La Ruta del Vino, un circuito turístico temático que invita a disfrutar de Salta

Con el paso del tiempo, los Valles Calchaquíes se están convirtiendo en el paraíso de todos los que disfrutan del buen vino, la cocina andina gourmet y la hotelería boutique. La tierra del torrontés, cepa emblemática de Salta, hoy produce Malbecs suaves y robustos, Cabernet Sauvignon, Tannat, Syrah, Sauvignon Blanc, Garnacha, Bonarda, Merlot, Petit Verdot y “blends” de antología.

A lo largo de 520 km pueden visitarse 27 bodegas que producen vinos de alta gama en una superficie de 3.200 hectáreas de viñedos. Hay para todos los gustos: bodegas tradicionales del siglo XVIII, familiares, modernas y chic. Si bien Salta produce un porcentaje muy pequeño de la producción vitivinícola argentina (57 bodegas), más del 90% de sus vinos son de alta gama.

La fórmula se completa con establecimientos hoteleros con una fuerte identidad salteña, que privilegian el confort y un ambiente cálido al lujo. Se trata de los hoteles boutique temáticos del vino, que son atendidos por personal amable y especializado, y cuentan con ambientes relajados donde se respira una combinación exacta de tradición, cultura andina, estilo y confort.

LOS VALLES CALCHAQUÍES

Este circuito circular puede iniciarse por la ruta nacional 68 (con destino a Cafayate) o por la ruta provincial 33 (rumbo a Cachi). Este recorrido históricamente conocido como “Vuelta a los Valles”, hoy es la Ruta del Vino de Salta. Son 520 km de paisajes imponentes, pre-cordillera, valles, viñedos y bodegas sumamente atractivas.

CAFAYATE, EL EPICENTRO

Cafayate está situada a 198 km de la capital provincial hacia el sudoeste. Esta localidad de 1.683 metros de altura sobre el nivel del mar concentra el 90% de los viñedos de la provincia y es el corazón de los Valles Calchaquíes y de la exclusiva ruta del vino.

Se accede por medio de la Ruta Nac. Nº 68 pasando por las localidades de Cerrillos, La Merced, El Carril, Coronel Moldes, la Viña y Talapampa, lugar desde donde se accede al recorrido por la majestuosa Quebrada de Las Conchas, con sus llamativas y coloridas formaciones rocosas tales como la Garganta del Diablo, El Anfiteatro, El Sapo, El Fraile, El Obelisco, Las Ventanas, Los Castillos originadas por la erosión eólica y el paso del tiempo.

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El clima en los Valles calchaquíes es árido, seco y con mucha amplitud térmica. En las noches, refresca. La temperatura media anual es 22°C, la temperatura mínima media anual es 10°C, la temperatura máxima media anual es 25°C y la amplitud térmica media anual: 15°C (fluctúa entre 12° y 18°). Las precipitaciones: 120 a 150 mm anuales en período estival.

Esta particularidad climática, que viene dada por la latitud de la región, presenta viñedos que oscilan desde los 1.700 metros y los 2.400 metros con una producción consolidada, y desafíos con experiencias en busca de zonas de mayor altura, que superan los 3.000 metro de altura.

¿CUÁNDO VIAJAR?

Desde octubre los viñedos reverdecen llegando al mes de febrero tupidos y cargadísimos de racimos. Desde mediados de febrero se realiza la vendimia con un calendario diferente para cada bodega. En marzo finaliza la vendimia pero se sigue disfrutando de viñedos verdes en un entorno montañoso y árido.

En Abril las viñas se convierten gradualmente en una paleta de colores otoñales. El otoño vallisto es maravilloso. Mientras que en invierno, época de poda, las viñas pierden el follaje y el paisaje es árido, terracota. Las mañanas y las noches son frías pero al mediodía es posible despojarse del abrigo y tomar sol como en pleno verano.

TIPS PARA TENER EN CUENTA

A la hora de planificar el viaje, es oportuno tener en consideración una serie de tips a fin que la experiencia resulte más placentera. Hay que considerar que en algunos casos hay trayectos que son cortos en cuanto a cantidad de kilómetros pero llevan bastante tiempo para recorrerlos dadas las características del lugar. Por eso se habla de distancias cortas y viajes largos. En tanto, se recomienda no hacer la Vuelta a los Valles de un tirón, ni comer en cualquier lado durante los trayectos. Es importante comer liviano, especialmente cuando se transita por zonas con mucha altura sobre el nivel del mar y tomar mucha agua. Es importante llevar gafas de sol y protector-pantalla solar, además de abrigo para cuando cae la tarde.