Revelan en Gran Bretaña una carta que hablaba de Evita

Un documento publicado ayer por el Archivo Nacional Británico reveló una carta que en 1950 el entonces embajador inglés en Argentina, John Balfour, le dirigió a su canciller Ernest Bevin sobre un almuerzo que mantuvo con la primera dama Eva Perón.
En la carta, fechada el 2 de junio de 1950, el embajador describe a Evita como "fantasiosa, obsesionada consigo misma" y poseedora de "una frivolidad extravagante que podría ser enfermiza en el futuro".

Asimismo, la carta resalta la corta edad de la primera dama, al destacar que "sólo tiene 29 años", y detalló su visión sobre la Argentina de aquellos años al describir que se trata de "un país latinoamericano adolescente y su adolescencia es de una variedad vanagloriosa, infantil e irracional".
La carta dirigida al canciller relata un almuerzo a bordo del buque "Eva Perón" del 27 de mayo, que Balfour compartió con el presidente argentino Juan Domingo Perón y su esposa.
"La gente piensa que dedico mi tiempo sólo a la ayuda social, pero esto no es verdad; también conecto este trabajo con los sindicatos, que es mi principal preocupación", transcribe Balfour que fueron las palabras que Eva Perón le dijo.
El almuerzo, realizado en honor de la pareja, contaba con la presencia de militares de alto rango, miembros del Gabinete Nacional y de la Suprema Corte de Justicia, y algunos civiles.
Balfour enumeró en ocho puntos lo vivido durante la fiesta y reseñó un discurso del presidente Perón en el que agradece al Reino Unido la construcción del barco "más allá de saber que está trabajando para un competidor".
También reparó en el carácter del presidente argentino, al describir que de su discurso de apertura del Congreso se percibe "un ejemplo de estilo autocomplaciente".
En otro orden, el embajador relata que en la conversación con Eva Perón, ella se autodefine como "la mucama de su marido", pero resalta la importancia del trabajo de la primera dama en "transformar en una preocupación de Estado el bienestar de los trabajadores".

También describe que durante la charla con la "señora", ella se define como una "agitadora peronista" que sólo intentaba "ayudar al líder (Perón) a mejorar la vida de los argentinos".
El embajador británico afirma en su escrito alaba la personalidad de una mujer -"una actriz menor"- que "antes de conocer a Perón no tenía un conocimiento de la vida pública".
Balfour además reconoce el "espectacular éxito" de Eva Perón al destacar que gracias a su "performance" se ha hecho "dueña de su propia carrera".
La carta es sólo la visión del embajador sobre la pareja, en tanto que en el anexo, describe puntillosamente la charla y los movimientos de la primera dama durante el almuerzo a bordo del barco que llevaba su nombre.
"Por un lado los invitados se acercaban a ella constantemente para darle parabienes, y por otro cada vez que ella me hacía una observación que le agradaba ya estaba lista para repetírsela al Presidente o al Vicepresidente", indica el diplomático.
"Debe usted sentir como un enorme peso la responsabilidad de su función", le preguntó el embajador.
"¿Responsabilidad?" reclamó la primera dama con poco fingida sorpresa. "No tengo ninguna. Soy la más humilde sirvienta de cocina. Soy yo quien pelo las papas al jefe, ¿no es cierto?", preguntó a Perón.
Los dirigentes del Foreign Office consideran el informe de Balfour como un análisis perspicaz de "una mujer peligrosa, sí, pero admirable".