Una tabla de salvación para la humanidad

Difícil maridaje el del humor con el Covid. Algunos podrán cuestionarlo, pero en estos meses de angustia, de restricciones, de enfermedades, angustias y muertes, el humor fue la tabla de salvación para gran parte de la humanidad. Las columnas e historietas de los diarios, las pantallas de los celulares, las redes sociales se llenaron de chistes y no fue el humor negro el más empleado, sino, en cambio, la visión irónica hacia las nuevas costumbres, hacia el nuevo modo de vida que impuso la pandemia. El confinamiento obligado, la cuarentena, fue una de las grandes canteras humorísticas.

Nunca fue bueno hacer humor con las cosas que son trágicas, fue un comentario crítico de Borges sobre aquella inolvidable película de Chaplin –“El gran dictador”- en donde en pleno auge del nazismo se burló de Hitler. Sin embargo, Dario Fo ofreció una clave redentora del humor: “La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos, porque la risa libera al hombre de sus miedos”.

Además, el humor forma parte de las más modernas y exitosas terapias: “Ya sea que se ría a carcajadas de una comedia televisiva o se ría tímidamente de las caricaturas del periódico, reírse le hace bien. La risa es una excelente forma de aliviar el estrés, y esto no es una broma”, es una recomendación emitida por personal médico de la famosa Clínica Mayo.

”El sentido del humor es un arma fundamental para mejorar nuestro estado mental, una herramienta que nos brinda la psicología positiva para enfrentarnos a una amenaza. Porque no puedes reírte de algo y temerlo al mismo tiempo», explica Manuel Armayones, director de desarrollo del eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Añadió Armayones: “La risa es una válvula de escape que regula el organismo: libera endorfinas y serotoninas, hormonas que actúan como protectoras frente al dolor emocional. El tiempo que pasamos riendo es tiempo que dejamos de sufrir”

Y si recién se habló de Catalalunya –decirlo y escribirlo así, con (y griega) que suena más ajustado a lo que viene- un madrileño anónimo dijo por las redes: “Lo que tiene de bueno el coronavirus es que es el único que ha conseguido que no hablemos todo el día de Catalunya…”.

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Miedo, un miedo universal. Eso es lo primero que provocó la pandemia en marzo de 2020 cuando de pronto miles de millones de seres humanos comenzaron a hablar de una ciudad china (Wuham) y de murciélagos infectados. Una creciente pavura se adueñó del mundo, pero allí empezó a funcionar, como contrapartida, el remedio del humor. Y se volvió cierta para muchos la fórmula de Armayones: no puedes reírte de algo y temerlo al mismo tiempo. De ese estrés uno se libera riendo.

CHISTES

A la pandemia le siguió la cuarentena. Una cuarentena descontrolada, por momentos divertida en el mundo entero. Un solitario remero que fue a remar al Delta fue perseguido por helicópteros de las fuerzas de seguridad. Una señora mayor que instaló una reposera en los jardines de Palermo fue detenida y enviada a su hogar por un pequeño batallón de policías. ¿Cómo no sonreír frente a esos operativos? Los memes nacieron aquí y allá, en los inicios volátiles del confinamiento.

En Milán se conoció la historia de un bar que inventó una copa que resultó exitosa: se llamó “Aperivirus”. En nuestro país un paciente de 92 años que tenía doble reemplazo de cadera y artrosis recibió la recomendación médica: “Salga a caminar, por lo menos unos 500 metros por día”. En ese entonces 500 metros era la distancia permitida para salir del hogar. El hombre al día siguiente le envió a un amigo suyo un comentario por WhatsApp: “Carlitos, salí a caminar, pero por los dolores que sufro hice apenas 150 metros…Te lo cuento por si alguno más joven los necesitara, así que le dono los 350 metros que no voy a usar…”

El teletrabajo fue otro gran motivo de sonrisas y carcajadas. Un avión de pasajeros va en pleno vuelo y de pronto se oye en el interior: “Señoras y señores, les habla el piloto…Les aviso que, para cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias, hoy estoy trabajando desde casa, manejando el avión por zoom…”.

Se advirtió también que a raíz de la cuarentena “por primera vez en la historia de la humanidad los casados van a hacer el amor más veces que los solteros…”. En varios países europeos se puso de moda alquilar el perro a los vecinos, para poder sacarlos a pasear. Los funcionarios públicos y los políticos entraron a esa picota y fueron literalmente descuartizados por el humor. El hartazgo por el confinamiento originó frases dignas de figurar en una antología de humor sano: “La cuarentena es como una serie de Netflix, cuando uno cree que se acaba, sacan la siguiente temporada”.

Cuando en el mundo comenzó a reinar el concepto médico de que cada persona se mantenga lo más alejada posible de otra, el ex atleta jamaicano Usain Bolt, dueño de once títulos mundiales y ocho olímpicos como velocista, universalizó una foto suya en Instagram llegando a la meta y dejando muy lejos a sus rivales, con una leyenda didáctica: “Esto es distanciamiento social”.

ESENCIA DEL HUMOR

El humor como producto intelectual tiene dos vertientes. En una de ellas puede ubicarse al monje Jean de Santeuil (1630-1697) creador del aforismo “Castigat ridendo mores”, una expresión latina que significa “enmendar costumbres riendo”, es decir que el humor cumpliría una finalidad moral.

Del otro lado los críticos ubican a Henri Bergson (1859-1941) que en su ensayo “La risa” sostiene que la risa requiere ausencia de sentimientos. Para reír en plenitud es necesario olvidar el afecto, la tristeza, la compasión. Bergson utiliza el término “anestesia momentánea del corazón”. En realidad, lo de Bergson suena cruel y, sin embargo, en su filosofía existe, desde luego la compasión.

En su ensayo capital, Bergson ubica a una persona aburrida en un bar, mirando hacia la vereda por una ventana. Allí ve pasar a la gente. De pronto uno de los transeúntes tropieza y se cae al suelo como desarticulado. El hombre que está en el bar y los otros peatones no pueden evitar la risa. ¿Qué ha ocurrido, para que se rían de una desgracia? Justamente, no se ríen de una desgracia: Bergson explica que esa risa proviene del hecho de que lo normal es ver a la gente que camina en forma mecánica, con normalidad. Pero cuando alguien tropieza y cae, se ha roto la lógica y esa ruptura de la lógica es la que nos hace reír. Los críticos sostienen que Chaplin leyó a Bergson, cuando fundó gran parte de su humor en los llamados “gags”, que son las situaciones ilógicas.

Pues bien, el humor durante el coronavirus viene de los dos costados. Viene de que el pueblo anónimo aprovecha la situación para castigar riendo, en especial algunas medidas que le parecen discutibles o desmedidas. Y también procede de la enorme ruptura de la lógica que implica esta pandemia que así, de pronto, hizo tropezar y caer a 7,5 mil millones de habitantes del planeta. Pero que, además, tienen plena conciencia de que el humor sana, quita el estrés, nos muestra a todos más cercanos a la verdad y en modo alguno significa una burla para los afectados por la enfermedad.

El humor tiene mucho de complejo vitamínico. Hoy que está en boga y con razón el tema del feminismo, conviene aludir también a la gravitación de las mujeres en la rama del humor literario. Hace poco se editó en Barcelona un libro de Isabel Franc, titulado “Las humoristas”.

La autora dice que las mujeres “han usado el humor como estrategia de transgresión, mecanismo de defensa, arma de resistencia y empoderamiento; para establecer y estrechar lazos afectivos, jugar con las normas, desafiar al patriarcado, romper estereotipos… Lo han hecho desde siempre y teniendo que salvar serias, nada inocentes, dificultades”,

Si se relee con detenimiento este párrafo de Isabel Franc se verá que el humor ha intervenido activamente en estos terribles meses de la pandemia como “estrategia de transgresión, mecanismo de defensa, arma de resistencia y empoderamiento, para establecer y estrechar lazos afectivos…” etc.

Para los que se sienten solos, para los aislados de la pandemia, para hombres y mujeres ocultos detrás de barbijos, vayan estas botellas al mar que arrojaron algunos filósofos y escritores: “Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar”. (Chaplin); “La literatura sin humor es un sermón” (Caballero Bonald); “En el humor lo grande se hace pequeño y lo pequeño grande, para poder destruir a los dos” (Coleridge); “La risa te hace sabio” (Demócrito); “Mi manera de bromear es decir la verdad. Es la broma más cómica del mundo” (G.B. Shaw)

“La cuarentena es como una serie de Netflix, cuando uno cree que se acaba, llega otra temporada”