“This is us”: la serie que nos interpeló a todos

Hay quienes no se “engancharon” de movida con “This is us”. Los primeros capítulos de la serie parecían simples, un tanto inverosímiles. Pero quienes le dieron otra oportunidad y la siguieron viendo, no pudieron parar de esperar con ansiedad la próxima entrega, o de “maratonear” temporadas enteras toda la noche o todo un fin de semana. Se trata de una crónica atrapante, que muestra a una familia real con todos sus amores, celos, incondicionalidad, contradicciones. Los Pearson conquistaron multitudes e invitaron al debate, a la reflexión. Entre los personajes principales hay mellizos -un galán de Hollywood y una cantante frustrada obesa, blancos- que tienen un tercer hermano, adoptado, afroestadounidense. Las seis temporadas desandan la historia de esos hermanos desde que son bebés, hasta la vida adulta, con mas vicisitudes de las que podamos imaginar. Seducen con sus lados menos luminosos y también con sus éxitos. Nos interpelan en lo simple y compleja que es la vida misma.

Creada por Dan Fogelman, la seria llegó a su fin días atrás. Cuenta la historia de Rebecca (Mandy Moore) y Jack (Milo Ventimiglia), quienes son padres de Kevin (Justin Hartley) y Kate (Chissy Metz), sobrevivientes desde el instante en que nacen. Su parto fue prematuro, y un tercer bebé -Rebecca y Jack esperaban trillizos- nació muerto. El mismo día, Jack descubre a Randall (Sterling K. Brown) en la nursery, y sabiendo que ese bebé negro había sido abandonado, lo interpreta como una señal del destino y convence a Rebecca de adoptarlo. Resilientes, siguen el consejo del médico que atendió el parto: si la vida nos da limones, pues hagamos limonada. Entonces se convierten en los padres de “Los tres grandes”.

Y vaya si tiene que hacer limonada esta familia a la que le toca atravesar todo tipo de circunstancias, desde las más felices hasta las más dolorosas, invitando al espectador a reflexionar sobre los temas más profundos: ¿qué hacer cuando hay un adicto en la familia? ¿Cómo afrontar la obesidad, cómo aceptar nuestro cuerpo? ¿Qué hacer con los celos entre hermanos? ¿Cómo superar un duelo? ¿Cómo gestionar el éxito y el fracaso? Por citar sólo algunos topicos, de esta historia que se terminó de filmar en plena pandemia y también aborda el tema del covid y la vacunación.

“El nombre de la serie ‘This Is us’ puede traducirse rudamente al español como ‘Somos nosotros’ y ser simplemente el retrato (cargado de melodrama) de una familia americana cualquiera a lo largo de algunas décadas. Pero la familia Pearson logró convertirse en una familia singular gracias a que encarna en este ‘nosotros’ a un nosotros mucho más general, amplio y diverso: cualquiera de nosotros. La serie tiene un efecto cautivador gracias al retrato sencillo y ordinario de situaciones familiares que podrían ser las de cualquier familia conocida. Los Pearson resultan interesantes y atractivos porque atraviesan problematicas que nos son cercanas, son un espejo de nuestros vínculos familiares y afectivos”, sostiene la profesora de Filosofía Catalina Bertoldi.

“Este efecto ‘espejo’ es consecuencia del modo en que se nos cuenta la historia. La serie tiene el acierto de construirse narrativamente a través del uso del ‘flashback’. Constantemente se remonta a un pasado casi idílico para volver a un presente que lejos está de ser perfecto” analiza la profesional platense: “Rebecca y Jack son un modelo de amor y familia romántica que sin embargo aloja modos de vincularse diferentes y diversos para ‘los big three’. En esta evocación no hay explicaciones explicitas entre lo pasado y lo actual. No nos obliga a entender algo como consecuencia necesaria de algo que ocurrió. Entre ambas temporalidades hay un diálogo sutil que se abre a diferentes interpretaciones. Es ahí donde la serie resulta una invitación a pensar y nos arroja a un mar de preguntas... ¿Qué lugar ocupa el pasado en la vida de cada uno? ¿Nos afecta de la misma forma determinado suceso? ¿Hay una forma de tramitar el dolor o enfrentar un duelo? Éstas y otras son preguntas que se nos pueden presentar al recorrer la vida de los hermanos Pearson, pero que aplican a nuestra propia vida o a la vida de ‘cualquiera de nosotros’. Y si de volver al pasado se trata: ¿algo de lo que entonces fuimos lo seguimos siendo hoy? o ¿cómo llegamos a ser quiénes somos?”.

LA VIDA REAL

“Yo me enganché desde el principio; me pareció atrapante e incómoda, cosa que me sedujo totalmente”, relata Magdalena Ruiz, estudiante universitaria, quien agrega “con el correr de los capítulos no podía dejar de enamorarme de los personajes, seres sencillos, pero con un amor que trasciende la pantalla. Jack es el padre ideal, pero a la vez no lo es. Tiene su lado oscuro, su carga. Pero como padre es absolutamente amoroso, protector y compañero. Realmente disparó en mí muchos temas de análisis, Porque uno a veces a los padres no les perdona ciertas cosas, pero cuando lo vi en la serie, pude trabajar en muchas cosas que venía no perdonando en mi familia y que merecían otra mirada”.

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“También me enamoré de Kevin... jajaja ¿como no enamorarse de Kevin?”, se ríe Magdalena, sobre el apuesto actor que lo interpreta: “Kevin es otro ejemplo de cómo se puede tener todo: ser un bombón, tener mucho dinero y sin embargo no ser feliz. La serie es maravillosa, porque nos muestra el origen de ciertos traumas de los personajes, al remitirse al pasado, a su niñez, permanentemente. Ahí entendés todo. Lo de ellos y también muchas cosas de uno”.

Manuel Acosta confiesa que le dio varias oportunidades a la serie pero no se enganchó “a primera vistra”. “Fue como cuando agarrás un libro, que lo empezás a leer una y otra vez y no te seduce seguirlo. Pero pasó que en mi casa, mi esposa y mi hijo más grande, de 20 años, la empezaron a ver por Amazon en cuarentena y no paraban de comentar las escenas, las historias, de hablar de los personajes y los temas profundos que abordaba la trama. Entonces, no me quedó más opción que empezar a verla para saber realmente de lo que se hablaba todo el tiempo en casa, durante los meses que estuvimos encerrados en nuestras cuatro paredes. Y ahí, realmente me encantó. De encantar, como una serpiente… porque no podía dejar de mirarla. Los Pearson realmente eran una familia profunda”, dice el diseñador industrial del barrio de Tolosa.

“Nosotros en casa somos todos obesos. Mi esposa, en un momento decidió hacerse un by pass gástrico, pero yo no me animé. Siempre fue un tema de conversación. Porque uno pudo lograr adelgazar, logró su propósito y el otro no. Y cómo aceptarnos, así, en las diferencias. Kate y su esposo pasan por algo similar en la serie. Él lo logra, ella no. Y es un tema permanente la problemática de ambos con la comida y cómo influye eso en la crianza de sus hijos. Nos sirvió para hablar del tema en familia, para ver que pasa en muchas casas. Y que hay muchas formas de acordarlo”, confiesa Manuel.

Para la licenciada en Psicología Tamara Sparti, tanta llegada al público de las series con temáticas familiares se da porque la familia es algo que de un modo u otro nos atraviesa a todos. Todos tenemos para explicarnos nuestra existencias. Entre otras cosas, nuestros mitos de origen, que explican nuestras familias. Es lo que en psicoanálisis llamamos ‘novela familiar’. Entonces son temas que en algún punto nos tocan, porque justamente tienen que ver con quienes somos. Nuestros mitos de origen los explican nuestras historias de familia”.

“Todos tenemos alguna apreciación, alguna pregunta, algún reproche, alguna cuestión a pensar y muchos sentimientos generalmente encontrados respecto a la familia, que es ese lugar que nos aloja pero que está lleno de conflictos de todo tipo: emocionales, intereses, sentimientos encontrados -los celos, el amor, la alegría, el dolor-. Todo se entrelaza en el grupo familiar que nos dio origen”, agrega Sparti.

¿Por qué “This is...” pega tanto? “En este punto creo que hay algo de la lógica del capitalismo, que nos ofrece productos ideales. Dentro de esa lógica, estas familias que funcionan perfecto nos hacen vivir una cierta ilusión de que eso es posible, lo cual tiene su costado negativo o peligroso, que es que en relación a los ideales todos somos poca cosa. Ofrecen algo ideal -no real - como algo posible. Un hito de algo distinto fue ‘Gasoleros’, que mostró dos tipos flojos, cobardes, uno medio inútil, el otro es hipocondríaco, con un montón de problemas. Ahí hay un poco una ruptura, donde se pone en juego algo no tan de ideal sino, como dirían los griegos, más de la catarsis”, comenta la especialista en familias.

“Las familias ideales, en vez de dejarnos interpelados o con alguna pregunta, nos dejan en menos.. No digo esto como una crítica: hay que mirarlas para entretenernos y críticamente. Si lo analizamos como producto, una familia donde todo funciona, donde hay un conflicto y se resuelve de manera ideal, nos deja en un lugar de poquita cosa. Lo que ocurre psicológicamente, con algunas familias ideales, como puede ser la Ingalls o la de ‘Grande Pá’ no es mucho más que entrar en la fantasía y salir de la fantasía”, advierte Sparti.

“Pero cuando se tratan conflictos más actuales, si son cosas que no se resuelven con facilidad o no se resuelven totalmente, cuando se plantean temas silenciados, cosas que no se hablan, quizás puedan presentar una oportunidad para hablarlo. Siempre existen esas oportunidades. Lo que me parece que no tiene un efecto esperado son las resoluciones mágicas, libres de conflictos, donde cada uno tome el lugar ideal que debería tomar, porque justamente el ideal no es la vida real”, dice la especialista, dejándonos pensando. A pesar del Jack padre ideal o el Kevin galán, el Randall perfecto en todo, los Pearson no dejan de ser “reales”, con todo lo bueno, pero también con todas sus incertidumbres, sentimientos encontrados y defectos. No dejan de parecernos seres “normales”, como todos. Así somos.