Una relación de amistad que se escribe con luz propia

Cristina Peri Rossi escribió una celebración. “Julio Cortázar y Cris” es la crónica íntima de un encuentro literario que se volvió afecto, complicidad y una forma de entender el mundo. En estas páginas, la escritora uruguaya —exiliada en España, única mujer asociada al boom latinoamericano— reconstruye la relación que la unió a Cortázar durante la última década de su vida. Y lo hace con una mezcla de ternura, lucidez y humor que convierte el libro en un testimonio irrepetible.

El relato se mueve entre París y Barcelona, donde ambos vivieron una amistad amorosa hecha de cartas, viajes, lecturas compartidas, jazz, tango y esa chispa de seducción que nunca termina de explicarse. Cortázar, “el gran cronopio”, encontró en Peri Rossi una interlocutora capaz de seguirle el ritmo: la ironía, la sensibilidad política, el juego literario, la pasión por la poesía. Él le dedicó “Quince poemas de amor a Cris”; ella, muchos años después, escribe este libro como quien enciende una lámpara para que el recuerdo no se apague.

Peri Rossi muestra al Cortázar cotidiano, lejos del mito: divertido, generoso, curioso, siempre dispuesto a discutir sobre arte, música y literatura. El jazz y el tango, dice, lo apasionaban por su origen marginal y su nostalgia profunda, esa que hermana todas las formas creativas porque “somos seres en el tiempo, condenados al extrañamiento”. Hay un diálogo permanente y luminoso, un intercambio donde la literatura no es solo oficio: es forma de estar vivos.