Piden detener al marido de la enfermera que apareció muerta: investigan un femicidio

Elizabeth di Legge desapareció el fin de semana pasado y desde ese entonces, su caso fue un misterio. Sus familiares y amigos comenzaron una intensa búsqueda, su marido denunció la desaparición ante la policía y se paseó por los canales pidiendo ayuda.

Sin embargo, este lunes apareció muerta en su casa, en un galpón del que supuestamente había desaparecido la llave. Tenía una jeringa en el brazo y una sonda. La Justicia intervino y en la última actualización cambió la carátula a femicidio, previo a pedir la detención de Silvio Espíndola, su marido, quien permanece demorado. 

El fiscal Matías Folino ordenó que efectivos de la policía bonaerense allanaran la casa, donde finalmente se encontró el cadáver de Elizabeth. Para los investigadores, el suicidio no es una posibilidad real en este caso, por lo que se investiga un femicidio.

El fiscal Medone obtuvo un nuevo informe que complicaría notablemente a Espíndola. Se trata de algunas incongruencias en sus declaraciones como testigo, que ocurrieron antes del hallazgo del cuerpo.

Según dijo, salió antes que su esposa porque entraba más temprano al hospital Churruca, donde trabajaban ambos. Elizabeth, aseguró, salió más tarde de su casa y nunca volvió. Pero desde el nosocomio informaron que Espíndola se ausentó “sin aviso” en la franja horaria donde habría perdido la vida la mujer, es decir, entre 60 y 72 horas después de ser encontrada. 

Las pericias toxicológicas darán mayores certezas de los químicos que podría tener en el organismo. En las ampollas que tenía cerca había propofol y fentanilo pero no tenía marcas físicas de golpes, por lo que podría haber muerto de una “depresión respiratoria”. 

Violencia de género

Según se pudo confirmar, la víctima tenía intenciones de separarse ya que sufría violencia de todo tipo de parte de Espíndola. Incluso pidió ayuda días antes de su muerte en la Red de Asistencia de la Secretaría de la Mujer, en La Matanza. 

Estaban casados hace veinte años y tenían tres hijos. Familiares y amigos de la víctima afirmaron que sufría “violencia física, sexual, psicológica y simbólica”.