Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Toda la semana |EL PLACER DE ESTAR AL AIRE LIBRE

Río todo el año: el agua calma, ejercita y enamora

No hay edad ni época del año menos propicia para las actividades náuticas. Así lo afirman cientos de remeros, surfistas, navegantes e instructores de la Región que cotidianamente disfrutan de las bondades ribereñas

Río todo el año: el agua calma, ejercita y enamora

Marilú asegura que “no hay una edad determinada para comenzar a hacer remo o palear”

Cecilia Famá

Cecilia Famá
vivirbien@eldia.com

11 de Abril de 2021 | 09:13
Edición impresa

Esas postales fluviales idílicas, con dos o tres veleros a lo lejos, un grupo de personas por allí remando entre canales y juncos, y en el cielo, recortados, algunos coloridos paracaídas del estilo de los que se usan para practicar kite surf, no existen sólo en lugares remotos a los que accedemos Internet de por medio. Las podemos presenciar en vivo, de primera mano, y acá nomas. En nuestro Río de la Plata. Berisso y Ensenada poseen clubes náuticos, centros de educación física y otras instituciones con amarras. Allí, chicos y grandes disfrutan de los deportes en el agua, al aire libre, en cualquier estación del año. Hay grupos de remeros de 8 años, y también de señoras de más de 70. “El río es maravilloso, es algo único”, coinciden muchos acerca de ese cauce natural al que se dice que la ciudad de La Plata le da la espalda, pero que muchos platenses miran de frente, conmovidos por su cielo inabarcable y su majestuosa vegetación. Un espacio que oxigena cuerpo y alma... aún más en estos tiempos de pandemia.

María Laura Libardoni (56) es profesora de Educación Física egresada de la Universidad Nacional de La Plata y guardavidas. Hace más de diez años comenzó como alumna de canotaje en el CEF N°67 de Berisso. Fue tan atractiva la actividad que luego se perfeccionó, y hoy es parte del equipo de profesores de esa institución. “Marilú”, como la llaman todos, asegura que “no hay una edad determinada para comenzar a hacer remo o palear. Yo recomiendo que sea cuando el niño o la niña tenga la fuerza muscular necesaria para desplazar la embarcación, y también para volver a subirse a la misma si se da vuelta. Tampoco hay una edad tope: he tenido alumnas que a los 76 años tuvieron su primer contacto con el río y lo disfrutan a pleno”.

“Lo que recomiendo a los que se quieren iniciar en la actividad es primero tener en cuenta las medidas de seguridad, y acercarse a la gente que conoce, que sabe, para que brinde su consejo. Siempre les digo que antes de comprar un kayak, se compren un chaleco salvavidas. Asimismo, no me canso de repetir que la única manera en que sirve un chaleco es puesto. Haciendo un curso, aunque sea corto, aprendiendo las prioridades de seguridad y las maneras de navegar respetando embarcaciones, pescadores, bañistas, cualquiera está preparado para salir a disfrutar del río”, afirma.

Jorgelina Castro está conectada con el río desde chiquita. junto a su amiga Perla Gotwald reman siempre que pueden

La mayoría de los instructores de actividades náuticas coinciden en que su práctica no suele ser más cara que la de cualquier otro deporte. Se abonan la cuota social del club y las de las clases. “Es como cualquier club de barrio. Lo caro son las embarcaciones, pero en general los clubes tienen las suyas propias y los alumnos practican el deporte en ellas y hasta con una lancha de apoyo a su lado, donde vamos los profesores”, describe Martín García, instructor del Club de Regatas de Ensenada.

“El canotaje desarrolla lo físico y también la parte recreativa de relax que da el agua”

 

“La actividad de canotaje en sí es accesible, sobre todo en lugares como los centros de educación física de Berisso y Ensenada, porque permiten a chicos y grandes acercarse en forma gratuita. Por supuesto que en esos lugares hoy en día estamos con problemas por la pandemia, pero pasado esto, y con una nueva normalidad, se puede acceder a la práctica muy fácilmente”, acota Marilú.

La Región cuenta con los clubes náuticos de Berisso y Ensenada, que tienen equipos de profesores que brindan las diferentes actividades. Entre las más populares están el kayak, la navegación a vela y el kite surf.

REMO O VELA

En realidad, no todos los que vemos con remos en las manos son remeros. “En realidad, remar es diferente a palear: la práctica del remo es por ejemplo en un bote, con los remos fijos, remando de espaldas a la proa. En cambio, cuando paleás, vas con una pala suelta y vas paleando hacia adelante. Es el caso de los kayaks, por ejemplo. La diferencia está dada específicamente por la embarcación que se utilice”, aclara Marilú, que hasta el año pasado fue entrenadora de un grupo de mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, llamado “Dragones rosas”, que entrenan “en un bote dragón llevando un mensaje de concientización, además de beneficiarse con el aporte saludable que la actividad les brinda”.

Franco Pesquera es timonel y enseña a navegar a vela

Sofía Herscovich (63) palea desde 2015. Empezó en el CEF N°67 de Berisso, un poco “por casualidad”, porque una compañera de su hija Mara, que había tenido cáncer de mama, lo estaba practicando y estaba muy contenta con la actividad, además de que era impresionante el efecto positivo que le causaba estar en el Río”. Recuerda que “Mara me comentó acerca de su amiga, porque el año anterior yo había pasado por una situación de ese tipo, así que gracias a ella, a Jenny, que me llevó un enero a unas actividades de verano, conocí el río… ¡Lo conocí de grande, cuando no tenía ni idea de que a dos cuadras de la Montevideo teníamos el paraíso!”.

“También conocí a un grupo de gente maravillosa; formamos un grupo y empezamos a ir una vez por semana, cada una por diferentes causas, pero con un fin común, disfrutar. Luego hicimos un curso y se formó el grupo Camalotes. Cuando pudimos largarnos solas, hicimos una compra comunitaria de kayaks y empezamos a ir frecuentemente, sin horarios fijos”, cuenta Sofía.

“Los trayectos son diversos, porque en realidad el río, cada vez que vas, es distinto: depende si está alto, si está bajo, si hay viento. Llegás, y te marca por dónde ir. El grupo Camalotes se sigue juntando. Los kayaks los tenemos en la guardería del Náutico de Berisso. Nosotras salimos desde ahí. El año pasado hubo un gran parate y recién pudimos empezar a ir en noviembre; lo extrañé un montón y ese espacio de disfrute lo reemplacé por un emprendimiento de objetos de cemento y velas, con una línea que se llama... Camalotes. Fue como traer el río a mi casa. Porque el río es mi lugar en el mundo. No sólo es una actividad física, sino la sensación que te produce el agua, los pájaros, la vegetación... Es algo maravilloso. Es una gran terapia que no se compara con nada”, se emociona la hija del recordado y querido Pipe Herscovich, quien fue por muchos años director del Teatro Coliseo Podestá.

“El río, cada vez que vas, es distinto: depende si está alto, si está bajo, si hay viento”

 

Marilú, la profesora, coincide: “en los beneficios del canotaje encontramos la parte técnica, que desarrolla lo físico, y también encontramos la parte recreativa, esa parte psicológica, de relax, que da el agua. Nosotros venimos del agua, de un vientre materno en que estamos nueve meses, y luego somos terrestres hasta que volvemos al agua, para que nos acune y nos dé paz”.

Hay quienes habitan el río desde toda la vida, como Jorgelina Castro (45), que iba “desde chiquita, a remar con mi mamá al Club Regatas. En el verano lo hago todas las tardes que puedo, y ahora, por el trabajo y la escuela de los chicos, puedo una vez por semana. Hay mucha gente que empieza de cero de adulta y se engancha con todo lo náutico. El club es muy completo porque hay gimnasio, instructores, simuladores, además de las piletas, las canchas de tenis criollo y el restaurante. Es un placer ser parte desde hace tantos años”, destaca.

El mundo de la vela es, literalmente, un mundo aparte. Franco Pesquera (27) estudia Diseño Industrial y trabaja en construcción en seco, pero también es timonel y enseña a navegar a vela. “El mundo del yachting suele ser un poco cerrado, aunque ahora las nuevas generaciones lo están abriendo un poco. No es fácil ni barato. En general, hay pocos dueños, pero los que se inician empiezan a formar parte de tripulaciones para ir a navegar simplemente o para sumarse a alguna regata”, describe.

Martín es operario del astillero Río Santiago y por las tardes profesor de remo en el Club Regatas

“Para sacar el carnet de timonel hay cursos de seis meses aproximadamente en los clubes náuticos de la zona, suelen costar unos 7 o 9 mil pesos mensuales; en la UNLP son más baratos. También hay gente que estudia y va directamente a Prefectura a dar el examen. En los cursos te enseñan rumbos, vientos, la manera de comunicarte por radio, maniobras de seguridad y rescate, todo lo necesario para estar en el medio del río en una embarcación que va a diez kilómetros por hora como mucho”, cuenta Franco, que asegura que el mundo de la vela es “caro, muy caro. Un velero viejo, chico, cuesta unos 10 mil dólares, con mucho para arreglar. Uno nuevo, unos 35 mil dólares para arriba”.

PATOS AL AGUA

Para ir al río no hay edad. Y muchos comienzan desde muy chiquitos a interiorizarse en las actividades náuticas. Por las mañanas, Martín García (43) es operario del astillero Río Santiago; y por las tardes, profesor de remo en el Club Regatas, donde trabaja desde hace más de 20 años. “Para la iniciación, cuando viene un nene chiquito, lo primero que tenemos que saber es si sabe nadar, porque es muy importante para las actividades náuticas. También vemos cómo son los chicos, porque es una gran responsabilidad y necesitamos que sigan las consignas. Una vez que se enganchan, les encanta. Pero al principio necesitan aprender cosas básicas, como la técnica y en la formación. Luego, es todo placer, disfrute, con los beneficios que tiene un deporte al aire libre, en contacto con la naturaleza. Los relaja mucho. Vienen con tensiones y ves cómo les hace bien”, revela Martín, que dice que el único requisito en el club es ser socio y pagar la cuota mensual.

“El equipamiento es básico. Tratamos de que vengan con ropa que no sea holgada: vienen con calzas, shortcito... Las embarcaciones son caras, pero el club tiene las propias, así que para los chicos termina siendo una cuota como de un club de barrio, para cualquier actividad. Los chicos siempre salen al agua y tienen una lancha de apoyo al lado, con los profes. Se puede comenzar entre los 8 y los 10 años. Están separados en grupos, por edades. Es extremadamente gratificante enseñarles a disfrutar del río”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

Sofía, Yana y María disfrutan del agua y las actividades que les ofrece el río

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla