La grieta se profundiza, entre una inédita reducción del gasto y la necesidad de encontrar algo nuevo

Economistas de los diferentes sectores peronistas se reunieron antes del coloquio de IDEA, para fijar posiciones.

Llegaron a la conclusión que si no consiguen convencer a los empresarios que tienen planes confiables, no habrá posibilidades en la elección de 2019.

¿Apertura o vivir con lo nuestro?, esa era una incógnita.

Alguien del peronismo renovador, sugirió: “Hay que volver a seducir al capital”. “Pensemos en el financiamiento de campaña”.

Reconocieron errores de Sergio Massa denunciando al campo y a la minería por “saquear al país exportando productos primarios”. “Ese error no puede repetirse”, explicaron.

“Hoy no te podés equivocar porque salen las redes sociales a matarte a los diez minutos”.

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Una nueva saga comienza

“La gente está harta de la vieja política, el asistencialismo y la corrupción basada en el gasto del Estado, subsidios, y cajas para recaudar”. “Estos son un desastre pero si no ofrecemos algo nuevo estamos perdidos”.

Allí, le hablaron a Miguel Ángel Pichetto para que acercara posiciones con algunos empresarios en el coloquio de IDEA.

“Tenemos que buscar aliados”, le indicaron.

En Mar del Plata se formaron dos posiciones.

Una: Los que dijeron -una mayoría- , que había que ir a fondo en el tema de la corrupción, aunque queden afuera importantes jugadores.

Dos: Controlar de acá hacia adelante. Poner un manto para no perjudicar a las industrias en medio de la crisis.

Pichetto, se inclinó por la segunda .

Por supuesto se conmovió por la presión impositiva. Apuntó al riesgo de los cuadernos: “hay inversores en Vaca Muerta, como Techint”.

“Hay excesivo rigor sobre empresarios que hasta el año pasado estaban acá”. “¿Qué hacemos con la empresas?”. Se preguntó.

“Si siguen así se van a vender a capitales extranjeros”.

La estrategia del peronismo estaba clara. Amnistía y perdón .

Nosotros estamos con el capitalismo nacional, están diciendo.

¿La sociedad puede tolerar una amnistía generalizada?.

Un empresario del sector automotriz fue claro: si no vamos a fondo la sociedad no nos va a perdonar”.

Pichetto, además volvió a plantear otro tema que preocupa.

La “extinción de dominio”, no sería retroactiva. Es decir , nadie tendría que devolver nada.

Se habló de un código de ética y mayor transparencia para el futuro. Pero quedó claro que ahora no saben qué hacer con el pasado.

El avance de la Justicia no puede negociarse.

Otro argumento que comenzó a utilizar el peronismo es que el gobierno de Macri, hipotecó al país al duplicar la deuda. Reivindican el desendeudamiento de Néstor Kirchner. La respuesta vino del otro lado de la grieta .

“Hay otro tipo de deuda e hipotecas”.

“Se consumió el capital al congelarse las tarifas por 10 años, nos quedamos sin gas y hubo que importarlo”.

“Se desgastó la infraestructura y se licuó el stock de recursos naturales no renovables”. “Desgaste de caminos, rutas, puertos por Obras Públicas que se cobraban y no se hicieron”. “Aumento el circulante y en tres años la inflación pasó del 6 al 20 % . “Se quedó con las AFJP”.

La grieta se ensancha. Es cada vez más grande. Hasta la Iglesia se precipitó. Habló de hambre y falta de trabajo. Ignoró la corrupción y el robo. Memoria selectiva.

En economía, la falta de credibilidad se superó con la dureza monetaria.

Se absorbieron 60.000 millones de pesos del circulante. Los negocios con el dólar pasaron de ser 300 millones por dia a 80 millones .

En los primeros nueve meses del año el déficit primario llegará al 1,1 % del PBI. Bajó 47 % el rojo de las cuentas públicas. Los ingresos crecieron 36,6 % y los gastos 26,5 %.

La meta original para este año era del 3,2 %, pero con el acuerdo con el FMI se redujo al 2,7 %. Están mucho mas abajo.

En Wall Street señalan que la baja del gasto que está realizando la Argentina este año es inédita. El Presupuesto apunta al déficit 0 para el año próximo.

Pronto llegarán los dólares de la cosecha. Esperan una reacción económica en marzo.

La oposición mueve sus piezas. Confía poner en jaque al Gobierno en la calle. Para eso apuntan a las organizaciones sociales y a la izquierda.

En el Gobierno piensan que está todo bajo control. Pero es Argentina y nada es seguro. Por ahora, saben que el peronismo sólo promete repartir. Ahora, la pregunta es: ¿Quién pone la plata?