Caminata lunar: otra expresión de la violencia nocturna en La Plata

Las explosiones de agresividad en la noche también deja su saldo de destrucción en las calles de la ciudad.

Una de las modalidades que comenzó a preocupar hace algunos años a los vecinos es la llamada “caminata lunar”, el vandálico divertimento al que recurren algunos jóvenes, saltando sobre los techos de los autos.

En algunos casos, los jóvenes involucrados también usan palos para romper los parabrisas de los vehículos estacionados, una “moda” que se convirtió en el terror de los vecinos que dejan sus autos en la calle.

desde la década del ´90

Esta “moda” cultivada por adolescentes que irrumpen en los barrios de madrugada nació en la década del ´90 entre algunos egresados que se preparaban para viajar a Bariloche.

Además de saltar sobre los techos de los vehíclos estacionados, algunos destruyen parabrisas utilizando palos y piedras

El ”juego” consiste en saltar sobre los parabrisas de los autos y al caer sobre sus techos amplificar la potencia del golpe empujando con fuerza hacia abajo.

De esta forma se hunde la parte superior del vehículo al tiempo que se toma impulso para llegar hasta el siguiente.

El paso de los agresores suele ser rápido y cuando los vecinos despiertan sobresaltados al escuchar los ataques, los jóvenes protagonistas de la agresión se van antes de que llegue la policía.

Aunque no es una práctica común, en los últimos años se han incrementado los episodios en los que un gran número de autos son afectados todos a la vez, especialmente en la zona céntrica a altas horas de la noche, y genera la preocupación de aquellos frentistas que usualmente dejan sus autos en la vía pública.

reaparición

La moda parecía haber decaído en los últimos meses, pero en el último fin de semana al menos una docena de vehículos aparecieron abollados o con los parabrisas destruidos, después del vandálico ataque de un grupo de alrededor de 30 jóvenes, a altas horas de la madrugada.

Todo sucedió en la zona de Parque San Martín y de acuerdo al relato de damnificados, fue poco después de las 4 de la madrugada cuando frentistas de la calle 54 entre 25 y 27 despertaron sobresaltados por el ruido de golpes, vidrios rotos y alarmas de autos.

Los vecinos vieron a un grupo de entre 30 y 40 chicos, todos varones, de entre 16 y 20 años de edad saltando sobre los vehículos y algunos “parecían alcoholizados”, según dijeron los vecinos.

Alterados por el bullicio generado por los jóvenes involucrados, los vecinos de la zona se asomaron a sus ventanas, asustados, “y sin saber bien de qué se trataba”.

Tras el paso de los vándalos, el paisaje del barrio mostraba más de una decena de autos dañados.

Para el antropólogo Héctor Lahitte, la misma falta de respeto por el prójimo que se manifiesta en la agresión de jóvenes que perdieron la confianza en el futuro se manifiesta en los ataques que van dirigidos a elementos del paisaje y el mobiliario humano.

“Es la misma situación que se expresa en el adolescente que le tira una piedra a un colectivo o quema un tacho de basura”, dice Lahitte.