Realeza: guerra entre los Saboya y los Borromeo, una disputa “noble” histórica

Como Montescos y Capuletos, pero sin Romeos ni Julietas es la rabia que se tienen Borromeos y Saboyas. Pero la historia no es fruto de la imaginación de William Shakespeare ni obra de teatro sino que se dirime en tribunales, redes sociales y canales de streaming.

La disputa vuelve a estar en las noticias porque se acaba de estrenar en Netflix la miniserie “El príncipe que nunca reinó”. El título en castellano no refleja la realidad. “The King who never was” es mucho más acertado ya que trata de un episodio que tiene como protagonista a Víctor Manuel de Saboya, hijo del último rey de Italia. Él nació para ser rey pero nunca reinó aunque sí es titular de los derechos dinásticos de la corona y jefe de la Casa de Saboya.

No es casual que la directora de esta serie sea Beatriz Borromeo quien intenta ser imparcial y juzgar lo menos posible al personaje aunque una larga historia de injusticias, no se lo permita.

Pero ¿quién es quién en este entramado?

Los reyes de Mayo, Humberto y María José / Web

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Hasta mitad del siglo XIX Italia era una serie de reinos independientes. Gracias a los buenos oficios de los Saboya, que reinaban en Piamonte y Cerdeña, en 1861 se logra la ansiada unificación italiana y, mediante un plebiscito se establece como forma de gobierno la monarquía y asume como rey de toda la nación Víctor Manuel II de Saboya quien ha pasado a la historia como “el padre de la patria”.

Este rey dejó como legado una Italia unida y dos grandes monumentos: en pleno centro de Roma, el enorme edificio blanco con columnas conocido como “la máquina de escribir” que fue construido en su honor, y en Milán, la glamorosa Galería Vittorio Emanuelle II, en frente del Duomo, un paseo ineludible a quienes visitan la ciudad.

Su hijo reinó como Humberto I y más allá de sus logros militares, el legado mayor no fue suyo sino de su esposa. A instancias de la reina Margarita de Saboya, los maestros pizzeros comenzaron a agregarle queso muzzarela al tradicional pan con tomate. Así nació la pizza Margarita y, luego, todas sus variantes. El más recordado de los reyes Saboya es Víctor Manuel III, quien, a pesar de tener ideas liberales y democráticas, terminó siendo un títere de Benito Mussolini. Si bien al principio de su largo reinado se lo llamaba el “rey socialista” pasó a la historia como “Sciaboletta” que significa “sablecito” porque, debido a sus piernas cortas y baja estatura, tuvieron que hacerle un sable especial para que, al colgarlo de su cintura no lo arrastrara.

Víctor Manuel, Marina y Manuel Filiberto alrededor de 1978 / Web

El 6 de mayo de 1946, Víctor Manuel III abdicó a favor de su hijo Humberto quien pasó a la historia como “el rey de mayo” ya que solo reinó por 34 días. El 12 de junio en Italia se impuso la república y los Saboya tuvieron que exilarse. Vivieron en Egipto, en Portugal y en Suiza hasta que recién en 2002 pudieron volver a pisar suelo italiano.

El rey Humberto se había casado con la bellísima princesa belga María José. El matrimonio duró lo que duró la estancia en Italia porque en el exilio se separaron. Nada bueno podía haber en esa unión ya que Humberto era homosexual y María José una antifascista convencida viviendo en territorio hostil. Eso sí, cumplieron con su deber y dieron hijos al reino. Tres mujeres y un muchacho que es el protagonista de esta entrega: el príncipe Víctor Manuel, nacido en 1937, como heredero y quien hoy reinaría en Italia en el improbable caso de que se convierta en una monarquía.

Sus hermanas fueron María Pía, la única casada con integrantes de otras casas reales; María Gabriela, que fue novia de juventud del rey Juan Carlos, y Beatriz, que se casó en Córdoba con un argentino, Luis Reyna Corvalán, quien falleció en 1999 en México bajo circunstancias poco claras.

Como Montescos y Capuletos, pero sin Romeos ni Julietas, es la rabia que se tienen

Víctor Manuel vivió casi toda su vida en Suiza. A pesar de la oposición de su padre, se casó en 1970 con una plebeya: la esquiadora suiza Marina Doria. Dos años después nacería el único hijo de la pareja, el príncipe Manuel Filiberto.

Víctor y Marina formaban parte de esa juventud dorada que pasaban los largos meses de verano en las playas del Mediterráneo sin más preocupación que navegar y broncearse. El fatídico 18 de agosto de 1978 estaban en una de las islas de Córcega disfrutando de un almuerzo en la playa cuando llegaron algunos veleros con jóvenes ruidosos que discutieron con la pareja. Por la noche llegó a oídos del príncipe que le había robado un bote y fue hasta el puerto enojadísimo y con un arma en la mano. Como consecuencia de disparos fue herido un joven noruego, Dirk Hamer. Lo que sigue, lo relata Beatriz Borromeo en la serie así que nos abstenemos de hacer spoiler.

Pero ¿quiénes son estos Borromeo? Si la familia Saboya le dio a la grey católica un par de papas, los Borromeo no se quedan atrás ya que tienen un santo en la familia: San Carlos Borromeo, que fue canonizado en el siglo XVII.

El príncipe Manuel Filiberto de Saboya / Web

Los Borromeo son comerciantes establecidos desde la Edad Media en el norte de Italia. Durante siglos existió el Estado Borromeo que hasta 1861 fue independiente. Aunque no fueron estadistas como los Saboya, su poder radicaba en su fortuna. Además de ser astutos para los negocios, los Borromeo siempre tuvieron una especial habilidad para casarse “bien”, lo que les valió obtener títulos nobiliarios y llenar sus arcas. La relación con los Saboya nunca fue fluida pero cada uno reinaba en su región y tampoco hubo grandes disputas. Con quien mejor forjaron una relación fue con el rey Víctor Manuel III que les otorgó el título de príncipes.

Algo totalmente fortuito une a las dos grandes familias de Italia. O mejor dicho, las enfrenta. La hermana del joven Dirk Hamer, a quien supuestamente el príncipe Víctor Manuel disparó, es muy amiga de Paola Marzotto, la madre de Beatriz Borromeo.

Paula acompañó a Birgit Hammer en la búsqueda de la verdad y la justicia durante toda la vida. Cada vez que el episodio de Córcega era olvidado por la prensa, Birgit, con la ayuda de su amiga Paola, buscaba reflotarlo con pruebas nuevas.

No es de extrañar que Beatriz haya oído hablar desde pequeña del caso. Incluso, dicho por ella misma, fue lo que la inspiró para estudiar periodismo y dedicarse a la investigación.

Aunque no dudamos de que nació en cuna de oro, la gestación de Beatriz Borromeo fue bastante desprolija. Su padre es Carlo Borromeo, conde de Arona, un título con poca validez en una república pero que le da cierto relumbre a una familia que conserva su poder económico y la mayoría de sus castillos del norte de Italia. Su madre es Paola Marzotto, descendiente de una de las familias que, además de tener títulos nobiliarios poco consistentes, han sido magnates de la industrial textil. El tema es que Carlo y Paola eran, en realidad, amantes. Carlo nunca dejó de estar casado con otra mujer con la que tuvo también descendencia. Nada de eso fue un problema para formar una familia ensamblada y un fuerte vínculo de amor entre los hermanos de una y la otra.

Beatriz, mientras cursaba sus estudios universitarios, conoció a Pierre Casiraghi, hijo menor de la princesa Carolina de Mónaco y Stéfano Casiraghi, su segundo esposo. Ya dijimos que los Borromeo sabían casarse.

No es casual que la directora de esta serie sea Beatriz Borromeo, quien intenta ser imparcial

Dicen que la joven no tenía una buena relación con su madre y que a toda costa quería independizarse de modo que, mientras estudiaba, comenzó su carrera de modelo. Ya trabajando como periodista, se dedicó a investigar sobre la mafia lo que le valió más de un susto. Mientras escribía para el periódico” Il Fatto Quottidiano” ayudó a la familia Hammer a conseguir y difundir una prueba fundamental para reflotar el caso de Córcega lo que le valió la enemistad definitiva con el príncipe Víctor Manuel y con el hijo de éste, Manuel Filiberto, vocero de los Saboya.

Después de su boda con Pierre, en 2015, y el posterior nacimiento de sus hijos, Beatriz abandonó su puesto en la prensa italiana para dedicarse al cine, especialmente al género documental. A pesar de que en los reportajes dice que ya no investiga temas riesgosos, con la salida de esta serie vemos que no elude la polémica.

Beatriz Borromeo filmando El príncipe / Web

Hace un par de años se peleó con Manuel Filiberto por las redes. El príncipe, de 51 años, apareció en la televisión italiana promocionando la serie The Crown en un spot en el que comenzaba diciendo “La familia real regresa al país”. Era un título-gancho, claro. Y se refería a la ficción. Pero Borromeo no captó la ironía y le contestó que mejor que su padre se hiciera cargo de lo de Hammer.

Beatriz fue muy agresiva con los Saboya en sus artículos y se arrepintió. Pidió ella personalmente perdón a Víctor Manuel y a Manuel Filiberto y logró entevistarlos para la serie y que dieran su versión de los hechos. Fue un perdón artero y envenenado, según los Saboya, que no se quedaron conformes con cómo fueron presentados los hechos y están dando reportajes que, seguramente, avivarán la polémica.

La serie “El príncipe que nunca reinó” es interesante para ver y sacar conclusiones. Beatriz hizo muy buen trabajo. Una pena que haya incluido en la edición la parte en que Saboya intenta minimizar su culpa recordando el episodio en que perdió la vida un hermano del rey Juan Carlos cuando estaban manipulando una escopeta, un accidente del que los borbones nunca se recuperaron del todo. Tal vez, Víctor Manuel al contar esto, quiso vengarse de cuando Juan Carlos lo echó de la fiesta de boda de Felipe y Letizia, al grito de “A éste, nunca más (lo invito)” luego de que el italiano, pasado de copas, le diera una trompada a otro invitado e hiciera trastabillar a la propia reina Sofía.

Beatriz tiene nuevos proyectos cinematográficos mientras brilla en la Semana de la Moda parisina y en los actos del principado de Mónaco luciendo las últimas creaciones de Dior, firma de la que es embajadora.

Los Saboya, mientras tanto, confían en que la princesa Victoria, de 19 años e hija de Manuel Filiberto, reavive el prestigio y glamour de la dinastía y ya han dicho que, en cuanto esté preparada, será la nueva jefa de la Casa. ¿Lograrán las nuevas generaciones llegar a la verdad y reconciliarse o la serie tendrá una segunda temporada aún más picante? Pronto lo sabremos.

La princesa Victoria de Saboya / Web