Desmantelan imprenta en Quilmes vinculada a la falsificación de cigarrillos y medicamentos

La Policía Bonaerense desmanteló una imprenta clandestina que operaba en la localidad de Quilmes, en el marco de una investigación por falsificación de sellos, timbres y marcas, evasión fiscal y comercio ilegal de cigarrillos. El operativo, ordenado por el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°2 de Morón, a cargo del juez Jorge Rodríguez y con intervención de la Fiscalía Federal de Santiago Marquevich, culminó con la imputación del dueño del lugar y el secuestro de una gran cantidad de material ilícito.

El allanamiento se llevó a cabo en una propiedad ubicada en Pedro Elustondo al 200, donde se incautó maquinaria industrial de alta capacidad utilizada para la producción masiva de marquillas de cigarrillos apócrifas. Entre los equipos hallados se encontraban impresoras offset, guillotinas, troqueladoras y dispositivos de hot-stamping. Las autoridades también encontraron chapas de impresión correspondientes a marcas como Golden King, Boxer, Melbourne, Milenio Click, Jaisalmer y Red Point, así como planchas con advertencias sanitarias falsas, algunas de las cuales presentaban inscripciones de origen boliviano.

El propietario del establecimiento fue identificado como Daniel Gustavo Villani, de 56 años, quien quedó imputado por los delitos investigados. Según fuentes cercanas a la investigación, las marquillas falsificadas no correspondían a versiones oficiales de empresas tabacaleras, sino a variantes utilizadas específicamente para evadir impuestos mediante el uso de estampillas apócrifas, lo que dificultaba significativamente su rastreo por parte de las autoridades fiscales.

La causa se originó a fines de 2024, a partir de una denuncia que alertaba sobre la venta de cigarrillos ilegales en una vivienda del partido de Moreno. El denunciante aportó cinco atados de cigarrillos como prueba, lo que impulsó el inicio de tareas encubiertas a cargo del Gabinete de Delitos Federales. Como resultado de estas tareas, se realizaron cinco allanamientos simultáneos en distintos domicilios, abarcando las localidades de Quilmes, Escobar, La Matanza (en dos direcciones) y Moreno.

Además del material directamente vinculado con la industria tabacalera, durante el procedimiento en la imprenta de Quilmes se halló una importante cantidad de medicamentos presuntamente falsificados. Se encontraron más de 300 referencias distintas, entre las que se incluyen psicotrópicos como lorazepam y alprazolam, fármacos oncológicos como paclitaxel y temozolomida, así como antibióticos, analgésicos y productos hormonales. Muchos de estos medicamentos, que son de venta bajo receta archivada, carecían de documentación sanitaria o trazabilidad, lo que representa un grave riesgo para la salud pública. Los investigadores indicaron que parte del material encontrado estaba relacionado con medicamentos de alto costo, tanto de marcas reconocidas como genéricos, sin registros oficiales que certificaran su origen o condiciones de conservación. Se prevé que esta parte de la investigación sea derivada al juez federal de Quilmes, Luis Armella.

Organismos internacionales como Interpol, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Departamento de Estado de Estados Unidos han advertido reiteradamente que el comercio ilegal de cigarrillos no solo implica una significativa pérdida en la recaudación tributaria —en Argentina el precio está gravado en más de un 75%—, sino que también funciona como una fuente de financiamiento para redes delictivas y grupos terroristas.

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Con esta intervención en Quilmes, las autoridades buscan desarticular un eslabón clave en la logística del mercado ilegal: la producción gráfica de marquillas falsas, que permite a las bandas comercializar productos apócrifos como si fueran legítimos, eludiendo así los controles aduaneros y sanitarios que protegen tanto la economía como la salud de la población.