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Buenos vecinos: el arte y un mapa que reúne

La pandemia hizo que estos frentistas volvieran a vincularse con profundidad e intercambiaran sus historias y experiencias, dando lugar a proyectos artísticos comunitarios

Buenos vecinos: el arte y un mapa que reúne

Algunos de los frentistas que participaron de la experiencia artística

María Laura López Silva

María Laura López Silva
llopezsilva@eldia.com

25 de Julio de 2021 | 08:21
Edición impresa

Decir que la pandemia de coronavirus nos quitó la posibilidad de ver y abrazar a las personas con las que hasta marzo de 2020 nos vinculábamos con naturalidad y cotidianidad, es una de las consecuencias negativas que más nos afectó. Sin embargo, contar que este mismo contexto le permitió a algunos conocer nuevas personas que tenían muy cerca pero con quienes casi no habían interactuado, es muy positivo.

Ser vecino fue en estos 16 meses una actividad o cualidad redescubierta. Con la tecnología como aliada que ya había conectado a los frentistas en grupos de WhatsApp de alarmas vecinales y debates de inseguridad, el contexto de la cuarentena hizo que las charlas entre usuarios de celulares pasaran a ser solidarias: favores, mandados y una especie de terapia grupal, con todo lo que ello contempla.

Julieta y su mapa barrial. ella es la experta en la zona

En algunos barrios, el fenómeno fue más allá y despertó esa esencia que la vida acelerada que teníamos había adormecido: el clima comunitario comenzó a regenerarse a medida que se podía salir de casa y hablar de puerta a puerta, cruzarse en el almacén o en la plaza donde se paseaba al perro.

Lejos del centro, a dos cuadras del uno de los límites del casco urbano, algo de eso se dio poco a poco y a través del arte. Alrededor de la esquina de 24 y 74, en pleno barrio de Altos de San Lorenzo, la revinculación vecinal dio como resultado un mapa zonal y una muestra de dibujos callejera a la que se llegó después de desandar y recolectar historias, nombres y acontecimientos del lugar.

De hablar de medidas de seguridad y reclamos por pérdidas de agua, los vecinos pasaron a reencontrarse en anécdotas y proyectos que los corrió del pensamiento omnipresente de la pandemia poniéndolos en una actividad comunitaria gracias al fanatismo barrial de Julieta, que con sólo 15 años, se encargó de unirlos en un mapa, luego en una muestra y ahora en una relación como las de antes, donde la vereda es el punto de encuentro y socialización.

La muestra de los dibujos se hizo hace unos meses y fue todo un éxito

Ahí se reúnen otra vez para contar la experiencia que los une. Van llegando de a poco a cita, algunos traen su mate, chocan puños y otros no quieren ni sacar las manos de los bolsillos porque la mañana está fresca. Un auto dobla a esquina y su paso saca a colación el tema del pozo que lleva meses sin repararse; deslizan algunas ideas para pedir que lo arreglen y definen que van a intervenirlo colocando un barco de papel en el bache para llamar la atención. Después de todo, el arte es lo que los reencontró hace unos meses y no está mal utilizarlo para reclamar.

“Es un barrio que se venía organizando por cuestiones de seguridad y de infraestructura de forma bastante cordial y organizada. Con la pandemia, el año pasado yo me quedé totalmente encerrada con mi familia”, comienza a contar Gabriela, una de las pioneras de la movida vecinal. Y es que como nadie podía ir más allá de la “cercanía”, salir a la puerta era la única forma de socializar sin tecnología. “Algunas vecinas se hacían intercambios de flores, plantas… el barrio en ese sentido es muy pintoresco y amable. De casualidad conocí a Julieta y establecimos un vínculo muy lindo de charlas”, agrega la “vocera” del grupo, que siempre estuvo relacionada con el arte y buscaba la manera de no perder esa conexión.

“Con unas amigas que son artistas plásticas empezamos a pensar que acciones hacer en los barrios en que vivimos. Y les propuse a esta nena y a mi hijo empezar a darle voz colectiva al barrio”, dice Gaby, que en ese momento no se imaginaba lo que iba a suceder.

Una de las fotos que aportaron los vecinos a la revista que se hizo

Julieta fue quien dio los primeros datos de lo que sabía de la zona. Conoce a muchos de los vecinos y fue armando una especie de circuito para dar con los frentistas e invitarlos a participar.

“Me llevo bien con todos. Desde mi ventana veo todo y con esas imágenes armé los dibujos. Llegué al barrio cuando tenía 9 años, pero mi papá siempre vivió acá. Esta movida me entretuvo durante la pandemia”, a penas murmura Julieta que es tímida, pero que guarda en su cabeza cada detalle de donde vive.

“Fue tan fuerte lo que se generó con esta nena, que se vino de vacaciones a la costa con mi familia y no paró de hablarme de cosas del barrio, es como la informante. Tiene una devoción romántica por su cuadra”, resalta Gabriela.

Lo que estas mujeres lograron con el proyecto de la muestra fue humanizar al barrio

 

“Entrevistamos a vecinos para saber de dónde venían, cuánto hacía que vivían en el barrio y conocer de sus historias, e imaginamos que estas entrevistas podían ser mostradas en algún lado”, explica la mujer.

Entonces hicieron un gran mapa de la calle 24, con quienes resultaban ser un gran interrogante y con aquellos que conocían más. “Dibujamos a cada vecino, los objetos que representan al barrio, las casas… y armamos una exposición todo el mes de febrero de este año”, recuerda esta frentista.

Para exponer el mapa mandaron a hacer una vitrina especial y además de colocarla en la cuadra para que todos los vecinos pudiesen reconocerse, la muestra estuvo en la Biblioteca Popular La Chicharra.

Comenzaba febrero y aunque el calor invitaba a quedarse cerca del ventilador, las puertas de las casas se abrieron y la cuadra se llenó de gente, de sonrisas y de encuentros. Los barbijos y la distancia social impidieron el abrazo pero los puños se chocaban con intensidad, las miradas mas que cruzarse se posaban en aquellos personajes hasta entonces desconocidos.

La muestra fue un evento que reunió a los frentistas y los unió como grupo

El “de algún lado te tengo” dejó de ser una frase al pasar para dar lugar a las charlas que sacaban a la luz las cosas en común que gracias al barrio todos tenían.

Pero más allá de la hermosa muestra, lo que estas mujeres lograron en el armado de la misma fue humanizar al barrio. Se generó una red vecinal que rearmó la identidad del barrio.

“Conocí a Yamila y a Nancy en esta pandemia. Con otros vecinos con los que no me hablaba empecé a relacionarme gracias a que los chicos jugaban en la calle y salíamos a cuidarlos. Este proyecto cambió la vida de todos, particularmente en un contexto de tanta incertidumbre”, analiza Gabriela.

Teté, que se jacta de haber sido alumna de Rocambole, es otra de las frentistas que participó de la movida mostrando sus cuadros. “Es lindo todo esto que se armó porque se conocieron muchas cosas que no sabíamos, nos entretuvimos y conectamos”, dice, y a continuación su hija Andrea relata orgullosa que nació en Altos de San Lorenzo y que cuando pudo comprarse su propia casa eligió el barrio para hacerlo. “Muchos nos conocemos desde chiquitos, pero la vida te va llevando por distintos lados y a veces te desconectás”, se lamenta.

Algo parecido destaca Yamila, que hace 6 años que vive en 24 entre 73 y 74: “me pasó que dejé de trabajar afuera de casa. Antes solo salía y entraba y no tenía mucho vínculo con los vecinos. Pero después mis hijos empezaron a jugar con otros nenes en la calle y me fui conociendo con la gente de la cuadra porque estaba más tiempo en casa. Siempre quise una vida así, de barrio. Del mapa que se armó me encantó que se muestra que estamos conectados por algo o alguien”.

“Se tarta de volver a tejer algo que esta perdido”, opina Manuel y agrega que “lo mínimo es conocer al otro no sólo para hacer los reclamos de los pozos. Hay que aprovechar eso que existe y profundizar esto que se armó”.

Sebastián también es un histórico de la zona y recuerda que hace años había una hermandad entre los vecinos que llegaba a que se hagan asados en la vereda de los que todos participaban. “Ojalá eso vuelva. Nosotros nos caracterizamos siempre por la empatía”, remarca.

Los dibujos los hicieron los vecinos para representar lo que más destacan del barrio

ARTE COMUNITARIO

La movida que idearon hace casi un año Julieta y Gabriela reunió a unos 25 vecinos. El armado de ese mapa permitió la primera reconexión de los vecinos de donde surgieron las historias desconocidas, los recuerdos, las anécdotas y las ideas de más proyectos.

“Tuvimos una respuesta tan amorosa que fuimos por una segunda actividad. Se nos ocurrió decirle a los vecinos que los ilustradores sean ellos mismos y sumamos a quienes viven sobre la cuadra de calle 74. Hace dos meses dejamos la convocatoria por debajo de la puerta con una fecha para entregar dibujos sobre algo que les gustara del barrio y los inquietara. Sobre todo apuntamos a los niños del barrio. Un vecino que no quiso dibujar no escribió una historia de una oveja que es la mascota de otra persona del barrio; otra vecina propuso pintar las fachadas y se sumaron muchas iniciativas. Recibimos muchos dibujos, fotos e hicimos otra muestra en la que sorteamos un block de hojas y armamos un álbum, una especie de revistita de todo esto”, relata Gabriela que está feliz de poder materializar la historia compartida que los une.

“Se trata de volver a tejer algo que esta perdido. Ese vínculo que nos acerca y pone en contacto”

 

Las anécdotas fluyen sin parar. Recuerdos de juegos de la infancia, de los carnavales y de cuando asfaltaron la calle que permitió que empezara a pasar un ramal de la línea de colectivo 273 ¿El próximo proyecto? No está del todo claro. Visualizan unos tablones largos en el medio de la calle en primavera o verano. Gaby quiere que sobre ella cada vecino haga su gracia, una creación artística durante toda una jornada. Otros desean que esas maderas sean una mesa que los reúna a compartir una comida de fin de año como las de antes, con un asador en la esquina y una pista de baile improvisada.

 

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Julieta y su mapa barrial. ella es la experta en la zona

Una de las fotos que aportaron los vecinos a la revista que se hizo

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