Estudiantes emociona, juega y no para de ganar

Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO

Estudiantes le ganó 1-0 a Colón y le regaló a La Plata -en su cumpleaños- un triunfo merecido y emocionante, para seguir puntero, invicto y cada vez más sólido. Llegó a 26 puntos, estiró su ventaja sobre el resto, alcanzó los 21 partidos sin perder y sumó a 10 su invicto en el arranque de este torneo. Demasiados motivos como para vivir un momento soñado.

El partido de ayer volvió a ser de esos que quedan en el recuerdo. Esta vez no fue como ante Racing, que logró el gol en los minutos finales. Ayer fue todo lo contrario: lo ganaba con tranquilidad y justicia, pero una jugada muy dudosa en el último minuto (la pelota pegó en el brazo de Santiago Ascacibar, sin intención) le dio un penal a Colón. Fue Pablo Ledesma con toda la chance de empatar y enmudecer a la multitud presente. Pero Daniel Sappa tenía puesto el traje de héroe y nadie lo sabía. Se estiró a su derecha, movió su largo brazo y desvió la pelota al córner. Tremenda atajada para hacer explotar a la gente y para hacer llorar a su mamá y familiares en la platea. La atajada del campeonato o al menos sus cinco minutos de gloria adentro del equipo. Nunca más en su vida lo olvidará.

Así Estudiantes ganó el partido para seguir en lo más alto del torneo. Cerró la fecha más puntero que nunca, a la espera de que hoy jueguen sus perseguidores, a los que hasta ahora les lleva 8 puntos. Pero lo mejor del Pincha fue la personalidad con la que jugó: tuvo tranquilidad y nunca se desesperó para buscar el gol, que llegó de la manera que tanto había intentado.

En el primer tiempo el Pincha fue el único de los dos equipos que buscó ganar el partido. Se encontró con un rival que lo esperó con cuatro defensores, un volante delante de esa línea, Fidencio Oviedo y otros cuatro unos pocos metros para adelante. Le construyó una muralla y casi que no buscó llegar hasta el área rival.

Aun así no se mostró como un equipo tan sólido. Es raro que sólo haya recibido -hasta ayer- sólo tres goles. Porque a pesar de no jugar de manera brillante Estudiantes le llegó una, dos y hasta tres veces de manera clara.

Siempre lo buscó por las bandas. En la derecha con el tándem Solari-Sánchez, y en izquierda con Tití Rodríguez y Matías Aguirregaray. Dos veces por la derecha y otra por la izquierda desniveló y sólo fallar en la última jugada no se puso en ventaja antes del final de los primeros 45 minutos.

La más clara fue a los 35, cuando un desborde de Sánchez dejó sólo a Lucas Viatri con Jorge Broun. Pero el delantero albirrojo fue atorado por el Flaco Conti y no pudo conectar bien la pelota.

Lo mismo le había pasado a Carlos Auzqui, cuando a los 15 minutos Tití Rodríguez lo dejó con el balón solo frente al arco. Pero el delantero se demoró tanto que el remate salió desviado.

Con paciencia y una clara idea de juego, Estudiantes le marcó la cancha a Colón. Se puso el traje de favorito y no esquivó la responsabilidad. Fue el mejor y sólo por no tener la puntada final no pudo convertir antes de tiempo.

LLUVIA DE EMOCIONES

En el segundo tiempo el partido ganó en emoción. Con la misma receta del primer tiempo pudo vencer la resistencia de una defensa que, aun con enormes desacoples, mantuvo la valla en cero. Ingresó Ignacio Bailone por Solari para que Carlos Auzqui pasase a jugar por la derecha. Pero el mediapunta rompió el libreto y se tiró a la izquierda en plena jugada. Allí encontró la pelota, frenó, levantó la cabeza y con su perfil tiró un centro preciso al corazón del área. Allí estaba Lucas Viatri, que saltó más que Iván Torres para conectar de cabeza y clavar la pelota en el palo derecho de Broun. Golazo para romper el cero y enderezar un partido muy chivo. Iban 13 minutos y lo que parecía ser una tarde roja y blanca guardada algunas sorpresas.

Con la desventaja, Paolo Montero se animó a adelantar a su equipo. Metió tres cambios y buscó complicar a la defensa Pincha con pelotazos cruzados. Pero Daniel Sappa empezó a mostrar sus credenciales y de arriba ganó todo, absolutamente todo. También se la bancó Jonatan Schunke. Y por eso el Sabalero no pudo crearle una sola situación de gol.

En los 20 minutos finales Estudiantes tuvo tres veces la chance de liquidar el partido. Dos veces Juan Ignacio Cavallaro ingresando por la derecha, pero con remates débiles a las manos del arquero. También pudo definirlo Bailone, pero su remate salió cerca del palo derecho de Broun

La más clara la tuvo a los 39 minutos, cuando el chileno Jeisson Vargas no supo cómo enviar la pelota al fondo del arco y eso que estaba solo ingresando al área chica por el sector izquierdo.

Colón, sin ideas y sólo con el arrebato de un equipo en desventaja lo fue a buscar. A los 43 minutos una falta de Rodrigo Braña en la puerta del área dejó a Estudiantes con uno menos y con un tiro libre en contra. Todo el Pincha defendió adentro del área y entonces Juan Bauza pidió la pelota y remató delante del malón que salía en su búsqueda. La pelota pegó en el brazo de Ascacibar, falta, amarilla (llegó a la quinta y no podrá jugar contra Banfield) y penal.

Fue un momento de desconcierto y de mirar el reloj. Parecía que esta vez el destino no estaba del lado del Pincha. Pero como decía el Chapulín Colorado, no contaban con la astucia de Pepi Sappa, que con una grandeza admirable le sacó el penal a Pablo Ledesma, que lo pateó fuerte, alto y a un palo. Atajadón para asegurar el triunfo de Estudiantes, el octavo en 10 fechas.

Ganó Estudiantes y no hubo ninguna discusión. Ganó por el gol de Viatri, pero principalmente por la atajada de Sappa. Ganó el puntero del campeonato, el equipo que emociona y juega con el corazón. También con la cabeza. Ayer tuvo las dos cosas y por eso se quedó con los tres puntos. Aplausos.