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Sexo y tercera edad: mitos, verdades y tabúes después de los 60 años

El imaginario colectivo caracteriza a los adultos mayores como personas asexuadas y sin embargo, eso está muy lejos de ser así. Sin el desenfreno de los 20 las cosas son distintas, pero no peores

Sexo y tercera edad: mitos, verdades y tabúes después de los 60 años

El sexo en la tercera edad no tiene por qué ser un tema tabú

30 de Mayo de 2021 | 10:17
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Envejecer no significa que se termina la actividad sexual. Disfrutar al máximo la sexualidad ayuda a mejorar la calidad de vida en ambos géneros, ya que beneficia la salud física, la salud mental y la autoestima ampliamente.

Si bien ciertas condiciones de salud pueden afectar la libido y la capacidad sexual, muchas personas todavía desean y necesitan intimidad, o tienen deseos sexuales, a medida que envejecen. Sin embargo, parece que hay tabúes e ideas preconcebidas sobre la sexualidad de los adultos mayores.

La Organización Mundial de la Salud define la sexualidad como lo que abarca el sexo, las identidades y los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. Es por eso que la sexualidad puede verse influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos y culturales. Y también por factores éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.

Una reciente investigación examinó las actitudes y preocupaciones de las personas mayores de 60 años en relación con su sexualidad. Los datos identificaron tres temas principales: las convenciones sociales dificultan que los adultos mayores expresen su sexualidad; tu salud (y no la edad) afecta la sexualidad; y la sexualidad a menudo se ve estrechamente como el acto sexual.

Los datos indicaron que los adultos mayores tienen la impresión de que la mayoría de las personas asumen que son asexuales y, por lo tanto, a menudo se sienten sexualmente invisibles. La sociedad parece valorar una sexualidad que florece en la juventud y la belleza. Los adultos mayores que internalizan estos valores y normas a menudo se avergüenzan de sus cuerpos y tienen menos probabilidades de expresar sus necesidades y deseos sexuales por temor a ser juzgados y excluidos.

Pero además, los adultos mayores también informaron estereotipos de género que persisten: las mujeres mayores que expresan deseos sexuales parecen estar sujetas a juicios sociales negativos, a diferencia de los hombres mayores que ven su sexualidad legitimada por la venta de medicamentos para mejorar sus capacidades eréctiles y permitirles “funcionar normalmente”.

Estos estudios también demostraron que la salud, no la edad, es lo que tiene un verdadero impacto en la sexualidad. Los adultos mayores que tienen limitaciones físicas o ciertas condiciones de salud informaron tener una menor capacidad para participar en la actividad sexual. Algunos pueden tomar medicamentos, lo que puede alterar su capacidad para tener y disfrutar del sexo. Otros informaron que se enfrentaron a puntos de vista estereotipados cuando se acercaron a sus médicos para hablar sobre problemas sexuales. No es sorprendente que los adultos mayores que se enfrentan a estas actitudes por parte de sus proveedores de atención médica sientan que no reciben el asesoramiento o la atención adecuados.

Los adultos mayores creen que la mayoría de las personas asumen que son asexuales

 

El último tema que surgió de la revisión es que los adultos mayores a menudo definen la sexualidad estrechamente como las relaciones sexuales. La pérdida o disminución de la función sexual puede causar angustia, desilusión, frustración y desesperación entre los adultos mayores cuando no experimentan la llamada sexualidad “normal”. Sin embargo, los adultos mayores que enfrentan problemas de salud que afectan la función sexual tienden a adoptar definiciones más amplias de sexualidad y actividad sexual.

Hay muchas maneras de tener intimidad y de expresar la sexualidad. Algunos adultos mayores pueden optar por no participar en la actividad sexual, y eso también es normal. Independientemente de qué se elija hay algunas cosas que deben tenerse en cuenta.

Hay cambios normales relacionados con el envejecimiento que pueden causar problemas sexuales, pero algunos problemas sexuales no están relacionados con el envejecimiento.

Hablar con la pareja para comprender mejor las necesidades y deseos de cada uno, y para explorar las diferentes facetas de la sexualidad y la intimidad es clave.

Todos debemos superar los tabúes sobre la vida sexual de los adultos mayores.

El interés en el otro o el deseo sexual no desaparecen solo por convertirse en adulto mayor. Lo que sucede, en realidad, es que la sexualidad se transforma teniendo como base las experiencias vividas en los años de juventud.

Los imaginarios sociales llevan a que los profesionales de la salud, las familias y el propio adulto mayor evite el tema de la sexualidad y eso no es correcto.

Contrario a las creencias, sí es común que los adultos mayores mantenga su vida sexual activa, especialmente cuando aún conviven en pareja y no sufren alguna enfermedad degenerativa.

Es decir, aunque envejecer, según la Organización Mundial de la Salud, OMS, “es la consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales (…)”, no necesariamente estos efectos son exactos en una edad específica.

Experimentar de forma sana el sexo en la tercera edad depende de los cambios que se vivan en la vejez. Por lo tanto, tener claros cuáles son esos cambios, en hombres y mujeres, también permite enfrentar el listado de mitos que rodean la sexualidad de los adultos mayores.

MITOS Y VERDADES

Mito: impedimento del hombre para lograr una erección. Verdad: no es impedimento sino mayor tiempo de espera para que el pene logre una erección, dicha erección también puede llegar a no ser tan firme o tener poca duración. Ahora bien, la enfermedad vascular sí produce disfunción eréctil.

Hay muchas maneras de tener intimidad y de expresar la sexualidad

 

Mito: ausencia de lubricación de vagina de la mujer. Verdad: es una sensación de sequedad que puede tener alternativa consultando al ginecólogo, quien puede recomendar lubricantes, por ejemplo.

Mito: los adultos mayores pueden sufrir un infarto mientras mantienen relaciones sexuales. Verdad: únicamente sucede si la persona ya tiene enfermedades cardíacas graves o si toma medicamentos para conseguir una erección sin el control médico previo.

Mito: falta de deseo sexual por parte de la mujeres. Verdad: los cambios en la forma o tamaño del cuerpo, pueden afectar la autoestima de una mujer; la confianza y el tipo de relación con su pareja hará la diferencia.

 

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