Schlenker admitió pelea con Rousseau

William Schlenker, uno de los sindicados barrabravas de River presos por el crimen del hincha Gonzalo Acro, admitió ayer que se enfrentó a golpes con la víctima y el líder de la facción opuesta de “Los Borrachos del Tablón“, Adrián Rousseau, en la denominada “Batalla de los Quinchos“. Fuentes judiciales informaron que William declaró sobre esos incidentes anteriores al homicidio ante el juez de instrucción porteño Luis Rodríguez, aunque no aceptó responder a las preguntas del magistrado.

Por su parte, su hermano, Alan Schlenker, también procesado tanto por “La Batalla de los Quinchos“ como por el crimen de Acro, se negó a declarar ante el juez en el marco de la causa por la pelea con el hincha asesinado y Rousseau. Según las fuentes, William se limitó a narrar que el 11 de febrero de 2007, tuvo una pelea a golpes de puño con Rousseau en los quinchos del Monumental.

De acuerdo al sospechoso, el sindicado líder de la facción opuesta de la hinchada no pudo lastimarlo durante la pelea a golpes de puño, por lo que le propinó un “puntazo“ en la espalda. En cuanto a Acro, lugarteniente de Rousseau, William afirmó que también se enfrentaron ese mediodía, pero que mientras él sólo había recibido un corte en el labio, “Gonzalo terminó con la cara toda inflada“, dijeron los informantes.

William subrayó el resultado de ambas grescas, ya que una de las razones por las que Rodríguez cree que participó meses más tarde del asesinato de Acro, fue, precisamente, que había quedado “mal parado“ en esa disputa que tuvo lugar en medio de familias de socios que almorzaban antes de un partido de River.

En tanto, vestido con una camiseta del club “millonario“, Alan Schlenker no realizó ninguna declaración ante el juez Rodríguez, al aducir que considera que el magistrado no le ofrece garantías. En un escrito que presentó en el despacho del juez, Alan puntualizó que está preso sólo por los dichos de Rousseau, que se le negaron elementos de prueba esenciales para demostrar su inocencia y que se le prohibió “de manera arbitraria“ mantener contactos con la prensa.