El Lobo no se pareció en nada al de la fecha pasada y cayó sin atenuantes ante Chacarita

Por NICOLÁS LAMBERTI

Esta tarde, en San Martín, Gimnasia no se pareció en nada al equipo que goleó a Vélez en el Bosque el fin de semana pasado. 

El Lobo nunca se sintió cómodo en casa ajena y terminó cayendo 2 a 0 sin atenuantes ante un equipo que no había ganado hasta este momento en lo que va de la Superliga. 

Si bien respetó el gen Soso en la salida, abriendo a los centrales y desplegando a los laterales hasta la línea media, le costó generar los espacios que presumía obtener porque el rival supo cómo ocuparlos a la hora de la marca y no le dio el privilegio de imponerse.

El equipo de Walter Coyete esperó a Gimnasia, le cedió la pelota en gran parte de la primera mitad (posesión del 62%), pero no lo dejó ser profundo. Esto obligó al mens sana a utilizar el recurso del salto de líneas y por momentos, Mazzola fue el receptor de varios pelotazos largos que partieron de los pies de Ezequiel Bonfiacio.

Una vez más, como ante Vélez, Brahian Alemán jugó suelto pero no libre, porque esta vez el rival no le dio tanta ventaja como para que se transformara en el eje de la gestación de fútbol. Por su parte, Nicolás Dibble volvió a ser una especie de 8 para arrancar desde atrás y llegar a posición de wing, pero tampoco logró imponer su gambeta.

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Es así que lo poco que pudo crear el equipo fue por la izquierda, usando el tándem Colazo-Licht, al que por momentos se sumaba el mencionado Alemán. Sin embargo, en los últimos metros del campo, el Lobo se mostró inconexo y poco efectivo.

Hasta antes del primer gol, Chaca apenas había asustado a Alexis Martín Arias con algún disparo de Mauro Matos, aunque el arquero controló bien; mientras que el Tripero había tenido la chance en los pies de Alemán en una pelota quieta en la que logró imponerse Fernández tapando contra la base del caño izquierdo.

Como no podía ser de otra manera por la pobreza que mostraba el juego en cuanto a situaciones, el marcador se abriría con una pelota detenida. Rosso se soltó de la marca de Aldetere, Martín Arias nunca salió a romper, y el defensor, de cabeza, la mandó al fondo de la red luego de un tiro de esquina bien ejecutado por Imbert.

En el complemento, no llegó a recuperarse del golpe que el Funebrero lo asestó otra trompada. Alderete, de flojo desempeño, quedó a mitad de camino en una contra rápida que desnudó la falencia defensiva del tripero y el ex Mauro Matos culminó con un gran zurdazo bajo una buena jugada colectiva del dueño de casa.

Soso movió el banco a los 11 minutos intentando enderezar la historia con el ingreso de Eric Ramírez pero el delantero juvenil no pudo gravitar y terminó preso de la anemia ofensiva que esta tarde mostraba el equipo en San Martín.

Una caída de Dibble tras un contacto de Rosso pudo haber sido penal para el Lobo, pero Baliño, poco convencido, dijo "no" e hizo levantar al punta uruguayo.

Minutos más tarde pudo haber llegado el descuento pero el travesaño le negó el gol a Alemán, que metió un buen cabezazo después de un centro del mismo Dibble en una de las pocas veces que logró imponerse por su banda.

El otro intento del DT fue el ingreso de Nicolás Ibáñez, pero el 9 tampoco entró demasiado en juego. En la única intervención que tuvo no logró bajar bien un pelotazo largo y Ré se la robó antes de que intentara algo productivo.

El tiempo se consumió y el funebrero terminó enterrando la ilusión que tenía el equipo de hilvanar la segunda victoria consecutiva. Gimnasia mostró poco y nada en ataque y volvió a sufrir en defensa algunas viejas falencias como en la pelota detenida, lo que desembocó en una nueva derrota en la Superliga.