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Espectáculos |DESTACADO DE LA CARTELERA PORTEÑA

“Expansivas”: dos mujeres, un pasado silenciado y una terrible venganza

Rodada en La Plata, la película de Ramiro García Bogliano, que mezcla drama, thriller y acción, se verá hoy en el BAFICI

“Expansivas”: dos mujeres, un pasado silenciado y una terrible venganza

“Expansivas” tendrá hoy su última proyección en el Bafici

Pedro Garay

Pedro Garay
pgaray@eldia.com

25 de Marzo de 2021 | 03:20
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Ramiro García Bogliano tiene más de dos décadas en el mundo del cine: codigirió sus primeros proyectos junto a su hermano, Adrián (entre los que se destaca “Penumbra”, un hito del terror nacional) y a la par se convirtió en guionista de renombre, particularmente en el mundo del cine de género, trabajando también como productor y asistente de dirección en otros proyectos. 

Y sin embargo, “Expansivas”, la historia de dos mujeres que buscan vengar un hecho ocurrido en un pasado silenciado que se verá hoy por última vez en el BAFICI, es la primera película como director en solitario para García Bogliano en esos más de veinte años: “Sí, es mi ópera primera”, se ríe, y cuenta, en diálogo con EL DIA, que “dirigir solo era una asignatura pendiente: desde 2012, cuando presentamos ‘Penumbra’, ya había tomado la decisión de que tenía que hacer una película solo, simplemente por necesidad personal”.

De hecho, confiesa, hay algo de catarsis en filmar esta historia, un relato “personal” tanto para él como para su coguionista, Milagros Figueroa Garro: la película narra la historia de dos hermanas marcadas por el asesinato de su madre, que descubren años después que el perpetrador del crimen estaba muy cerca, una historia violenta y descarnada con algunos elementos de las biografías de los guionistas y, sobre todo, temas muy afines a sus experiencias familiares.

“Los personajes tienen mucho que ver con nosotres, con nuestra historia: la tragedia, la separación, lo no dicho en las familias…”, afirma García Bogliano, y explica cómo el exilio de su familia, esa separación del resto de sus familiares, y todas esas cosas “que no se dicen” en tiempos de violencia estatal empapan los silencios atroces de “Expansivas”: “Teníamos familiares desaparecidos y mis padres escaparon para salvar su vida… Y todo lo que no se decía, lo sucedido que se oculta, afecta, y como se dice en la película sobre las balas expansivas, te va destrozando por dentro”.

Rodada en varios escenarios platenses (los espectadores reconocerán el Hospital de Gonnet, por ejemplo), “Expansivas” supuso en ese sentido una especie de catarsis expresiva para García Bogliano y Figueroa Garro. Incluso cuenta el cineasta con una sonrisa melancólica que “en el rodaje, en un momento, me puse a llorar, algo que no me había ocurrido antes”.

Fue en uno de los momentos de alta emotividad del filme, que García Bogliano no quiere spoilear, pero que reflejan el propósito del director, que no quería escatimar emociones por tratarse de un relato de acción y suspenso. “No queríamos hacer una película sentimental, de mucho golpe bajo, pero sí queríamos hacer una película que emocionase, que no le tuviera miedo a la satisfacción final”, dice al respecto.

“Expansivas” es un “relato personal”, dice su director, el platense Ramiro García Bogliano

 

Y opina que “hay una tradición que se viene arrastrando en el cine argentino de los últimos años, de abordar el género pero tenerle miedo de llevarlo a las últimas consecuencias, tomar un tema potente, y no dar al espectador la satisfacción final. Quizás es una reacción al cine gritado, ultra emocional y ultra explícito de los 80. Pero creo que la sutileza debe ser una herramienta, no un fin: al llegar al final y no podés no darle al espectador ese alivio, no lo podés dejar siempre con la sugerencia”.

“Expansivas” no solo ayudó, en ese sentido, a expresar un pasado silenciado para los realizadores, sino que también se hace cargo desde lo formal de otro pasado oculto, a menudo por vergüenza: el pasado del cine policial argentino. Un cine desprestigiado y descastado, olvidado por “una camada de realizadores que no tienen referencias, o tienen referencias del cine europeo”, argumenta el director, que “no se hace cargo” de que “lo que se hacía en ese momento tiene ecos en lo que hacemos hoy: tenemos que asumir quienes somos, no desestimar el pasado”.

Desde ya, ese pasado tiene aristas problemáticas, formas pasadas de moda, modos de decir anticuados, y maneras de pensar que asoman rancias al pensamiento actual. Pero es por eso que García Bogliano afirma que rescatar este cine implica tomar algunos recursos pero actualizarlos, apropiárselos: “Siempre me pareció una pulsión interesante a la hora de hacer película pensar que estás aportando algo, pensar que estás haciendo una película que no se hizo antes”, afirma.

“Expansivas”, en ese sentido, parte de la estructura de un western: “Flavia es un personaje que abandonó el pueblo, pero vuelve tiempo después a hacer que se cumpla la justicia en un lugar sin ley. Por eso hacíamos la broma de que Sara (Hebe, protagonista) era la Clint Eastwood argentina: la heroína de pocas palabras, que mira mucho y actúa de manera fuerte. Mientras que su hermana, el otro personaje, es más pasivo, pero va ganando confianza en el camino. Hay un personaje más humano, con más resquemores, y otro personaje implacable: ese contraste es lo que hace interesante la dinámica”, explica. Y mama, claro, del cine policial de décadas pasadas: en un giro respecto a sus anteriores trabajos, García Bogliano juega con un género que “siempre me han encantado todos los géneros, como cinéfilo, y muchas películas de distintos géneros han alimentado lo que hemos hecho en el pasado en el cine de terror. Y sentía una deuda con el cine policial, la literatura policial, que me apasionan, que he consumido un montón”. 

El cine norteamericano de los 70, Friedkin, están en ese panteón recuperado, pero también las películas policiales argentinas de Adolfo Aristarain y Juan Carlos Desanzo: “La primera película que vi estando en España fue ‘Últimos días de la víctima’, en un VHS que habían doblado al español gallego, porque en esa época había una especie de barrera del entendimiento de los acentos… Aún así, el impacto fue bestial en mi vida”, cuenta el director.

Sin embargo, sobre esas influencias García Bogliano propone un giro: construye un policial, pero sus heroínas “no son policías, asesinos de a sueldo, ni siquiera periodistas, sino dos personas de a pie. Y mujeres”. Así, Sara Hebe y Martina Juncadella (protagonistas del filme junto a la española Assumpta Serna) se vuelven heroínas de acción terrenales, barriales, roles que tantas veces en ese pasado ocuparon los varones. Y se disponen a vengar el femicidio de su madre.

Pero la película, advierte el director, “no nació con la intención de ser una película feminista, de aprovechar el movimiento. Me gusta que la gente pueda identificar que la película pertenece al contexto, pero no me quiero poner una bandera que no me corresponde”.

“Es una película feminista, de hecho, pero no es una película en la que se enuncie el feminismo: de eso nos cuidamos mucho, no queríamos ser obvios. Las acciones, lo que ocurre, es la declaración; pero no se pensó que este era un momento para hacer una declaración, para hacer esta película, de forma calculada. Es una película que a lo sumo se sincroniza con el momento, de forma natural, pero no me gusta eso de agarrar un tema candente e intentar sacarle provecho”, analiza.

Rodada hace dos años, “Expansivas” se mostrará esta tarde, a las 15, en el Multiplex Belgrano, en la que será la segunda y última función en el BAFICI: tras la primera función, dice García Bogliano, comprendió que aguardar al estreno para que la película se viera en pantalla grande valió la pena.

“Tener un estreno físico en este momento, cuando incluso se habla de que quizás volvamos a una fase anterior, es impagable: tener ese contacto con la opinión de la gente, con las reacciones en los rostros de los espectadores, es estupendo. Toda expresión artística debería tener su espacio en el mundo real: pueden difundirse y tener más vida en el mundo virtual, pero nada duradero sale de lo que no tiene una manifestación real, comunitaria”, dice, y cierra lanzando que “el año pasado se han consumido cantidad de productos audiovisuales, pero la mayor parte tiene muy poco calado, porque la gente rápidamente pasa a lo siguiente”.

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