Anderson y Demichelis le dieron una nueva oportunidad al amor

EVANGELINA ANDERSON Y MARTÍN DEMICHELIS SE REENCONTRARON Y, SEGÚN ASEGURÓ ELLA, “ESTÁN MÁS ENAMORADOS QUE NUNCA”. EN LA FOTO, DE PASEO EN LA PLAYA JUNTO A SUS DOS HIJOS, BASTIAN Y LOLA

El amor de Evangelina y Martín fue el romanticismo llevado a la locura. Ni el poeta más imaginativo puede llegar a soñar cómo nació la relación. El le pidió matrimonio en la ciudad de Verona, debajo del mítico balcón donde Romeo le juró amor eterno a Julieta, según la obra de William Shakespeare. Más, imposible. Con un agregado: él estaba en el apogeo de su carrera y ella imponía su belleza y sensualidad en los medios. El mundo les pertenecía.

Fue un amor a primera vista. Más aún: fue un amor fulminante. Se conocieron en el verano de 2008 en Carlos Paz, en mayo de 2009 nació Bastian y en 2010 él tuvo que viajar a Europa por ser parte de la Selección Argentina. Perdidamente enamorada, ella dejó todo para seguirlo a Alemania, donde Martín era la estrella del Bayern Münich. Era todo o nada y aceptó el desafío.

Nunca le faltó nada, todo lo contrario, pero vivir en Alemania tuvo para Evangelina un precio demasiado alto. Su soledad, por momentos, era completa. No hablaba el idioma, no podía trabajar en lo suyo, y Martín estaba ausente días enteros debido a las concentraciones antes de cada partido. Hubo días, demasiados, en los que su única componía era la mujer que limpiaba la casa. Ninguno de los dos se atrevió a plantearlo, pero era la crónica de una separación anunciada.

TODO PARECIA TERMINADO

Todo cambió cuando él fue contratado por el Málaga, el equipo español. Todo indicaba que habían encontrado, finalmente, un lugar acorde a las necesidades de los dos. No fue así. En mayo de 2012 se desató una crisis que parecía definitiva. Ella volvió a la Argentina y él siguió su carrera en España. La explicación de Evangelina de por qué se separaron, dio lugar a todo tipo de especulaciones: “Intolerancia, celos, algo de orgullo y tal vez revolución hormonal por el embarazo”, declaró.

En junio, ante la pregunta si seguía enamorada de Martín, respondió: “Lo quiero mucho pero tal vez habría necesitado otras cosas de su parte para jugarme a afirmar eso. Podríamos haber luchado un poco más. Tal vez somos muy orgullosos”. En diciembre se reencontraron en Marbella. En esa oportunidad aseguró: “Martín y yo nunca dejamos de tener una relación. Por eso vivimos este reencuentro con naturalidad”.

El 18 de enero de 2013, tomados de la mano, los dos entraron en la sala de partos. Una vez más fue ella la que habló: “Siempre supimos que estaríamos juntos en ese momento. Fue tan emocionante que hasta los médicos nos acompañaron con sus lágrimas. Estamos más enamorados que nunca, más que al principio de nuestra relación”.

Hoy están de vacaciones en la Argentina. Su plan es abrazar a las familias que les dieron su apoyo espiritual cuando todo parecía perdido. En Córdoba estarán con Georgina y Fabiana, las hermanas de Martín. Y en Buenos Aires con lo padres de ella. La mejor noticia es el rumor de que él sería contratado por River, por lo tanto ella volvería a su medio natural. De hecho, ya firmó contrato para campañas publicitarias y su participación en la tele, debido al éxito que tuvo en “La Pelu”, el programa de Flor de la V en Telefé.

UN BUEN MAESTRO

El dolor, si no mata al que sufre, puede llegar a ser un buen maestro. A Evangelina le enseñó una serie de cosas, sobre sí misma y sobre el amor, que antes ignoraba. “Después de la crisis que vivimos me hice fuerte -asegura-. Hoy tomo las decisiones con calma, analizando todo desde mi rol de mujer y de mamá. Ya no soy tan compulsiva”.

Y agrega: “Cuando uno ama es necesario pedir ayuda a tu pareja, a un terapeuta. La comunicación es fundamental y estamos trabajando en eso. Martín y yo nos reencontramos de manera adulta. No tan explosiva como antes y con más diálogo. Lo nuestro siempre fue de a poco. Y va de a poco. El amor sigue intacto, la ilusión no se va. La vida se reordena. Apuesto fuerte al amor y a la familia. Hoy soy muy feliz”.