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Mujer Platense |Looks polémicos

Tendencia masculina

El boom del uso de las prendas varoniles para las mujeres no es algo totalmente nuevo, sino que tiene antecedentes en todo el siglo XX

Tendencia masculina
21 de Junio de 2018 | 05:09
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En las últimas semanas, el nuevo look elegido por Sofía Gala Castligione, la hija de Moria Casán, para ir a “PH podemos hablar”, el programa de Andy Kusnetzoff generó polémica: la joven declaró que no quiere usar más ropa de mujer y que de ahora en más llevará sólo prendas masculinas.

Si bien su estilo es un poco exagerado porque opta por usar talles mucho más grandes de lo que su cuerpo indicaría, la realidad es que la moda masculina para la indumentaria femenina no es algo nuevo. Y aunque Sofía haya levantado polvareda en el tema, hubo otras pioneras de este estilo.

La revista de moda y tendencias ‘Vogue’ hizo un repaso de las mujeres que se vistieron con ropa de hombre y terminaron adueñándose de ella. Acá les contamos cuáles fueron las más polémicas.

A fines de los años `30, Marlene Dietrich, la actriz nacida en Alemania, adoptó las prendas masculinas básicas para crear su inconfundible estilo andrógino. Sorprendió a sus admiradores internacionales al usar uniformes de conductor, trajes y esmóquines, contrastando sus elecciones de sastrería masculina con glamurosos peinados y maquillajes. Más interesada en construir una imagen atractiva de ella misma que en ser sensacionalista, Dietrich hizo que los atuendos masculinos se vieran atractivos y a la moda.

A pesar de la influencia de diseñadores como Paul Poiret y Coco Chanel, quienes defendían los pantalones para mujer con sus colecciones, y de su creciente popularidad para la práctica de deportes y actividades de esparcimiento, el hecho de que las mujeres usaran pantalones –o cualquier otra prenda tradicionalmente asociada al guardarropa masculino– todavía era visto como un acto de transgresión durante los años 30.

La rebelión de Katharine Hepburn contra la ropa femenina, por su parte, fue principalmente en favor de la comodidad. Al popularizar una manera menos seductora de interpretar la ropa masculina, su inclinación por los jeans, las camisas de hombre y los pantalones de mahón, fue igual de revolucionaria.

Alguna vez castigadas, las prendas masculinas abrieron todo un mundo de posibilidades de estilo a las mujeres –no únicamente opciones cómodas e informales como shorts, jeans y camisas oversized, sino también atuendos formales asociados a los hombres.

Yves Saint Laurent fue uno de los primeros diseñadores en pensar en el esmoquin como una de las prendas más femeninas del mundo. Fue en parte gracias a él que el esmoquin pasara a formar parte del armario de la mujer y desde entonces, se convirtió en una opción más para llevarlo a fiestas y citas formales. En una publicación de la época se puyede ver a Catherine Deneuve con un traje de chaqueta y pantalón de cuadros de la marca francesa en 1966.

En 1978, Jane Fonda acudía a una entrevista con motivo del 31 Festival de Cannes vestida con look puramente boyish. Una americana tipo Oxford, con camisa de grandes solapas y pantalón oversize que, por si había duda, la actriz combinó con una boina de tweed.

Los trajes siempre han sido una opción de moda para los hombres, pero pocas veces lucieron tan refrescantes como al ser utilizados por mujeres –pensemos, por ejemplo, en el traje blanco de doble botonadura que Bianca Jagger utilizó en 1979. Nunca una prenda masculina resultó tan femenina.

La princesa Diana sorprendió al mundo cuando acudó al concierto de Genesis, en 1984, con un esmoquin de chaqueta blanca y pantalones negros, pajarita incluída, de la diseñadora Margaret Howell. Toda una revolución tratándose de una princesa, en una década en la que la tradición seguía mandando en la monarquía británica. Lady Di corroboró que su papel como precursora de tendencias era una realidad.

Los vaqueros de cintura alta, la camiseta oversize y el pelo rapado, de Sinead O’Connor en 1988 se convirtieron en su propio sello y en uno de los looks más poderosos que pisaban los escenarios.

En 1993 Kate Moss dio a una lección de estilo sobre cómo llevar el esmoquin al terreno de lo grunge. La modelo combinó uno de satén e inspiración clásica con unas zapatillas deportivas de Adidas y una camiseta blanca. Era un nuevo paso: ya no era necesario que una mujer llevara un traje masculino con tacones y accesorios femeninos.

Es por eso que la irrupción de Sofía Gala no es algo nuevo, sino que viene a subrayar un contexto donde la mujer está otra vez mostrando que el mundo masculino no es exclusivo de los hombres, y menos en la indumentaria.

 

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