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Tendencias: los “griefbots” y el sueño de la vida eterna

Servicios que recuperan el archivo digital de una persona fallecida proponen ampliar la existencia hasta límites extremos, en lo que se conoce como “tecnologías post mortem”, que ya generan un profundo debate ético

Tendencias: los “griefbots” y el sueño de la vida eterna

El proyecto de Kuyda se convirtió en un emprendimiento de Inteligencia Artificial al que llamó “Replika”

18 de Julio de 2021 | 05:50
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Desde siempre, el deseo de prolongar el contacto con un ser querido después de su muerte estuvo presente en los humanos. A través de recuerdos en primera instancia, o de fotos o de grabaciones. También, con actividades más ligadas a lo paranormal. Pero ahora, la tecnología, de la mano de la inteligencia artificial, propone una relación todavía más cercana a través de los llamados “griefbots”.

Es que con la aparición de servicios que aseguran recuperar el archivo digital de una persona muerta para continuar generando interacciones con ella, la promesa de un futuro virtual se convierte en una proyección del pasado de esa persona.

Los avances en el campo de la ciencia consiguieron que las sociedades actuales se caractericen por el envejecimiento de sus poblaciones, que incrementan cada vez más su expectativa de vida, pero el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) va un paso más allá, hasta ampliar la existencia hasta límites extremos.

Se las conoce como “tecnologías post-mortem”, y proponen “reencarnar” a un ser querido en formato virtual a través de los “griefbots” -“robots de duelo” en Inglés- que se presentan como una versión moderna de rituales realizados frente a la muerte. Se trata de iniciativas que recopilan toda la información que una persona dejó en la red, para crear un “gemelo virtual” capaz de imitar el comportamiento de la persona fallecida y simular una conversación realista.

El insumo de estos servicios es la huella digital que el fallecido dejó en vida, y el resultado es un “otro digital” que recicla toda esa información. En definitiva, los griefbots son sistemas informáticos basados en inteligencia artificial que fueron diseñados para conversar con los humanos.

De alguna manera, no es más que una tecnología ya conocida y con la cual muchos interactúan a diario a través de un chat, con el servicio de atención al cliente de una empresa, o con los mensajes que contesta una máquina, la misma que opera detrás de la voz que habla desde el celular, el GPS o cualquier otro dispositivo que cuente con un asistente virtual.

LOS ORÍGENES DE “REPLIKA”

En el año 2015, Eugenia Kuyda, una especialista en informática e inteligencia artificial de origen ruso, perdió a su mejor amigo, Roman Mazurenko, en un accidente automovilístico. Tres meses después lo “revivió” en formato virtual a través de un chatbot que responde como lo haría su amigo. Para construirlo, Kuyda contó que “utilizamos más de 10.000 mensajes que él había intercambiado conmigo, sus familiares y otros amigos. Construimos una red neuronal desarrollada con una base de datos limitada (los mensajes de Roman), cargada con instrucciones para que el bot hable de la manera que él lo haría”.

Así, su proyecto personal rápidamente se convirtió en un emprendimiento de Inteligencia Artificial al que llamó “Replika”, y actualmente esa aplicación ofrece la posibilidad de crear amigos virtuales con los que conversar.

En su sitio web, Kuyda aclara que “no es un ser sensible ni un profesional de terapia, pero se puede formar una conexión emocional, ya que cada Replika es único, al igual que cada persona que lo descarga”. Además, garantizan que, como se trata de una tecnología basada en el aprendizaje automático, cuanto más información se proporcione, más adecuada será su respuesta.

Pero también, la permanencia en la virtualidad tiene su antecedente en las redes sociales. Facebook reveló que en los últimos diez años, alrededor de 30 millones de sus usuarios fallecieron, y hasta 2007 esos perfiles sin actividad no se cerraban, las fotos continuaban visibles, los cumpleaños se seguían notificando, y el muro permanecía abierto a comentarios al igual que la casilla de mensajes. Pero en 2007, la compañía de Mark Zuckerberg incluyó la opción de transformar los perfiles de personas fallecidas en cuentas conmemorativas.

“Antes del nombre de la persona, aparece la leyenda ‘en memoria de’”, explica Facebook en su servicio de ayuda, y así el perfil se convierte en una lápida virtual, “un lugar para que amigos y familiares se reúnan y compartan recuerdos de un ser querido que falleció”.

Para que eso suceda, el usuario debe ser precavido y designar en vida lo que la red social llama un “contacto de legado”, que se encargue de transformar el perfil en uno conmemorativo o eliminarlo de forma permanente. Cuando no exista un contacto de legado y la red social advierta la muerte del usuario, la cuenta se convertirá automáticamente en conmemorativa.

Sin embargo, esto no pareciera grato para todos. Claudia perdió a su mamá en agosto del año pasado pero Facebook no lo sabe, y le envía notificaciones que le recuerdan su ausencia, como “hoy tienes recuerdos con Lilí para rememorar”, sobre lo que Claudia reflexiona “cuando me aparece su foto no puedo mirarla por arriba y seguir. Es invasivo porque te impone verla y eso dispara recuerdos, sentimientos, dolor. Para su cumpleaños compartí una foto de ella, pero en ese caso fue mi elección, quería recordarla en un momento grato”.

Mientras tanto, Facebook lleva años tratando de automatizar maneras de reconocer perfiles de personas fallecidas, y si bien no brinda detalles de cómo funciona la tecnología que utiliza para identificarlos, Sheryl Sandberg, jefa de Operaciones de la empresa, aseguró que analizan una variedad de señales que pueden indicarlo, porque esperan que “Facebook siga siendo un lugar donde se puedan celebrar y revivir los recuerdos y el espíritu de nuestros seres queridos”.

Adelantándose a esta vía de desarrollo, en 2017 la empresa tecnológica Microsoft registró una patente para crear el chatbot de “un amigo, familiar, celebridad o un personaje de ficción fallecido”, basado en la información disponible en redes sociales, aunque sin mucho éxito hasta el momento.

EL DEBATE ÉTICO

Los desarrollos tecnológicos que utilizan inteligencia artificial están rodeados de una discusión bioética que abarca desde aspectos psicológicos hasta jurídicos. Así, hay quienes alertan sobre el impacto de las tecnologías post-mortem en la experiencia humana del duelo. Por ejemplo, en Corea del Sur un equipo de ingenieros utilizó esta tecnología para crear una copia virtual de una niña fallecida para que su madre pudiera despedirse.

“Tener un diálogo imaginado con ese ser que ya no está es práctica habitual; lo novedoso de estos bots es que nos permite que nos conteste en una experiencia real, que a la vez es irreal, porque el otro no está”, explica la psicoanalista Silvana Spinozzi, quien señala que “la manera en que afecte nuestra experiencia del duelo va a depender de cómo consumamos ese producto: si vamos a usarlo para dejar ir a la persona querida o si vamos a quedar aferrados a reiterar el encuentro virtual”.

También hay quienes frente a estos desarrollos plantean límites en el acceso a los datos digitales y el derecho a mantener la privacidad, incluso después del fallecimiento de la persona. Según Hossein Rahnama, un especialista en informática nacido en Canadá que investiga la interacción humano-computadora, una persona puede llegar a almacenar un billón de gigabytes de datos a lo largo de toda su vida. Es decir, una base de datos muy amplia pero también limitada, por lo que el griefbot construido a partir del historial de conversaciones que una persona mantuvo en vida, utiliza experiencias pasadas para predecir respuestas futuras, que pueden no adaptarse a las nuevas condiciones del presente.

En definitiva, el griefbot es una versión conservadora de la persona que recrea, y frente a nuevas circunstancias se manifiesta con fórmulas pasadas. “Si aceptamos que la naturaleza del hombre es estar todo el tiempo transformando su propia naturaleza -señala el filósofo italiano Roberto Espósito - la promesa de futuro de estas nuevas tecnologías se revela como una proyección constante del pasado”.

Mientras tanto, un estudio recientemente divulgado por investigadores de la Universidad Oberta de Cataluña, en España, y la universidad danesa de Aalborg, abrió el debate: ¿es ético usar un robot para “revivir a los muertos”?, ¿qué hay de la privacidad de la información? Amén de aquello, ¿es apropiado y beneficioso conversar con un software diseñado para imitar a un ser querido de cuerpo ausente?

La doctora en psicología e investigadora principal del estudio, Belén Jiménez Alonso, señaló al respecto que “los griefbots son una versión moderna de los rituales para recordar a los muertos, y reemplazan las formas clásicas, como repasar las hojas de un álbum de fotos, sistemas que cumplirían una función psicológica positiva en el proceso del duelo, permitiendo a las personas interactuar de forma más sofisticada con el recuerdo de la persona fallecida, conmemorando su vida y contribuyendo, así, a mantener viva su memoria, pero es importante abrir un debate social sobre el duelo y la muerte, más ahora cuando las nuevas tecnologías están transformando nuestra experiencia de duelo e incluso nuestra manera de entender qué es la muerte”.

Jiménez Alonso concluye que “en todo caso en nuestra experiencia de duelo siempre ha intervenido la tecnología del momento, ya que antes se hacía de una manera analógica, a través de la escritura y de cartas, y ahora, las redes sociales o los chatbots son nuevas tecnologías que están transformando nuestra manera de enfrentarlo”.

Un “gemelo virtual” es capaz de imitar a la persona fallecida y simular una conversación realista

Proponen “reencarnar” a un ser querido en formato virtual a través de los “griefbots”

“La manera en que afecte nuestra experiencia del duelo va a depender de cómo consumamos ese producto”

Silvana Spinozzi, psicoanalista

“Usamos más de 10.000 mensajes que él había intercambiado conmigo, sus familiares y otros amigos. Construimos una red neuronal desarrollada para que el bot hable de la manera que él lo haría”

Eugenia Kuyda, especialista en informática e inteligencia artificial de origen ruso

“No es un ser sensible ni un profesional de terapia, pero se puede formar una conexión emocional, ya que cada Replika es único, al igual que cada persona que lo descarga”

Eugenia Kuyda, especialista en informática e inteligencia artificial de origen ruso

 

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Eugenia Kuyda perdió a su mejor amigo, Roman Mazurenko, en un accidente automovilístico. Tres meses después lo “revivió” en formato virtual a través de un chatbot que responde como lo haría el / web

Mark Zuckerberg incluyó la opción de transformar los perfiles de personas fallecidas en cuentas conmemorativas. “Antes del nombre de la persona, aparece la leyenda ‘En memoria de’” / web

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