Milei y Villarruel, una relación que se tensa pero que buscan no romper

En el Gobierno y en el Senado intentaban ayer dar por terminado el último capítulo de la pelea entre el binomio presidencial Javier Milei-Victoria Villarruel. Se hablaba de cerrar, al menos momentáneamente, aquel entredicho. Sobre todo para una percepción extra gobierno. Habría una foto en La Rural, el próximo domingo. Pero la verdad es que la grieta interna sigue.

A Villaruel le cerraron las conexiones con la Casa Rosada. Dicen que ni siquiera el componedor jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la llamó para normalizar en serio la situación, después de que el Ejecutivo la desautorizara por su tuit contra Francia -con narrativa anticolonialista- que habría provocado un ruido diplomático indeseado con ese país, según el relato de los mileistas puros. Y que mereció una visita de Karina Milei al embajador francés en Buenos Aires para despegar al gobierno de los dichos de la Vice.

En Balcarce 50 aseguran que la relación con Villarruel será desde ahora de tipo “institucional”. Una formulación fría que deja entrever que acaso busque transmitir que la Vice está excluida del proyecto político libertario. No habrá una ruptura política oficial, al menos no por una movida de Milei. Queda la duda de lo que pasará con el vínculo personal, que siempre se mantuvo vivo pese a los sucesivos cortocircuitos.

“Poco feliz”

Es sabido la mala relación entre Villarruel y la mesa chica del Presidente, básicamente la hermana Karina y el asesor todo terreno Santiago Caputo. Hubo varios episodios. Pero en el último, el del tuit anti Francia, la novedad fue que el propio Javier Milei criticó públicamente a su compañera de fórmula cuando dijo que su mensaje en la red X fue “poco feliz”.

Villaruel había tuiteado un mensaje con la intención de defender al jugador de la selección Enzo Fernández, quien hizo público un video con ciertas connotaciones racistas contra la selección francesa -una pica que viene desde el último Mundial- grabado durante los festejos por la obtención de la Copa América.

Pero la Vice, en esa defensa acaso fuera de lugar, atacó a Francia como país, no al equipo de fútbol o a la Federación Francesa de ese deporte, que inició un proceso de protesta en la FIFA.

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“Yo siempre quise defender a la Selección Argentina y a los argentinos así que todas las demás interpretaciones, la verdad que paso por alto y no me ofendo“, sostuvo ayer Villarruel. Quien quedará a cargo del Poder Ejecutivo por un viaje de Milei justamente a Francia, donde asistirá a la inauguración de los Juegos Olímpicos y mantendrá una reunión bilaterial con el presidente Emmanuel Macron.

Una cuestión institucional

Lo que no quieren en la Casa Rosada es que la tensión interna escale al punto de comprometer la estabilidad del Gobierno. Quieren impedir que se instale que la salida de la vice es una opción. En rigor, hay muchos funcionarios que se han ido del gabinete por llevarse mal con Karina pero el estatus de Villaruel es otra cosa: fue votada por la gente que entronizó a la dupla gobernante en el balotaje del año pasado.

Lo dicho: hay roces casi desde antes del día después de la asunción, cuando la Vice comprobó que no tendría tanta injerencia en las áreas de Defensa y Seguridad como le había prometido Milei en la campaña.

La última diferencia

Lo último parece ser un tironeo por la conformación de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Seguridad e Inteligencia del Congreso, crucial para encarar la nueva etapa de la SIDE mileista a la que el Gobierno acaba de nutrir con fondos por más de 100.000 millones de pesos.

El asesor Caputo controla políticamente el reformulado servicio de Inteligencia a través de su delegado Sergio Neiffert y pretendería darle la presidencia de la comisión parlamentaria al senador entrerriano Edgardo Kueider, del PJ. Es que hombre, alejándose de su bloque, tuvo varios gestos a favor del oficialismo en la votación de la Ley Bases.

Pero Villarruel preferiría que esa silla sea para el senador Martín Goerling, de Misiones, que es del PRO. Cerca de la Vice explican que esa silla se entregó al macrismo como una derivación del acuerdo político que ella misma cerró en diciembre pasado con 39 senadores, para correr al kirchnerismo de la presidencia provisional del Senado. “Hay que cumplir con la palabra para sostener la gobernabilidad en la Cámara alta”, explican.

¿Relación política no blanqueada?

Según ha trascendido, Caputo y Karina ven detrás del senador Goerling un acercamiento a Mauricio Macri. En la mesa chica sospechan desde siempre que hay una relación política no blanqueada entre la Vice y el expresidente, una suerte de masa crítica que no incluye al actual jefe de Estado.

Lo que es seguro es que Villaruel no cesará con sus recorridas por el interior del país o el conurbano bonaerense donde su imagen creció y traería preocupación en el peronismo, ni sus encuentros institucionales con entidades y espacios diversos. Que es una de las cosas que enojan a la Rosada, en especial al dúo Caputo-Karina.