Victoria Onetto: "Los hombres no me alcanzan"

Victoria Onetto explota, avasalla, brilla; sin lugar a dudas es una de las actrices más sexies de la Argentina.

Cumplió 32 años en la vida y 17 en la actuación, utilizó siempre su infartante cuerpo como un arma para explotar y está lejos de encarnar en la vida real a una perfecta Susanita, no sueña con ser madre ni con la familia perfecta. Dice que está más tranquila, prioriza su profesión y la compañía de un hombre a su lado.

Su padre fue un militante peronista asesinado durante la dictadura militar y creció careciendo de la figura paterna.

Hizo de todo para ganarse la vida: fue vendedora, profesora de tenis y mesera VIP en Paladium. "Cuando me empezó a ir bien en 'Clave de sol' tenía 17 años", largó todo y se dedicó a ser actriz.

El esfuerzo le dio satisfacciones, porque gracias a su trabajo se compró una casa y hoy puede elegir sus trabajos.

Fue una de las pocas actrices "serias" que admite haber trabajado en un filme erótico: "Chicos ricos", y se atrevió a sacarse fotos desnuda para un libro.

Tan provocadora es que algunos la vieron como la sucesora de "la Coca" Sarli, pero ella quiere correrse del podio de comehombres.

En las entrevistas siempre jugó con su sexualidad y dio indicios de una aparente bisexualidad que nunca gritó a boca de jarro, pero dejó traslucir.

Aunque despierta ratones, ella dice que el espectáculo es un negocio y ella un producto. Se considera una guerrera y destaca que su arma es la inteligencia.

Talentosa y dueña de un carácter fuerte, nunca le faltaron propuestas laborales, trabajó en las películas "Peligrosa obsesión" , "El favor" , "Chicos ricos", "Tesoro mío" , "El mundo contra mí", "Carlos Monzón, el segundo juicio" y "De mi barrio con amor".

En televisión pasó por "Montaña rusa" cuando usaba su pelo natural corto, con muchos rulos y castaño claro, y también por "No hay dos sin tres", "Muñeca Brava", "Los Felipe" y en algunos capítulos de "Conflictos en red". A la vez, vivió una felicidad personal cuando le llegó el primer protagónico teatral en la obra "Pijamas".

GALANES EN FRASCO CHICO

Luciendo un vestido ceñido y la boca rojo bermellón fue entrevistada en la sección "verdadero-falso" de "Indomables" (América) y aseguró: "Todos los galanes argentinos son bajitos", despertando un revuelo inevitable.

Y para muchos, la actriz disparó una gran verdad, que fue motivo de nota en este mismo diario hace unos meses.

Desde Tomás Fonzi, pasando por Pablo Rago, Adrián Suar, Nicolás Cabré, Fabián Vena y alguno más de una generación anterior, los galanes argentinos que despiertan suspiros en las mujeres de toda edad, al igual que los buenos perfumes, vendrían en "frasco chico".

Muchos podrían decepcionarle o no creerle, pero Onetto insiste en aclarar que su imagen de comehombres en una farsa que creó para venderse como personaje. "Soy bastante diferente de lo que se ve o se cree. Por ejemplo, con Fabián Gianola nunca había trabajado y en el primer mes de ensayo de 'Pijamas' me dijo que me imaginaba distinta. Lo que se espera de mí es 'la comehombres' y estoy muy lejos de eso".

La actriz parece tener muy claro cuáles son las reglas del juego para moverse y permanecer en el medio artístico. Nada de improvisación y mucha estrategia parecen ser los pilares por los cuales se sostiene como una PYME. "Lo que se ve a primera vista tiene que ver con una parte más comercial. Hace 17 años que estoy en este negocio y sé qué vende, por qué me llaman los productores. La imagen es muy importante".

ME GUSTA ESA CHICA

La presencia sexual de la actriz es muy poderosa. Si bien nunca gastó su imagen convirtiéndose en una mujer mediática, alejada de los escándalos, se destacó por hacer declaraciones fuertes.

Por ejemplo, cuando hace un tiempo fue como invitada al programa "La Biblia y el calefón" tuvo unas palabras para la modelo Karina Jelinek. La cosa se dio cuando le dijo que le gustaba mucho, dejando atónitos a los presentes y a los televidentes.

Onetto tiene un costado de diva. Sobre todo por la privacidad con la que resguarda a sus parejas de turno. Adicta a los noviazgos largos, la actriz no expone a los hombres que están a su lado. "Estoy en un momento calmo, porque estoy en pareja hace cuatro años y muy bien. Estoy afuera del mundo de la seducción, eso de mirar a un hombre. De repente, esa energía que ponía en la histeria la canalizo en otro lugar", dice.

Aunque quienes la ven en televisión siempre la ven de punta en blanco, muy femenina, maquillada como una diosa y con prominentes escotes ella dice que se siente mejor cuando no está producida. "Me siento más divina, sensual y sexy cuando dejo de producirme. Me gusta más cuando no me maquillo y me tapo, que cuando me desnudo. Y también les gusta a los otros".

LA MATERNIDAD PUEDE ESPERAR

La actriz advierte que todavía no siente el fuerte deseo de ser madre, quiere jugar a la muñeca brava un poco más. "No quiero perderme esa experiencia, me imagino que debe ser increíble. Pero soy consciente de que tengo una vida diferente al común de las mujeres, desde la cuna", expresó.

"Laburo desde muy pendeja, soy muy independiente desde los 17 años. Si me comparo con las argentinas estándar me siento muy distinta. Me gusta la mujer que soy, la vida que me tocó. ¡Está buena!".

Aunque la mayoría de las mujeres cuando pasan la barrera de los 30 quieren ser madres, Victoria no se siente identificada con las chicas de su generación. "Cuando veo a una mujer que no hace nada más que ser madre, que se le pasan los 30 y los 40 criando a un hijo, ¡es terrible! Pierde los mejores años y a los 50 le agarra una depresión, y encima su marido le mete los cuernos con una de 20. Muy pocas logran ser madres y realizarse profesionalmente".

La actriz quiere crecer actoralmente, hacer papeles dramáticos, hacer protagónicos, dar el gran salto. "Voy a un lugar más tranquilo, más seguro. Hacer de 'comehombres' fue un juego, le demostré al mundo y a mí misma que tengo un lomazo, que soy una sex symbol pero ya está, quiero lograr una interpretación más madura, más tranquila".