De campamento: pero en casa

“Mi hijo no necesitaba regalo para el Día del Niño. Mejor dicho, no necesitaba otro que encontrarse con sus amigos: verlos, jugar, compartir un rato, eso que hace cinco meses era lo más normal del mundo y hoy no se puede. Por eso, cuando vi que un grupo de animadores infantiles hacía ‘campamentos virtuales’, ni lo dudé. Arreglé con otras mamás de la escuela y armamos una noche divertida e inolvidable para los chicos, que obviamente quieren repetir. Es una experiencia hermosa para ‘juntarse’ de vez en cuando”. Marisol Guerrini, una mamá que como tantas otras busca las mil y una alternativas para que sus niños estén entretenidos y sigan manteniendo su vida social, aún en cuarentena, relata con entusiasmo la experiencia de su hijo Lorenzo (7) en el mundo del “carpamento”, una opción que le resultó “súper interesante y divertida”.

Las alternativas, en ese terreno, son variadas: entre ellas, el campamento “full-full”, con profesores de educación física, horario de fogón, de desayuno y compartiendo todas esas vivencias por zoom, y la modalidad “pijamada” virtual, alquilando las pequeñas carpas, los almohadones y otros servicios, con cada familia encargada de conectar a los niños y generar entretenimientos. Para la modalidad “cumple” también se ofrecen los souvenires.

En un marco en que los eventos sociales llevan más de cuatro meses de parate, con salones de fiestas cerrados, animadores, magos y payasos sin trabajo, y un enorme mercado potencial de chicos inquietos y familias en procura de un respiro, reinventarse resultaba imperioso para los protagonistas del rubro. Los campamentos por zoom son una de estas alternativas que inventaron algunos profes y proveedores de elementos para pijamadas, y fueron bienvenidos por muchas familias como “súper plan” para los chicos en tiempos en que la mayoría de las relaciones -escolares, deportivas, de comunicación con primos, tíos, abuelos- se da a través de las pantallas.

LOS “CARPAMENTOS”

Beto (Emanuel Betoño) tiene 31 años y lleva adelante desde hace una década su emprendimiento “Metele Pata Animación”. Es profesor de Educación Física y en estos tiempos de cuarentena está trabajando con la modalidad de cumples por zoom. También, junto a un grupo de colegas (José Francisco Weber, animador de ‘Clowns Animación’ y Alejandro Caballero, director de la colonia de vacaciones del club Gimnasia y Esgrima de La Plata) llevan a cabo la experiencia virtual que llaman “Carpamentos”.

“Mediante charlas de amigos empezamos a tratar el tema de cómo la cuarentena afectaba a los chicos, encontrándolos posiblemente como uno de los grupos más afectados. Por lo que empezamos a buscar desde nuestra función de profes y recreadores un canal de escape que les sirva para divertirse y encontrarse/reencontrarse con sus pares. Y ahí es donde surge la idea de los ‘Carpamentos’, espacios recreativos para jugar y divertirse entre amigos. Compartimos canciones, juegos, juegos nocturnos -con linternas-, historias, talleres, humor, shows y más situaciones, para generar una experiencia inolvidable”, cuenta el profe.

“Nos fascina la idea de que se tengan que armar el evento y de manera casera hagan su refugio”

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¿Por qué ‘Carpamento’? “Porque nos fascina la idea de que se tengan que preparar para el evento, que pongan manos a la obra y armen de manera casera y con lo que tengan a mano un refugio que va a ser su espacio de juego y en el que muchos pasarán la noche”, agrega Betoño. Desde su tienda, con mantas y almohadas, ambientados con lucecitas, faroles a pila, con la computadora o la tablet apoyada en algún rincón, los niños se sumergen en la aventura nocturna que comparten con los profes… ¡Y con sus amigos! Ésos con los que iban a la escuela, entrenaban o aprendían inglés, con quienes más desean estar.

Los campamentos virtuales se llevarán a cabo todos los sábados, hasta que finalice la cuarentena. Comienzan a las 21 y finalizan entre las 23 y las 23.30. A la mañana siguiente, el grupo se vuelve a encontrar a las 10.30 para desayunar, seguir jugando “y cerrar el carpamento a lo grande”, describe Beto. La actividad está destinada a chicos de 5 a 13 años, y tiene un costo de $350 por cabeza. Luego de la “inscripción”, los participantes reciben un mail instructivo, con tutoriales para que puedan armar la carpa con los elementos que tengan disponibles en casa. También deberán preparar la mochila con diferentes materiales para jugar y realizar talleres. Al finalizar, los profes envían un diploma de participación.

Una de las mamás que eligieron la experiencia de los “carpamentos” es Jojo Radi, para sus hijas Felicitas (6) y Lourdes (4). “En tiempos de encierro hay que ponerse más creativos que nunca y aprovechar todas las opciones que el mercado ofrece. Ésta es una. Hacer una noche distinta con lo que tenemos en casa y dejarlo en manos de los animadores que son verdaderos cracks. Las nenas aprendieron de los talleres y amanecieron contentas para encontrar a todos de nuevo ahí, tras esa pantalla que hoy permite interactuar y sentirse parte. La carpa se la alquilamos a las chicas que hacen pijamadas. Y mientras ellas jugaban e interactuaban con otros chicos y con los profes, nosotros, con mi marido, tomamos un respiro, con picadita y cerveza mediante. Un rato solos mientras atrás se escuchaban las risas, las corridas y el baile”.

PIJAMADAS

Otro de los rubros que quedaron en stand-by como consecuencia del aislamiento social dispuesto para prevenir la propagación del COVID-19 es el de las ambientaciones, y como todos, sus referentes se las ingeniaron para reinventarse. “Hace un tiempito, y porque algunas mamás nos empezaron a pedir el alquiler de carpitas para disfrutar entre hermanos en casa, un cumpleaños o para pasar un día diferente en cuarentena, se nos ocurrió armar ‘Proyecto Box: Armá tu propia pijamada en casa’, que es como llamamos a esta nueva modalidad de acercar nuestro emprendimiento ‘Proyecto luna’ a los hogares, en esta nueva realidad que nos toca vivir”, cuenta Mariela Luna, quien asegura que “por suerte, la gente se re-engancha y está muy copada con la propuesta”.

“Nosotras les preparamos una o dos carpas, con la temática que elijan los nenes -puede ser relacionada con Fortnite, unicornios, fútbol, flower chic o Stranger Things, entre otras- y un kit de juegos junto a todo lo necesario para ambientar su espacio de pijamada. Por supuesto, todo previamente sanitizado. Dejamos todo en la puerta de cada casa, no entramos a ambientar: en esta modalidad, la experiencia arranca desde el momento cero: con todos preparando su rinconcito para acampar”, detalla la emprendedora. La experiencia tiene un costo de $700 pesos por una carpa y $1.200 pesos por dos, e incluye carpa tipi, colchón, sábanas, mantas, almohadones, accesorios para decorar -banderines, objetos acordes con la temática elegida-, pochoclos y set de juegos impresos. El alquiler es por 24 horas, y tanto el envío como el retiro de los materiales no tienen cargo dentro del casco urbano platense.

“Lo que nos sorprendió es que antes de la cuarentena, nos contrataban más para nenas, ellas se copaban más con las pijamadas. Pero ahora se ha sumado un montón de clientes varones, que quieren vivir la aventura de un campamento en casa”, subraya Mariela, quien tiene además la inspiración para las actividades en su propia casa, generando diferentes movidas para el disfrute de sus pequeños, Benicio y Josefina.

Georgina, mamá de Emma (6) y Agostina (2), vivió la experiencia de las pijamadas en casa junto a sus hijas. “Estamos disfrutando mucho estar juntos; con la rutina común y normal nos veíamos muy poco y compartíamos mucho menos tiempo y cosas. Estamos sacando provecho de esta situación reinventándonos. Las clases virtuales las llevamos muy bien. En realidad, Emma es la única que tiene y la pasa genial con esa modalidad”, dice.

En tren de romper un poco la rutina de cuarentena y disfrutar de otra actividad juntas, la mamá se decidió por contratar el servicio de pijamadas a domicilio, que venía siguiendo en redes: “yo vengo siguiendo a ‘Proyecto luna’ hace un tiempo y veía sus trabajos y me encantaba la idea que proponían; desde la puesta en escena, por decirlo de alguna manera, la carpita con la decoración, los almohadones, luces, todo. Las iba a contratar para el cumple de mi nena mayor, pero por la cuarentena suspendimos. Como quedó pendiente, les pregunté si había posibilidad de alquilar la carpita para el Día del Niño y el festejo fue con eso. Trajeron todo, todo: la decoración, pochoclos, juegos, luces, colchones. Fue genial y las nenas quedaron felices”, recuerda Georgina: “radiantes”.