismos, por supuesto, porque las características e intereses de las especies varían al compás de la diversidad que es ley de la vida. Un niño tiene derecho a ser educado para desarrollarse como persona autónoma, señala el filósofo, mientras que un cerdo tiene derecho a revolcarse entre fango y comida. El problema, añade, es que nadie se comerá al niño, pero sí al cerdo.

Del modo en que algunos animales son usados (siempre por los humanos) como comida, otros lo son como herramienta de trabajo, otros como objeto de diversión, otros como elementos de experimentación científica y tecnológica, otros como proveedores de materia prima para diversas industrias (moda, indumentaria, suplementos dietarios, cosmética, decoración, productos farmacéuticos), otros como instrumentos deportivos, y los más afortunados como mascotas. Singer insiste en que, se los use para lo que se los use, los animales son siempre seres que sienten. Esto significa que sufren, gozan, temen, se alegran. La propia Pelusa sufrió en su momento una profunda depresión.

EL VALOR DE LAS VIDAS

Además de ser autor y compilador de “Compendio de ética” (conjunto de 47 ensayos a cargo de máximas autoridades en la materia) y, entre otros, de “Ética práctica”, Peter Singer publicó en 1975 un libro que lo posicionaría entre los pensadores más originales y poderosos del presente y que daría impulso y fundamento a un movimiento internacional que no ha cesado de crecer. Esa obra es “Liberación animal”, y allí, con un lenguaje sólido y claro y argumentos incuestionables, Singer no solo aboga por los animales, sino que propone explorar la condición humana y expone los componentes esenciales de un comportamiento moral que merezca llamarse así.

Para este pensador, que no solo presenta sus ideas, sino que las convierte en actos, ninguna vida vale más que otra, y éticamente no podemos pasar por sobre los intereses de otros seres solo porque no pertenecen a nuestra especie. Hablar de derechos exige contemplar la singularidad de cada especie. Así como las mujeres ganaron su derecho al voto (y era inaceptable que no lo tuvieran), ese mismo derecho sería ilógico en el caso de un gato. Pero humanos y animales viven y quieren vivir. La diferencia es que los humanos podemos preguntarnos por el sentido de la vida, y explorarlo. Ambos, sin embargo, tienen derecho a que sus vidas sean respetadas, aunque no sean iguales.

La igualdad, apunta Singer, no consiste en un tratamiento similar e idéntico, sino que exige igual consideración. De ahí que en uno y otro caso los derechos sean diferentes. Inspirado en las ideas de Jeremy Bentham (1748-1832), filósofo y economista británico, padre del utilitarismo, Singer sostiene el valor de cada vida en sí, considerada como una unidad. En esto no cabe hacer relativismo ni comparar una vida con otras para concluir cuál vale más. Si tomamos a cada ser como el que es, afirma, todos sufrimos igual. Si Pelusa se comunicara con nuestro lenguaje, podría ilustrarnos sobre esto. Pero mientras tanto podríamos imaginar cómo nos sentiríamos si a lo largo de cincuenta años viviéramos sin un ser humano alrededor, en un ámbito que nos es ajeno, continuamente observados por seres de una especie que no es la nuestra.

Si no creyéramos que los animales son en esencia como nosotros, no existirían el Ratón Mickey, el Pato Donald, el Pájaro Loco. No probaríamos en ellos las drogas que luego nos aplicamos, no llamaríamos con nombres o apodos humanos a nuestras mascotas. Y no nos alegraría que Pelusa vaya a tener, por fin, la vida que merece.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla