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El motor de la vida: cómo es ser papá

Para el amor no hay edad y casi que para los hombres tener un hijo tampoco, aunque la perspectiva es distinta en cada etapa. Debutantes y experimentados progenitores hablan de sus experiencias y deseos paternales

El motor de la vida: cómo es ser papá
21 de Junio de 2020 | 05:41
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Muchos padres e hijes festejarán hoy, de la forma en la que puedan, el Día del Padre. La mayoría de los adultos los agasajaremos con regalos que lleguen a domicilio, videollamadas y encuentros por Zoom ya que el aislamiento social no nos permite abrazarlos ni besarlos. Por suerte otros, los más jóvenes que aún viven con ellos, tendrán el beneficio de pasar este domingo juntos. Y claro que también estarán quienes los saluden con un recuerdo especial porque el viejo ya no está.

Uno de los orígenes de esta celebración surgió a principios del 1900 encabezada por Smart Dood, una estadounidense que intentaba, de alguna forma, hacer que el papel de los padres en la sociedad fuese destacado, especialmente de aquellos que, como el suyo, cumplían el rol de padre y madre, en la educación de sus hijos, desde la hora de levantarse hasta la hora de acostarse.

Más de un siglo después, esta costumbre continúa como un homenaje a los padres, a la paternidad y a la influencia en la vida de sus hijos. Pero ¿qué es ser papá? ¿Cómo se vive la experiencia? Seguramente las preguntas tengan tantas respuestas como hombres que hayan procreado. Para poner ejemplos convocamos a tres de ellos que debutaron en el rol a edades muy distintas. Acá van sus historias, reflexiones y deseos.

“Hilario llegó justo cuando había terminado mi casa y estaba recién mudado. Así que enterarnos que venía en camino nos revolucionó”, cuenta Matías Arroyo (34), papá primerizo desde hace seis meses y medio. “Lo primero que cambió fue que pasamos de ser novios cada uno en su casa a convivir con la mamá del nene. Acomodarme a los horarios del bebé es lo que más me costó porque tuve que coordinar con el trabajo y el estudio”, relata con su hijo en brazos. Él trabaja en su casa así que se encarga del cuidado del nene cuando su pareja tiene que ir a la oficina.

“Ver a tu hijo te emociona, no importa nada más. Paso mucho tiempo jugando con él”

Matías Arroyo

 

Inexperto pero más que feliz con este rol, Matías no encuentra palabras para definir qué es ser papá: “es un sentimiento que casi no lo puedo explicar. Es algo totalmente nuevo, es lindo. Ver a tu hijo te emociona, no importa nada más. Paso mucho tiempo jugando con él y a veces me cuelgo y me olvido de las otras cosas que tengo que hacer”, resume sabiendo que lo que dice no alcanza pero no le puede poner más adjetivos.

Lo mismo le pasa a Pablo Marini (50), papá de Pedro (16) y Ana (12) de su primer matrimonio y que por amor a su actual pareja decidió volver a cambiar pañales hace menos de un año, cuando nació Gregorio. “Un amigo hace muchos años me lo quiso explicar y después me dijo `dejá, ya vas a entender cuando seas padre´y tenía razón. No se le puede explicar al que aún no lo es. Es un click en el que todo cambia, ves el mundo distinto, te das cuenta que ya no sos lo mas importante en tu vida. Que otra persona es más importante que vos, y eso te impide claudicar, te impide bajar los brazos. Un hijo es algo tan indefenso cuando nace que nos damos cuenta que no podemos darnos el lujo de seguir pensando en nosotros porque hay alguien q nos necesita mas q nosotros mismos. Vemos el milagro de la vida hecho realidad. Algo incomprensible pero que está ante nuestros ojos”.

Uno de los orígenes del Día del Padre nació en Estados Unidos, a principios de 1900

 

Si bien ya tenía experiencia, para Pablo la llegada de su tercer hijo es un revivir lindas etapas. “A Gregorio lo buscamos y el tema fue muy conversado con mi mujer, sabiendo la diferencia de edad -le lleva 17 años- y que yo voy a envejecer mucho antes que ella. Pero estuvo dispuesta a bancarse eso. Vivimos un muy lindo momento, es muy feliz”, dice y en un rapto de frialdad cuenta que también de vez en cuando se ve en situaciones no del todo armónicas.

“Con el llanto a mitad de la noche, dije ‘en qué me metí’, pero es lo que elegí y lo amo”

Pablo Marini

 

“Con el llanto a mitad de la noche, dije `en qué quilombo me metí´, pero es lo que elegí y lo amo. Veo a mis amigos de mi edad que no volvieron a ser padres y me dicen que estoy loco, pero lo que me devuelve el bebé es hermoso. Volver a divertirme, me muero de risa con él. Y lo más lindo de todo es ver a mis hijos con Gregorio: es increíble porque él los ama y los hermanos a él. Lo bancan haciendo de todo. Eso es el placer mas grande, poder unirlos”.

Juan Pablo Bisogni tenía 14 años cuando la chica con la que salía quedó embarazada. Fue todo un cimbronazo en la familia, pero con el apoyo de sus padres, este joven que ahora tiene 19, se puso la paternidad al hombro. Olivia, su hija, cumple hoy 3 años.

“Mi vida no cambió mucho, pero sí se modificó mi forma de pensar y de ver las cosas gracias a la nena. Y también a la ayuda de mis viejos, sin ellos hubiera sido todo muy distinto. Desde el inicio me bancaron a mí y a mi hija”, resalta Juan y agrega: “Ni bien me enteré que iba a ser papá, me dijeron que nunca me iba a faltar nada y a ella tampoco. Yo no crecí sin un padre y a nadie le gustaría crecer sin un padre”.

“Olivia me demuestra día a día me demuestra cómo puedo ser un mejor padre. Ella es la que me va moldeando”

Juan Pablo Bisogni

 

Siendo tan chico creyó que la vida se le iba a complicar y sin embrago ahora ve las cosas de otra manera: “No soy el papá que me imaginé que iba a ser porque pensaba que la paternidad me iba a afectar en muchas cosas. Pensé que con 15 años iba a quedar excluido de muchos círculos de amigos y de hasta una relación, pero me di cuenta con el tiempo que no era eso lo que importaba sino el tiempo que pasaba con Olivia y lo bien que me siento con ella. Día a día me demuestra cómo puedo ser un mejor padre. Ella es la que me va moldeando y mis viejos también me dan consejos para ser la mejor figura paterna que pueda tener ella”.

SER O NO SER

“Soy muy permisivo y blando con los chicos. No soy estricto para nada y con los mas grandes me fue bien así y estoy seguro de eso. Soy re contra presente, y eso me gusta”, asegura Pablo sobre la forma de criar a sus hijos sabiendo qué es lo que no quiere repetir de su infancia. “Mi papá estuvo enfermo desde que yo tenía 14 años y en la adolescencia me hizo falta. No quiero que eso les pase a mis hijos. Me gustaría haber compartido más cosas con mi viejo y por eso trato de compartir mucho con ellos y ser un padre moderno. Cuando uno crece y los recuerdos son pocos es triste. Quiero que recuerden todo: mis retos, mis enojos, mis chistes...”.

Lo que tampoco le gusta al triple papá es que haya diferencias. “Nosotros somos tres hermanos y yo era el preferido por ser el mas parecido a mi papá. Y eso no estaba bueno. No lo quiero hacer. Todos los hijos son distintos pero no hay que hacer diferencias, no me gustaría que alguno de ellos piense que el otro fue el favorito. A veces se te cae la baba con el más chiquito y hay que acordarse que los otros están viviendo cosas importantes también”.

La comunicación es algo que Matías destaca cuando analiza cómo quiere que sea su vínculo con Hilario. “Espero que tengamos una relación fluida, que haya confianza y nos digamos las cosas. Poder compartir momentos juntos y que pueda elegir lo que él quiera, acompañarlo en todo. Ojalá que compartamos cosas y si hay algo en lo que no coincidamos lo voy a apoyar igual”.

Con humor, Arroyo deja en claro que es muy importante el amor por la camiseta: “Esto ponelo bien grande- aclara y continúa-. Quiero que sea fanático de Estudiante de La Plata como yo y mi papá. Y como mi viejo, voy a trasmitirle el valor de la responsabilidad, el compromiso y el empuje del día a día”.

Otro que quiere ser igual a su papá es Bisogni. “Ojalá el vínculo con Olivia sea hermoso. Que se sienta segura, cómoda, que tenga confianza y pase bien. Quiero ser como fue mi viejo al inculcar la unión familiar, el respeto, la importancia de ser buena persona. Me crié en una familia donde lo que importa es el amor. Quisiera dejarle lo mismo y darle una buena vida como me la dieron y me la siguen dando mis padres”.

 

 

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